Portal - Vexovoid

Enviado por Spaggiari el Sáb, 19/09/2015 - 13:39
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1. Kilter (05:46)
2. The Back Wards (04:16)
3. Curtain (05:57)
4. Plasm (05:47)
5. Awryeon (04:21)
6. Orbmorphia (02:40)
7. Oblotten (05:16)

Álbum completo

Es hora que retornemos al camino que habíamos dejado pendiente. Sí, es cierto. Uno a veces olvida discos extremos que ya ha oído quizá por el temor a que no sean bien recibidos o de alguna manera, que no sean aceptados por la comunidad metálica. Hoy, en este caso, después de haber oído algunas veces (Las veces más profundas que pude) me determiné a traer a los exóticos Portal, banda australiana que cuenta con un tipo de metal tan extravagante que es difícil de clasificarlo a primera instancia. Lo que acaban de leer puede sonar un poco clisé, muchas veces porque somos exagerados, y es normal que nuestra opinión se vea sesgada por motivos pasionales y personales, tanto subjetivos que no pueden estar fuera de una opinión meramente musical, pero en este caso quiero que, cuando digo que la banda es un tanto extravagante, me crean.

El estilo de esta agrupación no radica en la excesiva saturación de solos o riffs virtuosos e intrincados, que lleven a una forma más rápida y enfermiza de tocar metal extremo; porque creo que a veces el problema de muchas agrupaciones yace en juzgar de una manera un tanto pretenciosa los juicios de valor del metal. Es decir, siendo más claros, que las bandas hoy en día están concentradísimas en factores como la rapidez; cuántas notas al segundo puedan tocar, cuántos riffs malos puedan producir y a la vez cuánto se esmeren por ser los más raudos en cuestión de ritmos, melodías sintéticas y tempos agitados. En su momento fue innovador traer esos elementos al metal; pero no siempre viviremos de las mismas sensaciones, no siempre tendremos que complacernos con guitarras masturbadas a la octogésima potencia. ¡NO! Pero bien, cuando digo que Portal no tiene estos elementos no suscribo que sea mejor (Ojo) que las demás agrupaciones; añado, que es más inventiva que las demás, por ello, más fresca, si me dejan concluir.

Bien, señores. La banda en cuestión no es un santo en lo que hace tampoco, estos sujetos muy raros de por sí, empezando por sus vestimentas, hasta sus extrañas composiciones, muchas veces injuriadas por su necia e insistente sonorización y ambientalismo, crean un sonido muy fuera de los confines del Death metal, Black o incluso Experimental. Se me hace de mal gusto decir que este tipo de bandas hagan Black/Death Metal. Si me dejan exponer, yo creo que la mayoría de las categorías que se le asume a la banda, son simplemente una razón para explicar lo que cuesta explicar con pocas palabras. Portal alberga una cantidad indiscriminada de géneros extremos que bien pueden clasificarse o no, de alguna manera, es interesante cómo puede jugar con tantos estilos y degradarlos (¡) porque creo que esa es la idea de la banda a medida que ha sacado álbumes: Degradarlos hasta su más fea condición, hasta que pierdan toda pizca de clasificación.

Uno al ver las imágenes que circulan de sus conciertos o presentaciones, no dejan a cualquiera helado de la indiferencia, ya que son muy singulares. Teniendo en cuenta que sus vestuarios están inspirados en el cine expresionista de los años 20 o en las innumerables y fastuosas apariciones del innominable Lon Chaney (Una figura que trascendió más allá del terror en la filmación), que también déjenme que les cuente, que éste tiene una famosísima cinta que se dio por pérdida a partir de los años 60’s debido a la censura y las restricciones políticas hacía las expresiones artísticas, más si retrataban metafóricamente la crueldad, el sufrimiento, los espectros de manera social (London After Midnight); si ya el neorrealismo italiano se encargó de mostrar la faz en detrimento del fascismo, la guerra y la posguerra; el expresionismo tanto como el cine americano de terror que bebió del impresionismo francés, recalcaba una explanación no sólo artística sino también social, económica y política; claro, siempre en metáforas, símiles y moralejas. Aparte de que sus letras, están inspiradas del mero Lovecraft y sus mitos espeluznantes. Ya que estamos hablando del performance de la agrupación, en la web hallé una definición que me encanto acerca de cómo ven a la banda, “El Death Metal generalmente trata de ser aterrador y repulsivo pero muchas veces la mayoría de bandas, ya sea que encabecen o no el estilo, no lo son; sin embargo con la aparición de portal ya estamos hablando de metal verdaderamente espeluznante” Según una revista especializada.

