Portal - Avow

Es fascinante cómo el metal extremo parece no conocer límites. Portal han sido una de esas agrupaciones que apretaron la tuerca con una vehemencia capaz de romperla. Desde lo estético hasta lo sonoro, The Curator y compañía han perpetuado una estética única e indistinguible que ha encarnado de las maneras más fieles el desasosiego, la angustia, la paranoia y especialmente la claustrofobia y el horror cósmico como muy pocos, por no decir como nadie.

Con discos como “Seepia” y “Outre''' despertaron el interés de toda la parroquia por su intrincada, densa y ciertamente inaccesible propuesta, convirtiéndose en uno de los capitanes del barco de metal disonante que no ha hecho más que ganar relevancia con el paso de los años. Con “Swarth” y “Vexovoid” volvieron aún más ininteligible y espeso algo que ya parecía imposible degenerar más, hasta que con “ION” se volvieron descifrables, pero no por ello más accesibles o menos brutales al contar con una producción estridente capaz de destruír tímpanos y unos riffs laberínticos que angustian a cualquiera. Portal presumen de una discografía muy sólida y a estas alturas era difícil esperar algo que supere lo anterior ¿No? Pues con la salida de “Avow” demuestran que todavía tenían potencial por explotar.

Con “Avow” ya se podría afirmar, con toda la seguridad del mundo, que Portal son una institución en el panorama extremo contemporáneo, porque en este disco reúne lo mejor de todo lo anterior, con una sútil, pero impresionante evolución. Aún siendo “Outre’”, “Seepia” o “Swarth” auténticos discazos, a veces pecan de aburrir un poco por su sonido embarullado, uniforme y muchas veces más atmosférico que riffero, cosa que “ION” compensó con una producción más eléctrica y aguda, donde por fin se pudieron escuchar clarísimamente los esquizoides e infinitos laberintos de los mástiles de Horror Illogium y Aphotic Mote, pero en el camino se perdió algo: la inconmensurable oscuridad que todo engulle de los lanzamientos anteriores. “Avow” combina la dinámica de “ION” con la bestialidad de “Outre’” y la densidad absoluta de “Swarth” a la perfección, teniendo una producción con esbozos fríos e industriales que deja escuchar claramente la estructura de las guitarras sin perder, ni por un instante, el ambiente malsano y opresivo característicos del grupo, sino que inclusive al ser más entendible se intensifican las sensaciones que siempre han buscado.

Una banda que había nacido como respuesta a una escena que ya no se perturbaba con unos Autopsy, Morbid Angel, Deicide o Dismember (en general el Death Metal más clásico), por ello de estar muy asimilado, también estaba empezando a sufrir del mismo mal: la gente se venía acostumbrando a su propuesta y su música no dejaba de ser buena, pero sí había perdido cierto impacto. Sin embargo, solo con los primeros minutos de “Catafalque” vuelven a impactar de forma inminente, sonando más pesados y burros que nunca. Y si bien es cierto que per sé aquí no hay nada nuevo sobre la mesa, las formas son considerablemente más retorcidas y cacofónicas que, en lo personal, volvieron a dejarme en shock tal como la primera vez que los escuché.

Lo que hacen las guitarras en “Catafalque” no tiene palabras que valgan para describirlo con precisión. Los vaivenes de trémolos enredados es una especialidad de la casa, pero con el opening track de “Avow” lo llevan a límites insospechables; un riff vorágine que parece ascender eternamente, persigue como enjambre de atormentados zumbidos que te envuelven como una presa indefensa, la sensación de paranoia es palpable, las guitarras se convierten en una presencia ominosa que te persigue y hostiga sin piedad. Las baterías son golpes de ahogado, la pura representación de la desesperación y las voces de The Curator el puro tormento. Entrar a describir el tema con demasiado detalle no tiene mucho sentido, es una experiencia digna de vivir si eres un masoquista que disfruta de las sensaciones más desagradables hechas música, porque si no quedaba claro con otras placas lo que hacen Portal está meticulosamente compuesto y pensado, lo cual hace de su arte algo aún más maquiavélico y enfermo.

“Catafalque” es el culmen de su estilo, una horripilante y lúcida alucinación que da escalofríos hasta al más valiente, pero es que lo más ridículo del asunto es que todo lo que viene se mantiene, cuando lo normal sería pensar que después de SEMEJANTE apertura todo fuese en picada. Y es que TODO lo que sigue es desasosiego PURO y DURO...entrar al tema a tema aquí es ridículo dada la naturaleza del disco, pero también porque en los 6 cortes que conforma el álbum no hay ni un solo bajón. “Avow” es un disco cohesivo, que nunca cede y el más despistado dirá que es “más de lo mismo”, pero el que escuche con más atención notará y, sobre todo, sentirá con más claridad que nunca el horror cósmico inevitable en el que el disco nos mete. Un álbum que sublima definitivamente el concepto que llevan años predicando Portal, “Avow” te deja a la deriva, en una tensión que no se rompe con sus crescendos interminables, esperando petrificados la llegada de algo que no veremos jamás; te hace sentir diminuto e indefenso, porque después de estar impregnados por la incertidumbre por 43 minutos “Drain” te deja en ascuas: sus guitarras ascendentes parecen dar la señal a una conclusión lógica, pero nos dejan en sumo silencio, en el definitivo vacío y es ahí cuando nos sentimos insignificantes ante la indescriptible monstruosidad que engendraron.

Aunque sea pronto decirlo, después de haber escuchado el disco por lo menos más de 10 veces desde su salida, para mí esta es su mejor obra y eso es mucho decir teniendo a sus espaldas barbaridades como “Outre’” o “ION”, pero lo que hicieron este año no tiene nombre...y por si fuera poco, a las horas de sacar “Avow” lanzan de la nada otro álbum de Noise/Dark Ambient titulado “Hagbulbia”, que según el sello Profound Lore fue compuesto con la intención de que se reprodujera simultáneamente con “Avow” para una experiencia todavía más abrasiva e intensa, y a pesar de ser una experiencia recomendable e interesante personalmente prefiero el álbum por sí solo, pues sin ser tan ruidoso o bruto como el “mashup” de ambos termina siendo algo infinitamente más terrorífico por ello de que parece respirar y tener vida propia.

De momento, claro candidato al mejor disco del año y estando ya a mediados de 2021 dudo enormemente que algo me sacuda más que la abominación interdimensional que invocaron Portal. Y para alguien que tiene tiempo saturado y aburrido de las propuestas disonantes que ahora hasta sobran este disco es un "milagro", si así se le puede llamar...

Valoración: 9.4