
1. A New Level
2. Walk
3. Becoming
4. 5 Minutes Alone
5. Sandblasted Skin
6. Suicide Note Pt. 2
7. War Nerve
8. Strenght Beyond Strenght
9. Domination / Hollow
10. This Love
11. I'm Broken
12. Cowboys From Hell
13. Cemetery Gates
14. Fucking Hostile
15. Where You Come From
16. I Can't Hide
Pantera tenían, en 1997, el panorama metálico (y mediático) a sus pies. Desde la edición, en 1990, de "Cowboys From Hell", los de Texas no pararon de armarla, cada vez más, y más, gorda, desde los altares en los que ellos mismos se habían posicionado, y por méritos propios.
Discos como "Vulgar of Display of Power" (1992) o "Far Beyond Driven" (1994), no solamente trajeron ventas millonarias, un estatus de dioses en la escena (atrás quedaban ya titanes como Judas Priest, Iron Maiden o Megadeth) y una envidiable posición como amos del cotarro metalero. Pantera se convirtió en un referente generacional (cada vez que entraban en un estudio, directamente, cambiaban el rumbo del Metal), en un ejemplo total de como hacer las cosas y de como editar discos, que como poco, fuesen obras magnas. Menos, y no era Pantera.
En 1996, año en el que Sepultura lo dejaban correr, Metallica se amariconaban, Slayer estaban en pleno parón post-tour del "Divine Intervention", y Megadeth quería jugar a tener su "Load" partícular, Pantera se sacaron de la manga un pedazo de trabajo seminal, que pese a ser altamente criticado en los primeros meses trás su lanzamiento, con los años, cada vez se aprecia más el trabajazo de la serpiente. Pedazo de "The Great Southern Trendkill", señores.
El disco de marras tuvo un tour de lo más jodido a nivel "puertas para adentro" (sobredosis de Phil Anselmo que casi le siega la vida, relaciones hechas trizas entre los músicos, tensión, borracheras que clamaban al cielo, follón con el management...) pero, de cara a la galería, la gira de "The Great Southern Trendkill" arrasó allá por donde pasó (sin ir más lejos, nunca olvidaré su show en Barcelona), se añadieron al Ozzfest, llenaron pabellones y reinaron, de nuevo, en una escena que no les ofrecia rivales. Pantera parecían indestructibles, y su nuevo trabajo, más oscuro que nunca, había dado de lleno en el corazón metalero de muchos fans. Una nueva hazaña. Una nueva muesca en el fúsil de los tejanos más molones (con el permiso de Walker, claro).
Toda banda legendaria tiene, por narices, su "Live" de turno, y extraño era, pero Pantera aún no habían estampado su glorioso sonidazo en vivo. Todos los habíamos visto en videos de directo, en clips, incluso en conciertos...pero nos faltaba, a nosotros, al irredento seguidor de Anselmo y compañía, el disco que confirmase lo que toda banda, que aspire a un trono en el Metal, debe de confirmar: su pureza en las tablas. Pantera eran dioses de la escena extrema y su leyenda era enorme, y en gran parte, se decía, era por su poderoso directazo (uno de los mejores, para el que suscribe). Llegaba el momento de enseñarle a las nuevas generaciones como se toca Metal hirviente, y de paso, ponerle los dientes largos de envídia a sus rivales.
"Official Live: 101 Proof", con una portada muy "Pantera" y que rinde culto a su doctrina bebedora, nos llama la atención por molona y diferente. Ya me imaginaba la típica foto de la banda, sudada y con cara de malotes con almorranas, con un poco de humo y fuego detrás. Menos mal que Pantera pasan de modas y van a lo suyo. Empieza el show. Que puta calor...
El público clama por ver a sus dioses, los alaridos no se hacen esperar, y trás unos segundos (que parecen horas) se avecina, ya, la tormenta: "A New Level", la primera movida en sonar, se muestra férrea y directa, con muchas ganas de gustar, y con la banda muy entregada. Público y banda unidos por un temazo seminal. Dureza épica, maestría en vivo, fidelidad total al tema (nota a nota, menos en Phil) y un derroche de energía seminal. Menudo inicio, joder. Aplastante.
"Walk", el tema-himno de su discazo del caluroso verano del 92, revienta cabezas desde el primer nanosegundo en que se intuye, y entrega un clasicazo enorme con buenas formas y mucho feeling. Se nota que la banda está disfrutando de lo que hace. Phil no tiene el nivelón que sí se gasta en disco, pero no obstante, la fuerza y el empaque del que reviste su vozarrón dejan el pabellón bien alto. Pantera van a por todas.
