
1. Dark Chest Of Wonders - 4:28
2. Wish I Had An Angel - 4:06
3. Nemo - 4:36
4. Planet Hell - 4:39
5. Creek Mary’s Blood – 8:30
6. The Siren - 4:45
7. Dead Gardens - 4:28
8. Romanticide - 4:58
9. Ghost Love Score - 10:02
10. Kuolema tekee taiteilijan – 3:59
11. Higher Than Hope – 5:35
A esto hemos llegado, caballeros. El bendito Black Album de Nightwish. La obra que muchos consideran como el primer pertrecho de Tuomas y compañía contra sus seguidores, donde se dejaron subyugar por el inherente deseo lujurioso por tener más dinero y menos integridad musical. Pero, sobre todas las cosas, es el último trabajo de los finlandeses con la Diva del Metal, Tarja Turunen, en el micrófono. Aun le quedaría un canto del cisne con aquel mítico concierto titulado End Of An Era pero en estudio no podríamos degustar las proezas vocales de esta dama.
Mucho había cambiado desde los tiempos de cuasi anonimato de su debut Angells Fall First o su genial sucesor Oceanborn. Nightwish eran ahora un grupo de fama mundial y este álbum, engendrando temas diseñados para el éxito comercial, terminaron ese ascenso estratosférico a la gloria (monetaria, porque artística la habían logrado hace un par de años). Una de nuestras protagonistas en esta historia, Tarja, ya estaba encantada con su rol de estrella y eso no sentó bien entre su compañía masculina, que cada vez estaban menos seguros de continuar con esta vocalista como la suya. Tampoco ayudaba que el esposo argentino de la Diva del Metal –también manager de la banda-, Marcelo Cabuli, se entrometiera constantemente en los asuntos de la banda y complicara todo. Según la biografía oficial de la banda (que reconozco que no es la fuente más confiable e imparcial), la actitud del argentino fue tan negativa que otra agrupación con la que estaba vinculado, unos tales Gamma Ray liderados por un desconocido como Kai Hansen, rompieron relaciones con dicho manager por su actitud en los asuntos de los finlandeses. Perdió dos bandas (y dos muy buenas) por su mujer. Que shakesperiano.
No es ninguna sorpresa que con tensiones y diatribas de esta magnitud, el resultado final en este Once sería, por lo menos, irregular. Y así fue. Yo creo que peca de displicencia en algunos temas y sectores de otros. La verdad, pocos de estos cortes merecen estar en un catálogo ilustre de la banda pero creo que la calidad musical se sacrificó en pos de una mayor aceptación de un público metalero y más “abierto”. Solo Tuomas y sus huestes sabrán con exactitud. No es la gran aberración que muchos seguidores del combo dicen que es, pero tampoco me atrevería a decir que es una joya atemporal. ¿Quieren saber mi veredicto final? Sigan leyendo. Con la mejor portada de la banda (ese ángel muerto recostado sobre ese oscuro cofre de maravillas siempre me ha encantado como concepto), a mi juicio, estamos ante una historia fatalista y negativa. Tuomas es un sujeto que ve al mundo con cierta melancolía y desencanto, por lo que, como todo buen artística, nos lo va a hacer saber con su buen hacer en la música. Abramos las páginas de este cuento.
El inicio no podría ser más concreto y explosivo. Dark Chest Of Wonders es un trallazo simplificado de la vieja escuela de Nightwish y Emppu toma un rol protagónico con sus potentes riffs. Tarja canta con una voz menos operística pero no carente de nivel. Entre cánticos, narra la historia de alguien que ha perdido la inocencia de la juventud y como añora esos tiempos. El estribillo es de lo mejor que le escuchado a Tarja en su carrera y se carga el peso de la canción al hombro, cosa que ha hecho en otras ocasiones. Ahora, ya se habrán dado cuenta de que la composición ya no es tan sinfónica como antes. Claro, aún están esos arreglos marca de la casa pero ahora más directos, más metaleros, si se quiere decir así. En esta canción, funciona a las mil maravillas porque, a mi parecer, no le alteraría nada. Una fenomenal demostración de Metal épico y accesible. Si hablamos de nivel y entrega, parecer ser que están igual que aquel genial Century Child. Veamos si siguen así.
Wish I Had An Angel y Nemo son las dos canciones que catapultaron a los finlandeses a la cima de las tablas y les hicieron millonarios. La primera es más un Hard Rock comercial a lo Nightwish, donde las voces de Tarja y Marco se intercambian constantemente hasta el estribillo. Es una buena canción pero te cansa rápido. Hay quienes adoran la segunda pieza, Nemo, pero yo no soy de esos. Me parece algo faltante de vida y energía. Cierto, Tarja canta muy bien, aunque hay que mencionar que esa es una constante. La instrumentación borda límites demasiado simplistas y no termina de convencerme. Son perfectos para introducir a una mujer al Metal, eso sí lo reconozco. Esto o AC/DC.
