Pain - Psalms of Extinction

Como bien decía el título de su tercer disco, en Pain nada permanece igual. Cada disco es un paso adelante, una búsqueda sin fin del sonido nunca antes creado, unos trazos cada vez más precisos de lo que es Pain. Si no fuese así, si la experimentación no fuese el principio de cada disco, Peter Tägtgren se aburriría como una ostra.
Este sueco se podría considerar un prodigio de la creación y producción musical. Vive por y para la música como demuestra en su proyecto, que ahora ya se puede considerar consolidado, Pain, en el cual él lo hace todo, absolutamente todo. Su lema: “Si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo”, sobre todo cuando sólo tú sabes cómo quieres que suene.
Explorados de sobra el black y death con su otra banda Hypocrisy y en colaboraciones con otras bandas, Peter sintió el gusanillo de la experimentación dentro del heavy metal allá por el 1996, y como no quería cambiar Hypocrisy por ser otra línea de experimentación dentro del black metal, decidió crear Pain.
Lo que empezó como algo totalmente electrónico con una base metal a veces difícil de vislumbrar fue evolucionando hacia un sonido más industrial y rock, cada vez más complejo y sorprendente, más “Pain”.
Así hemos llegado a “Psalms of Extinction”, que sigue la línea rockera que ha ido adquiriendo durante tantos años y que más caracteriza al sonido actual de Pain. La batería sigue cobrando fuerza, las guitarras sientan la base del sonido “Pain” llegando a robarles las melodías y el protagonismo a los eternos sintetizadores en algunas canciones, melodías que suenan como nada que hayas escuchado antes y que lo hacen inconfundible.
Realmente la música de Pain no es fácil de explicar con palabras, lo suyo es un sonido muy característico, que a veces se inclina a lo más raro y experimental y a veces busca llegar a más gente con estribillos pegadizos, pero siempre manteniendo su personalidad. De todo esto podrás encontrar en “Psalms of Extinction”. Desde la primera hasta la última pista, estos salmos ofrecen un derroche de originalidad y genialidad y ni un solo momento de aburrimiento. Todos los ritmos, todas las emociones están representadas a lo largo del disco. Cada canción tiene su espíritu único, su lugar en la cabeza de Peter que hierve de sonidos e ideas.
El single de presentación del disco, “Zombie Slam”, es un desafío más para la polifacética voz de Peter que intenta explorar sus extremos oscuros más góticos, y yo añadiría a la bolsa de las cañeras “Save your Prayers”, “Clouds of Ecstasy”, “Computer God”,“Bottle’s nest” y “Bitch”, con un sonido al que Peter no nos tiene para nada acostumbrados. Luego con mucho sentimiento tenemos “Play Dead” (versionando a Björk) y “Just think again” (con un bonito solo de Alexi Laiho de COB), quedándonos otro puñado de buenas canciones que te hacen vibrar y cantar a coro tanto como las demás.
Otras colaboraciones han sido Peter Iwers de In Flames al bajo en las dos primeras pistas y Mikkey Dee de Mötörhead a la batería en “Zombie Slam”.
¿Has sentido alguna vez que ya nada de lo que escuchabas te sorprendía o enganchaba, que no conseguías encontrar un sonido nuevo, fresco? Pues Peter Tägtgren trabaja para ti, trabaja para todos nosotros. Yo ya me pregunto que será lo próximo que exprima de ese cerebro suyo que nunca se seca.