Peter Gabriel - III

Enviado por El Marqués el Jue, 30/12/2010 - 11:33
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Hacía 1973/74, Peter Gabriel actuaba disfrazado de romano, de flor, de anciano o de criatura bulbosa, y dedicaba canciones a la planta Ambrosía. En 1980 editaba su tercer disco en solitario, el sonido Genesis era un lejano recuerdo, y posaba para la portada con el rostro en agonizante proceso de fundición por los efectos de una especie de ácido. De la fantasía al mundo real.

En sus dos discos anteriores había evidenciado signos de su nueva personalidad musical. No obstante, la sombra del sonido sinfónico de su banda anterior todavía pesaba sobre ellos, sobre todo en el primero. En “Peter Gabriel III” dio un paso de gigante, reforzó su condición de creador vanguardista, y entregó su mejor colección de canciones hasta ese momento, abarcando estilos como el rock urbano, la música experimental e incluso la new age.

En Londres, Marillion daban sus primeros pasos y ofrecían al público una magia similar a la recogida en las obras maestras de los primeros Genesis. Gabriel, por su parte, ya no hablaba de los personajes de Alicia en el País de las Maravillas. Sus nuevos temas trataban la esquizofrenia, el acoso, el aislamiento y la incomunicación. Incluso se adentraba con discreto resultado en los compromisos internacionales.

El tercer álbum del artista de Surrey (Inglaterra) es un caleidoscopio con dosis de riesgo, innovación, y más capacidad influyente de la que se le ha reconocido. El primer tema, “Intruder”, trata un tema de pesadilla. El intruso que entra en tu vida y sabes que no va a traer nada bueno. El texto utiliza impactantes frases (“Me gusta cuando sabes que estoy ahí/Tu respiración contenida cargando el aire”), que crean esa sensación de peligro que acecha. La víctima en el dormitorio sin atreverse a salir al pasillo, ni a entrar en ese cuarto de baño cuya luz se ha encendido. Los cabrones silbidos de un Gabriel más malote que nunca sorprenden al oyente al final de esta inquietante canción, que incluye ruidos de puertas que chirrían, o pasos sobre un crujiente suelo de madera. En los noventa, Primus grabaron una versión de este tema.

“No Self Control”, la siguiente, contiene también una novedosa estructura. Al principio se escuchan unos “soundscapes”, esos toques progresivos tan característicos de la guitarra de Robert Fripp, amigo y habitual de Gabriel en aquella primera etapa. Vale igualmente la pena escuchar ese último tramo, cuando el cantante repite la frase que titula el tema sobre una batería y un dibujo de guitarra que se retuercen compulsivamente, y de pronto los teclados cortan abruptamente la canción.

“Start” es un delicioso y brevísimo interludio interpretado al saxofón, una nota de calidad sobresaliente, que nos lleva a la siguiente, la movida “I don´t Remember”, la canción más accesible hasta ese momento, que habla de la pérdida de memoria.

Sigue la que es, desde mi punto de vista, la mejor canción que ha compuesto este hombre en toda su carrera en solitario, “Family Snapshot”. Este tema, la “Instantánea Familiar”, puede pasar desapercibido a las primeras escuchas, pero es de esas piezas que, en cuatro minutos, construye a un personaje y lo dota de emociones, describe sus actos y sus consecuencias y logra transmitir todo un mundo de sensaciones. Y ello se debe a la portentosa interpretación vocal del señor Gabriel.

El tema tiene una construcción simétrica, entrada lenta – crescendo – motivo lento final, al modo narrativo tradicional de planteamiento – nudo – desenlace de las novelas y muchas películas. Peter Gabriel es el tipo solitario, al más puro estilo Travis Bickle, el protagonista de “Taxi Driver” que interpretara Robert de Niro, que sueña con alcanzar sus quince minutos de fama disparando a un político. La canción describe al tipo en posición de francotirador desde un tejado, esperando la llegada de la comitiva para abrir fuego. En el lento inicio, el pirado se regodea de la situación, como un cazador que se agazapa ante la presa:

“Las calles están llenas de Cámaras
Allá donde él va es noticia
Hoy es diferente, hoy no será igual
Hoy pasaré a la acción”