Luego de los Hits de rigor, Planet Hell nos devuelve las composiciones deliciosas y sinfónicas del Century Child pero ahora con tintes más fáciles y agradables para el oyente. Nightwish no son brutales ni nada por el estilo, pero aquí atontaron su propuesta deliberadamente para así conseguir más seguidores, cosa que crea resultados irregulares. Aquí, en esta canción, funciona muy bien. Mención especial a Hietala por su buen hacer en esta canción. Debo decir que, a comparación del álbum pasado, el líder de Tarot ha perdido algo de peso en las composiciones y sus vocales ya son tan buenas como en el predecesor. Eso sí, aquí lo hace muy bien. Me parece un tanto curioso que tiraran de dos canciones de larga longitud en un trabajo diseñado para el consumismo de personas menos aptas a babilónicos testimonios sinfónicos y operísticos. Creek Mary’s Blood parece un intento por parte del señor Holopainen, un músico a quien respeto mucho, en recuperar la magia de los trabajos previos y demostrar que no toda la esencia se había perdido. Lastimosamente, no acaba de convencerme por la manera en la que está estructurada pero debo reconocer que hay algunas secciones donde se muestra esa maravillosa mezcolanza de la parafernalia grandilocuente de la banda y sus raíces metaleras. Claro, son efímeros esos instantes pero están ahí. Aun así, no acaba de maravillarme para defenderla con más ahínco. Por cierto, ¿para qué tantas partes habladas? No creo que ayuden a digerir la pieza.
Con cierta influencia arábica inyectada en la sangre de la agrupación, The Siren se muestra como un bálsamo luego de la, y me disculpan por la expresión, mediocridad de la canción previa. En realidad, me atrevería a decir que hay partes que me recuerdan a la estupenda canción de Rainbow, Gates Of Babylon. Marco hace las voces como si fuera un marinero a punto de ser sacrificado debido al enamoramiento causado por las preciosistas y delicadas melodías vocales entonadas por nuestra Diva del Metal. Debo decir que es apropiado que Tarja cante esta pieza sobre las sirenas, debido a la controversia que ha tenido en su carrera. Solo digo mi opinión, no se sulfuren. Dead Gradens retorna a los tiempos que tocaban Power Metal más directo y melódico, endurecido por los riffs más duros de Emppu en la guitarra. Debo decir que Jukka y Tuomas no tienen tanta predominancia en este trabajo y eso debe al tipo de estilo que se está llevando a cabo. Tarja canta suavemente y se erige como una ventisca de tranquilidad entre tanta dureza guitarrera. No es una maravilla pero se deja escuchar plácidamente.
Siguen por derroteros más duros en la forma de Romanticide (Tuomas juraba que existía una palabra en inglés llamada así pero le mostraron un diccionario que probaba lo contario pero dijo, “igual es un gran título”), que es lo más dramático de la obra y a la vez, lo más potente de la misma. Aquí Jukka sobresale un poco más en la batería, ya que este tema tiene muchos cambios de ritmo. Hasta Marco tiene una oportunidad de mostrarse con su bajo a mediados del mismo. El de la barba hace unos susurros que son entrelazados con las voces operísticas de la señorita Turunen. Siempre me ha gustado este dueto y esta canción es muy buena. La segunda canción más longeva es la magistral Ghost Love Score. Aquí si debo decir que la banda pudo sacarse un conejo del sombrero y componer una gran canción. Este es el Nightwish que todos conocemos y amamos, dando rienda suelta al ingenio compositivo de Tuomas y las más que notables vocales de Tarja, en perfecta consonancia con lo que sus más que dignos instrumentistas estaban haciendo.
Kuolema tekee taiteilijan (sí, copié y pegué el título del listado de canciones, no me juzguen) es el ocasional guiño de la banda a su folklore finlandeses en tonalidades calmadas y agradables. La voz de Tarja calma tu espíritu y te permite encontrar la paz entre toda la locura que uno vive en el día a día. Es de esas canciones que no brilla por su complejidad o contundencia, sino por su belleza y como toca tu corazón. Creo que por momentos como este, la alineación con Tarja es tan querida y defendida por sus seguidores. Y tienen razón de hacerlo.
Quieren acabar con elegancia este irregular trabajo y así tenemos a Higher Than Hope. Es una canción que se inicia como una balada y acaba como algo dramático, mostrando la faceta más sentimental de la banda, donde los sentimientos y visualizaciones de Tuomas son expresados por la idílica voz de Tarja como pocas veces se ha visto en un tándem de esta naturaleza. Hay uno que otro vestigio vocal de Marco en el estribillo pero entre tanta grandilocuencia, es difícil precisar dónde está. Y cuando menos se den cuenta…así termina todo. La estadía de Tarja “La Diva del Metal” Turunen en Nightwish ha llegado a su fin y nada volvería a ser igual para ninguno de los involucrados. Ni Tarja volvería a volar tan alto como con sus antiguos compañeros, al igual que su ex grupo no crearía un trabajo digno a su legado luego de su éxodo. Una prueba fehaciente de cuando el ego arruina un grupazo que hizo mucho más de lo que algunos quieren admitir.
Videos oficiales de Wish I Had An Angel y Nemo. Como siempre, disfruten.
Tres cuernos (medios, debido a su irregularidad y una ejecución incorrecta de los nuevos elementos comerciales) para Once. Una vez, hubo un grupazo, ahora solo hay un cuento que narrar…
• Tarja Turunen - Vocales
• Emppu Vuorinen - Guitarras
• Jukka Nevalainen - Batería
• Tuomas Holopainen - Teclados, piano
• Marco Hietala - Bajo, vocales