
1. Dear Miss Lonely Hearts
2. King's Call
3. A Child's Lullaby
4. Tattoo (Giving It All Up for Love)
5. Solo in Soho
6. Girls
7. Yellow Pearl
8. Ode to a Black Man
9. Jamaican Rum
10. Talk in 79
Hoy es cuatro de enero, víspera de Reyes en tierras españolas. Y tal y como viene sucediendo, debemos pararnos a rendir tributo ante el triste fallecimiento de una figura insigne, vividor, poeta y escritor hasta el final de sus días. Y no, no hablamos de Albert Camus o de Pérez Galdos, sino de un muchacho irlandés al que todavía hoy recordamos como un icono del rock 'n' roll. Phillip Parris Lynott, ni más ni menos, irlandés de pura cepa como tantos ilustres, cuya muerte hace veintinueve años nos privó para siempre de su figura y su melódica pero desencajada voz. Y pocas formas son más propicias para recordarlo que escuchar uno de sus discos en solitario: Solo in Soho.
A finales de los setenta, el éxito de Black Rose y Live and Dangerous significaron un breve momento de satisfacción en la vida de Lynott, quien decidió embarcarse en otros proyectos, en solitario o con los miembros de Thin Lizzy. La marcha de Gary Moore no había marcado el fín, pero la busqueda de un reemplazo satisfactorio sería más ardua de lo planeado. En medio del receso, surgieron extrañas aventuras, como la alianza con los miembros de los Sex Pistols, o apariciones estelares en discos como el gran proyecto de Jeff Wayne, War of the Worlds. En Abril de 1980, meses antes de la publicación de Chinatown veía la luz el primer disco en solitario de Phil Lynott. Un abanico variado de canciones algo más alejadas del hard rock de los Lizzy, mucho más románticas y en línea del pop, que jugaban con distintos estilos, pero que disfrutó de una cálida recepción por parte de público y crítica.
La alineación del disco es de auténtico infarto. Junto a miembros pasados y presentes de Lizzy aparece también otro ilustre irlandés, Mark Knopfler, y también el futuro guitarrista de los Lizzy: Snowy White, quién también había colaborado como guitarrista durante las mastodónticas giras del Muro de los Floyd. Con tamaña lista de invitados, ¿cómo es posible que éste disco sea tan infravalorado y tan ignorado por el aficionado común de Lizzy? Tal hecho me perpleja, pero hoy pondremos remedio a ésta injusticia.
¿Cómo es posible que, a día de hoy, haya tanta gente que ignore un temazo como es 'Dear Miss Lonely Hearts'? Es, en líneas generales, el diamante en bruto perdido de la banda, por su magnífica composición y por su letras inocentemente románticas. No olvidemos que, meses antes, Lynott había contraído matrimonio con su querida Caroline Crowther, por lo que estos no podrían sino ser los mejores momentos en la vida del sufrido Lynott. Esta estabilidad y satisfacción, tan perseguidas por el cantante durante toda su vida, parecían encontrar un sentido musical en canciones totalmente pop como 'Tattoo', 'Girls' y el coqueteo con los sintetizadores y la música dance de la célebre 'Yellow Pearl'. Aunque muchos fans se rasgaron las vestiduras, 'Yellow Pearl' es el ejemplo más claro del talento y la versatilidad innata de Lynott en los menesteres musicales, capaz de abordar diversos estilos.
Pero Lynott no se aleja demasiado de su público. 'Ode to a Black Man' regresa por los fueros tradicionales de Lizzy, compartiendo temática y letras con 'Didn't I' del futuro Chinatown. Mientras la estelar 'King's Call', un tributo declarado al rey Elvis, se beneficia de un atmósfera insinuante, brindada por la magnífica labor de Knopfler a las seis cuerdas. Igualmente, 'Jamaican Rum' sorprende por sus ritmos foráneos y el protagonismo de las guitarras españolas, mientras 'Talk in 79' se encarga de cerrar el disco con una poderosa línea de bajo sobre la cual, Lynott, como el poeta que siempre ha sido, improvisa libremente rimas y sonetos a su antojo.
Solo in Soho es un disco tremendamente variado e interesante que muestra la versatilidad del desdichado Lynott. Un disco que hará las delicias de cualquier aficionado a los Lizzy a poco que éstos sean abiertos de mente. Para el momento de edición de este disco, el futuro se desvelaba prometedor para el cantante y bajista. Tristemente, Lynott se encontraba demasiado inmerso en su espiral autodestructiva como para darse cuenta de las maravillas que la vida le había traído. Ni siquiera el nacimiento de su segunda hija, Cathleen, y el apoyo incondicional de su madre Philomena pudieron frenar lo inevitable...
Phillip Lynott: Bajo, guitarra rítmica, teclados, minimoog, vocoder, percusión, voz
Scott Gorham: Guitarra eléctrica ( “1”, “4” y “8”)
Snowy White: Guitarra eléctrica(“1” y “5”)
Gary Moore: Guitarra eléctrica(“9”)
Mark Knopfler: Guitarra eléctrica (“2”)
Brian Downey: Batería, percusiones
Jimmy Bain: Piano, minimoog (“6”)
Huey Lewis: Harmónica (“4” y “8”)
Fiachra Trench: Cuerdas (“3” y “4”)
Billy Currie: Sintetizador ARP (“6”)
Midge Ure: Sintetizador ARP, minimoog (“7”)
Jerome Rimson: Bajo (“5”)
Bob Benberg: Batería, percusión (“6”)
Tony Charles: steelpan (“9”)
Andy Duncan: Percusión (“3” y “5”)
Julia, Lena, Sophie, Margi, Silver, Christine: Coros (“5”, “6” y “7”)