
1. Motörhead
2. On Parole
3. Vibrator
4. Iron Horse Born to Lose
5. City Kids
6. Fools
7. The Watcher
8. Leaving Here
9. Lost Johnny
Tercer estreno, tercera tarjeta de presentación de una banda legendaria, tercer obra imprescindible. El caso de “On Parole” es diferente al de “Aerosmith” y “Grinding Stone”, pues no estamos hablando de un debut reconocido como tal, sino del fruto de un lanzamiento discográfico a destiempo, cuando Motörhead habían alcanzado ya la fama, y la compañía United Artist, poseedora de los derechos sobre sus primeros temas, los puso en circulación, aprovechando el tirón del grupo y su imparable ascenso al estrellato en la gira de “Bomber” en 1979.
“On Parole” contiene nueve temas diseñados tres años antes por la primera encarnación de la banda, compuesta por Lemmy junto a un guitarrista llamado Larry Wallis, y el batería Lucas Fox. La compañía no creyó entonces en ellos, el trio se disolvió, y ya con los clásicos Eddie Fast Clarke y Philthy Animal Taylor cubriendo las espaldas del icónico bajista de la voz de aguardiente, se regrabaron esas canciones, se añadieron otras nuevas, y se distribuyó el álbum “Motörhead” en 1977, catalogado como el debut oficial.
Para mi, en cualquier caso, la primera piedra en ese templo sagrado que es la música de Motörhead, será siempre este “On Parole”, con esa imagen en la portada de un Lemmy que aparenta más edad de la que tenía, en su clásica pose de leviatán del Rock & Roll frente al micrófono. De hecho fue el primer álbum que tuve de ellos, hace ya ni me acuerdo, y me costó bastante entender por qué se decía siempre que Motörhead eran la banda más salvaje y ruidosa del Universo.
Y es que “On Parole” es un disco bastante diferente al resto. Se editó en el 79, de acuerdo, quienes tuvieron la suerte de disfrutarlos desde el principio argumentarán que el trabajo del 77 es lo primero que escucharon de ellos a nivel oficial, para seguir con la escalada imparable de esos históricos “Overkill”, “Bomber”, “Ace of Spades” y el directo del Hammesmith, pero sus primeras canciones son las contenidas en “On Parole”, y para conocer bien a la banda es fundamental partir del trabajo de esta primera y efímera formación, para después ir apreciando la evolución hacia ese sonido bombardero que haría de la institución británica una verdadera leyenda.
Recién expulsado de Hawkwind –“les robé parte del material y me follé a sus mujeres”, explicaría el verrugas en la película sobre su vida cuatro décadas después-, Lemmy toma el término popular con que se conoce a la Methedrina, un estimulante químico que debía ser muy habitual en su dieta, entre pelotazos de bourbon y vodka con naranja, y funda Motörhead. Otras versiones apuntan a que Motörhead es el nombre que se usaba para referirse a los consumidores de anfetas, pero es igual, las dos historias giran en torno al universo Kilmister, quien, de hecho, había bautizado a la banda como Bastard, convenciéndole un manager de la nula viabilidad comercial de semejante nombre. Qué mal hablados eran estos hevylongos. Si nos atenemos a esas primeras denominaciones, el pasado verano hubiéramos tenido girando en España a Bastard y a Son of a Bitch junto a Judas Priest.
Fox había intervenido en diversos grupos cuyos nombres nos dicen más bien poco. Wallis sin embargo llegó a formar parte de UFO antes de que Phil Mogg, Andy Parker y Pete Way ficharan a Schenker, pero salió de la banda sin grabar un solo acorde pues al parecer la relación con Mogg fue mal desde el principio.
Formó un grupo de rock macarra en Londres, los Pink Fairies, con los que demostró tener gran sentido del humor al burlarse nada menos que de Pink Floyd. Fijaos en el diseño de la portada de su álbum más conocido, “Kings of Oblivion”, en este enlace de un tema que Lemmy incluiría en el disco:
Aparte, y aunque parezca mentira, es junto a Brian Robertson el guitarrista más técnico que ha pasado por Motörhead, y en “On Parole” dio buena cuenta de ello, participando a lo largo y ancho del álbum con largos y muy entretenidos y tarareables punteos, e interviniendo a las voces principales en tres de los nueve temas.
La adaptación de Lucas Fox no fue tan positiva, y aunque participó en los primeros bolos del trio, solo grabó la batería en “Leaving Here”, siendo reemplazado desde ese momento por Taylor, que tocó en el resto del trabajo.
“On Parole” es un disco buenísimo, incluye dos canciones que brillarían con luz propia en “No Sleep till´ Hammersmith”, ganando un aluvión de puntos en directo: La epónima y devastadora “Motörhead”, escrita en los tiempos de Hawkwind, y el blues cavernícola “Iron Horse, Born to Lose”, que por desgracia nunca han vuelto a tocar en vivo desde los 80.
"City Kids", el rescate de Pink Fairies en la voz de Lemmy es un cañonazo igual de bueno que el original, atentos al ritmillo vacilón que tiene, y al tremendo instante final. Wallis se luce en la larga “On Parole”, “Vibrator” tiene un ritmo endiablado, pura marcha pre punk, y “Fools” es un medio tiempo que, en esa voz tan arrastrada y nasal del guitarrista se convierte en una rara avis en la discografía de Motörhead, y anticipa los momentos más bizarros de discos como “Bomber”, cuando Eddie Fast Clarke se anime a cantar “Step Down”.
También es destacable su aportación en “The Watcher”, movida y divertida, con esos efectos como de disparo que se oyen hacia el final de sus brillantes solos, y el tic tac del reloj que cierra, y la dupla final es memorable: “Leaving Here”, que sí interpretaron en directo posteriormente ya con la clásica formación, con los jugueteos de Lemmy sobre el bajo, y la extraordinaria “Lost Johnny”, con la mejor interpretación vocal del conjunto, el mítico frontman ofreciendo su tono más bronquista y socarrón en un tempo que encajaría en una peli de Sergio Leone. Me encanta el alarido que mete al final, sobre ese dibujo de guitarra fronterizo, al estilo de los ZZ Top más tabernarios.
Otro trabajo que hay que tener, o como mínimo saber escuchar y valorar, el primer álbum de Motörhead, que no satisfizo del todo a Lemmy. No terminaba de ser lo que él quería. En su cabeza, la criatura debía sonar a un nivel de fiereza y distorsión como no se había escuchado antes. Eddie Clarke sustituiría a Larry Wallis, y en un par de años estarían grabando “Overkill”, sin que nada ni nadie pudiera pararles a partir de ese momento.
Lemmy: Bajo, Voz
Larry Wallis: Guitarra, Voz en "Vibrator", "Fools" y The Watcher”
Philthy “Animal" Taylor: Batería
Lucas Fox: Batería en "Leaving Here"