Más adelante se recuerda a sí mismo la razón de sus actos:

“Vosotros, gentes, que vivís en el país de la tele
Os despertaré de vuestros envoltorios vacíos
Todos los programas de máxima audiencia anulados en un instante
Y yo quedo para siempre en vuestras memorias
Porque estoy vivo”

Y cuando Gabriel emite ese “cos I, I´m alive” no lo hace cantando. Es el grito de agonía de quien de verdad necesita hacer estos disparates para sentirse vivo. Y lo más terrible es que, dentro de su locura, es consciente de alguna forma de la gilipollez que va a cometer:

“Realmente no te odio
No me importa lo que hagas
Pero fuimos hechos el uno para el otro
Si no te dan, aprendes a tomar
Y yo te tomaré a ti”.

El delirio hecho canción, la sinrazón del ser rechazado que opta por vías demenciales para llegar a ser alguien. Al final del tema, este tarado se ve solo con las consecuencias de sus actos. La canción se ralentiza, y el tono de Gabriel explicando en qué han quedado los actos de este loco trasmite una sensación de tristeza y soledad difíciles de describir. El arte hecho música. En una reciente recopilación que se ha editado de Peter Gabriel no figura este tema. Ya les vale. Al menos el artista sí era consciente de la grandeza de este clásico desconocido, y lo incluyó en el “Peter Gabriel Plays Live”, su disco en directo del 83.

La siguiente “And Through the Wire” resulta mucho más ligera, es otra buena canción con estribillo tarareable.

Llegamos al momento más desafortunado del disco, en mi opinión: “Games Without Frontiers”, al igual que la final, “Biko”, dedicada a un activista sudafricano defensor de los derechos de los ciudadanos negros en el país de Nelson Mandela. Para mí es que el rock es como lo definía Brian Setzer, el líder de Stray Cats: “Canciones que te llegan sobre mujeres guapas y tipos duros llamados Johnny Cool y Jim Dynamite”. Sé que queda muy simplista, pero cuando escucho música quiero vibrar o emocionarme, como me ocurre con la descrita “Family Snapshot”, no que me vengan con monsergas políticas por bien intencionadas que sean.

Y las dos canciones de Gabriel se dejan oír, pero por ejemplo “Games Without Frontier” se parece más a una congregación de Boy Scouts cantando el corro de la patata que a un tema de rock.

“Lead a Normal Life”, en cambio, es una pieza casi instrumental, con sugestivos ambientes creados con los sintetizadores, y donde Gabriel canta sólo una estrofa. Es música parecida a lo que hizo David Bowie en su trilogía berlinesa, y seguro que Trent Reznor tuvo esta canción presente cuando compuso los muchos fragmentos instrumentales que hay en “The Fragile”.

“Not one of us”, el tema que queda por comentar, es otra interesante pieza que trata el tema del rechazo, como queda bien claro en la primera frase: “Sólo hay agua en las lágrimas de un extraño”.

En la contraportada de este magnífico Lp podíamos ver a Gabriel, con el mismo peinado y la misma camisa que en la portada se fundía por el ácido, en apariencia totalmente normal, con sus aniñadas facciones intactas:

http://m1.paperblog.com/i/1/11912/albumes-invierno-iii-derretido-L-1.jp…

Pero mirando bien la foto percibes la expresión de Gabriel, esa mirada al vacío y esa malévola y fría sonrisa sin emoción que se adivina en su interior, y te alteras más que con la efectista portada. El hombre de la contraportada es el francotirador de “Family Snapshot”, en una imagen que me recuerda al último plano de Norman Bates en “Psicosis”.

Arte puro, rock progresivo, de vanguardia pero a la vez asimilable es lo que nos regaló Peter Gabriel en su tercer Lp.

Peter Gabriel: Voz
Robert Fripp, Dave Gregory, David Rhodes, Paul Weller: Guitarras
Phil Collins: Batería en tema 1
Jerry Marotta: Batería en temas 2 a 10
Morris Pert: Percusiones
Tony Levin: Bajo Stick
John Giblin: Bajo
Larry Fast: Teclados, sintetizadores, saxofón

Sello
Charisma