Ya que introdujimos un poquito de la banda, es hora de hablar de su último álbum registrado, un álbum que al parecer ha superado los límites se ha hecho con su oscuridad, malignidad y una aurora de nocturnidad lo cubre, pues, iniciando por su portada cual cerebro colapsado, hasta por su inagotables puntos musicales. El álbum se llama Vexovoid, ya huele a obrita maestra ¿no? Vamos, pues, en este a momento a presentar los puntos musicales por lo cual hallo a esta banda tan digna de ser oída con atención. Empecemos sin llegar a las peroratas que aburren a cualquiera, seré breve en cuestión y sólo me extenderé cuando sea necesario, me asistiré de una sección de categorías que saqué por mi cuenta y espero les ayude a los que aún no digieren el sonido del disco o de la banda, y espero también, con otros, concordar en apreciaciones y puntuales detalles que percibí.

En primera lugar tenemos la densidad extrema: no es tan difícil para mí catalogar a la banda de un superuso de densidad, cuya es reflejada en los pasajes abstrusos y cargados de morbidez, se respira un aire tóxico e inaguantable por veces, creado por sus unívocos riffs, blast y voces ininteligibles. A raíz de eso tenemos un hipnotismo perfecto; yo para contrastar este hipnotismo inherente en las composiciones de Vexovoid me quitaba los auriculares en una parte especifica de los tracks y me los volvía a poner y la atmósfera y el orden de tales no se perdía, incluso llegué a pensar que la banda no quería transmitir algún mensaje sino hipnotizarnos a tal punto de perder la memoria o estigmatizar los recuerdos de alguna manera (Cosas que uno piensa bajo el efecto de este álbum)

El juego de velocidades a veces responde de manera útil y efectista, por lo cual muchas veces al escuchar los tracks más largos notamos un sutil cambio de ritmo, pero cuando ya tenemos noción de que el ritmo ha cambiado, han pasado varios minutos y eso se da también por el macabro hipnotismo del disco. Las voces están camufladas, como ya mencioné son inteligibles al nivel que por más que yo preste atención, no encuentro una palabra (Si es que pronuncian) que me suene a nada, todo me suena a un letárgico susurro de las peores pesadillas.

Me da la impresión, no sé ustedes, que este disco bien puede servir para la instrucción de viajes regresivos, o mejor conocido como viajes a las vidas pasadas, si es que ustedes creen en ello, claro, creo que me da la sensación de estar viendo mis vidas de una manera cochambrosa y con absolutamente animadversión. Es como si estos sujetos fueran unos viajeros oscuros y apocalípticos del tiempo, y con su tirria y felonía, vinieran a predicar las más aborrecibles inquinas de las vidas pasadas de la humanidad, y a revelarnos el tiempo que queda por estar parados respirando en la tierra. Usted lector, se puede imaginar las sobreimpresiones que corroe en su servidor después de haber escuchado este infernal y cancerígeno álbum.
Y por supuesto, no hay ninguna necesidad desesperada por usar Samples, intros, y preludios melódicos o aditamentos de esa índole para causar una impresión más contundente. Ellos no necesitan de eso, ya de por sí utilizan las cuerdas o sonidos adecuados para esa provocación y malignidad. Asustan por el mero hecho de tocar sus instrumentos de la manera que los tocan.

Amagues, midtimes, melodías con furor tétrico, uso extenuante de blast para la creación de mareaje en sonidos pesados y avasallantes, compases interminables que dan la sensación de estar oyendo a la banda grabando el disco improvisadamente. Estos puntajes, me hacen creer que Vexovoid es un disco mítico de Metal, un disco que aún no puedo comprender en su totalidad a pesar de haberlo escuchado hasta rayar. No hablaré de sus canciones, porque sin una simplemente, ese esqueleto no se podría haber formado; también porque el metraje es eficaz y no sobrepasa el tiempo de sensación. Si un disco es largo con esta sonoridad, llegaría a aburrir, bajo mi percepción; pero como el álbum cosecha nada más que 35 minutos nada más, uno siente que la experiencia es acorde a la sensación emitida.

Atroz, lívido y tremebundo, uno de los discos más obscuros y siniestros que se puedan hallar por estos rincones y sin necesidad de ser pretenciosos por haber descubierto, sea involuntariamente, una nueva forma de expresar música significativamente maligna. No creo que mis valoraciones sobre este disco bajen, ya que quizá no he captado ni el 50% de su música, a pesar de prestarle atención; creo que el tiempo decidirá que estamos ante una de las obras capitales y un frío y emblemático cenit metálico.

Nota: 9.5

The Curator: Voz.
Horror Illogium: Guitarra
Aphotic Mote: Guitarra
Ignis Fatuus: Batería.
Omenous Fugue: Bajo.

Sello
Profound Lore Records