
1. I Don't Know (5:16)
2. Crazy Train (4:56)
3. Goodbye to Romance (5:36)
4. Dee (Instrumental) (0:50)
5. Suicide Solution (4:21)
6. Mr. Crowley (5:02)
7. No Bone Movies (3:53)
8. Revelation (Mother Earth) (6:09)
9. Steal Away (The Night) (3:28)
Ozzy Osbourne, el hermano inglés de Bertín :-), miembro original de Black Sabbath y, por ende, uno de los padres del heavy metal... aunque aún no sepa cantar. La verdad es que por mucho que le llamen "el Padrino" no deja de moverse como un pato mareado (doy fe, por un vídeo de los Sabbath de principios de los 70 que pude ver, de que alguna vez pareció casi normal), pero precisamente todo esto junto es lo que hace que triunfe: es auténtico. Con este disco se lanzó en solitario aunque, para mi gusto, el protagonismo recae en el guitarrista Randy Rhoads (uno de mis dioses particulares, para qué negarlo).
Randy era hijo de la dueña de una escuela de música, quien dijo a su profe de guitarra que enseñara al chaval y, llegado a un punto, el profe dijo que el chaval le enseñaba a él. Miembro de Quiet Riot, grupo directo rival de Van Halen en aquella época, ganó el puesto para el grupo de Ozzy y se lanzó directo a la fama, siendo incluso elegido en poco tiempo guitarrista del año por la MTV (de cuando ahí había otro tipo de música). Parece que era conocido por ser tímido y porque, después de los conciertos, en vez de irse de farra, buscaba profesores de guitarra clásica para seguir aprendiendo. Menudo empollón...
El disco empieza con expectación, estallándote de repente en la cara un I don't know, declarador de intenciones, abriendo boca y anunciando qué vamos a encontrar en el resto del plástico. Pasa luego al tema estrella del disco, Crazy train, con ese famosísimo riff, del que no puedo decir más que hay pocas canciones que me sigan gustando tanto después de machacarlas tantas veces. Tras este momento álgido se relaja la excitación un poco y nos encontramos con un Goodbye to romance que viene a ser una de las madres de las posteriormente tan manidas y fotocopiosas baladas heavy, de estas que van creciendo poco a poco hasta que estallan en el súper-solo. Como puente con lo que queda del disco, la siguiente en la lista es Dee, una canción acústica que Randy titula en honor a su madre.
Y tomamos la Suicide solution, aquella con la tan polémica letrilla que hacía que los adolescentes estadounidenses acabaran con vida. Que digo yo, que si no habían oído el principio del disco, porque I don't know hablaba de otras cosas... Mr. Crowley nos lleva a lugares más siniestros en todos los sentidos (habla de un ocultista), si cabe, con un grandioso y furioso solo. No bone movies era una de las canciones estrellas en los directos en aquellos primeros años 80, por lo que he podido leer (a mi me estaban saliendo los dientes :-D) pero, personalmente, me resultan de las que menos me motivan del disco, un tanto fácil aunque divertida. Revelation (Mother Earth) es una canción triste, de denuncia, arrepentimiento y moquero en mano. Entonces, sin previo aviso, estalla el hippioso final apoteósico de Steal away (the night), que también está entre mis favoritas indiscutibles y que es de ese tipo de temas-cierre que te deja saciado a la vez que saltando y con ganas de más. Como debe ser.
No puedo decir otra cosa más que este disco es una perla del heavy metal. Ni uno solo de los temas es despreciable, ¡es que no hay uno malo! Ozzy tuvo la mayor suerte de su vida al encontrar a alguien como Randy Rhoads para componerle los discos (sin obviar en esta labor a nadie de la formación, como a Don Airey, que no es casi nadie el amigo). Grandiosa pérdida para la música la de este genio creciente al matarse en plena gira, que podemos sumar a la de Cliff Burton de forma similar, que ¿quién sabe dónde estarían hoy? Quizá dando conciertos de guitarra clásica... esperable de quien compuso el grueso de un clasicazo.
P.D.: Alejáos de las ediciones de 2.002 en las que sustituyeron las pistas del bajista y batería original debido a juicios y rencores. Un timo de la mano de Sharon... la Yoko Ono del heavy metal.