"Becoming", "5 Minutes Alone" (uno de los momentos álgidos del show), "Sandblasted Skin", "Suicide Note Pt. 2", "War Nerve", "Strenght Beyond Strenght" (destructiva a más no poder, con un baile entre bajo y batería de pelicula) y el medley que se pegan con "Domination/Hollow", nos muestra a unos Pantera demoledores a rabiar, con mucha energia, nada dosificada y entregada a momentos. A veces, nos queman mucho, y otras, nos queman más. Pantera no tienen el sonidazo en vivo que si les supo sacar el bueno de Terry Date en un estudio de grabación (eso es imposible) pero como compensación, todo el combo se une como si fuese un solo ser y se deja llevar por la jodida barbarie. Darrell se luce como el maestro de las seis cuerdas que siempre fue, Vinnie demuestra que es un portento en el tema de aporrear (y con una clase pocas veces vista), Rex camina entre sombras con su percutante sonido y Phil, más chulo que un ocho, se deja la piel (y la voz) dando todo lo mejor de sí. Que no es poco. En 1992 la voz de Anselmo estaba en un punto altísimo, y es una pena que tanto exceso nos lo joda tanto. Eso sí, hasta "fumado" hasta las trancas, borracho hasta decir basta y no llegando a todas las notas (a veces, incluso fallando en estrofas inmortales) Phil es oro puro como la voz de Pantera. No me imagino a otro en el reino de los tejanos. Mejorable: desde luego. Acojonante: también.
Volvemos al genial trabajazo de 1992, y nos damos de bruces con la intensa "This Love". Casi ná. Pedazo de tema, glorioso y riffero, con mucha mala baba y todo un punto a favor del directo de marras. La complicidad entre Pantera y sus seguidores es más que palpable y se nota, que uno sin el otro, no serían nada. Pocas veces se intuye tanto amor en un directo. Amor y Metal cañero. Menuda unión. Puede que Pantera no estén teniendo el mejor sonido de su vida con el show que estamos viviendo, pero es tal el derroche de pureza pasional, y sólida, que uno no puede hacer más que rendirse a lo evidente. Pantera hacían buenos shows hasta en noches normales. Menuda leyenda para contar a los nietos.
Una molona "I'm Broken" sirve de antesala a la triada mortal que la banda nos tiene preparada. Bises con un par de cojones los hay a montones, pero lo que ahora nos suelta Pantera no tiene nombre: "Cowboys From Hell", "Cemetery Gates" (donde Phil lo borda, aunque necesita la ayudita de Darrell para emocionar) y "Fucking Hostile". Ala, y sin estar preparados. Tres clásicos eternos, servidos con mucho empuje, con una crudeza muy controlada y con algun toque mejorable, pero que en lineas generales, muy bien trasladados desde sus discos de origen. Cierre tremendo a un pedazo de show. Los aplausos se hacen oir, la gente clama por más, pero nada, Phil, Rex, Vinnie y "Dimebag" se nos largan al vestuario (supongo, que para seguir con el descontrol total del tour). Menudo show hemos vivido. Carne quemada, pedazos de carne por el suelo, un ojo colgando. Pero vale la pena. Todo sea por vivir, de nuevo, un show de Pantera.
La banda no sale del vestuario con más sorpresas, pero a nivel extras, nos obsequian con dos temas de estudio: "Where You Come From" y "I Can't Hide" (un tema explosivo realmente, con el bajo de Rex a toda mecha y un Phil sonando a puro acero). Dos puntazos extras, que además, ni falta hacían, pues el directo ya nos había dejado bien satisfechos, pero bueno, se agradece el regalo. Y mucho.
Momento sacro el que se vivió en la escena metalera con Pantera. Dioses en un estudio y amos en un jodido show. Testamento sonoro de una era que, lamentablemente, no se repetirá jamás.
4 cuernos (altos) para "Official Live: 101 Proof" y el morro que tiene. Despiporre, energía total, Groove Metal por un tubo y unos reyes en un gran momento de forma.
El "Live After Death" de Pantera. Un vacile genial.
Phil Anselmo: Voz
"Dimebag" Darrell: Guitarra
Rex Brown: Bajo
Vinnie Paul: Batería