Nirvana - Nevermind

Enviado por Onán el Jue, 03/05/2007 - 09:00
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1. Smells Like Teen Spirit
2. In Bloom
3. Come as You Are
4. Breed
5. Lithium
6. Polly
7. Territorial Pissings
8. Drain You
9. Lounge Act
10. Stay Away
11. On a Plain
12. Something in the Way

Nevermind cogió por sorpresa a varias generaciones que no estaban preparadas ni por asomo para clasificar este horrible grito de dolor de apariencia tan ñoña, tan dramático y a la vez tan pegadizo. El boca a boca lo propagó más aprisa que la propia radiofórmula, y en pocos meses todo el mundo tenía un ejemplar en su estantería. Los periodistas, al grito de "para algo nos pagan", corrieron a inventar o tomar prestadas de por ahí palabras del tipo "grunge", "indy" y tonterías por el estilo. Las "no pintas" de Kurt Cobain se convirtieron en las pintas oficiales de muchos jóvenes, y de nuevo se produjo el tipo de onda expansiva que ya habían provocado Sex Pistols o Ramones, según la cual de pronto no había que saber tocar mucho para tener un grupo.

Las bases rítmicas del disco suenan poderosas y conjuntadas, aunque no van más allá de lo que suena cada día en miles de locales de ensayo; la guitarra tiene un sonido y unas maneras de lo más corrientuchas; los solos, siendo benevolentes, son infectos y cutres; la voz no está muy bien impostada... ¿Qué tendrá este disco, pues, que tanto nos gusta a tantos? Creo que tiene al menos dos cosas que lo convierten en la auténtica maravilla que es: un nivel compositivo fuera de lo normal y una insólita capacidad para convertir la amargura en algo bello.

En cuanto a lo primero, Nevermind está plagado de melodías simples y maravillosas que llevan sorpresa: de pronto acaban no en la nota que esperas sino en la de al lado. Las sucesiones de acordes contribuyen a sembrar el caos y la oscuridad, saltando continuamente del modo mayor al menor como quien se rasca los cataplines, descubriendo una y otra vez que el acorde más impensable es el más adecuado, haciendo fluir combinaciones de notas que normalmente cualquiera descartaría y creando con ellas, como churros, melodías magistrales. No intente hacerlo en su casa, hay que ser Kurt Cobain para que se te ocurran maravillas como In bloom, Lithium, Drain you o Polly. El tío no se molestó mucho en aprender a tocar o cantar, pero debía gozar de una increíble visión espacial "de serie".

Y en cuanto a lo segundo, el disco refleja un ambiente opresivo y decadente de los de toma pan y moja... pero a la vez melódico, bello, pegadizo y perfectamente radiable. Muy alejado de tormentos metaleros o góticos, Cobain supo expresar su ira de forma delicada y femenina, aunque sin renunciar a despellejarse la garganta, empresa en la que parecía empeñado. El tonillo de Nevermind tiene que ver con el de una rabieta infantil, caprichosa, egoísta e inmadura pero no por ello menos tremebunda, desoladora y sincera. La fórmula que empleó para expresar tanto malestar era magistralmente simple: la del subidón. Casi todas las canciones tienen una primera parte en que la guitarra no lleva distorsión, la voz canta grave y bajito, etc, que da paso a un subidón ruidoso en que, a grito pelao, aparece una nueva melodía más aguda e hiriente (a veces es la misma, en la octava superior) con su base distorsionada al uso. En fin, nada que no conociéramos bien de antes. Pero insisto: no intente hacerlo en su casa, que no le va a salir.