Morgana Lefay - Sanctified

Enviado por Hawkmoon el Jue, 28/04/2011 - 21:11
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1. Out in the Silence
2. Time Is God
3. To Isengard
4. Why?
5. Mad Messiah
6. Another Dawn
7. In the Court of the Crimson King
8. Sorrow Calls
9. Where Insanity Rules
10. Shadows of God
11. Gil-Galad (The Sanctified)

"Symphony of the Damned", "Knowing Just as I" y "The Secret Doctrine", los tres primeros álbumes de Morgana Lefay, combo sueco dedicado a la elaboración de la mejor carnaza clásica (pero sin dar de lado el espíritu más aguerrido, oscurantista y épico), entregaron a la parroquia (bueno, a los pocos que se molestaron en comprar las obras) un material bien metalero, con mucha reminiscencia a los dioses, Priest y Maiden, y una cuidada, y cortante, atmósfera maligna, parida a base de sonar parecidotes a entes como Savatage, Metallica, Overkill, King Diamond, Armored Saint, Iced Earth o Sanctuary (los futuros Nevermore). Sí, de todos ellos, nuestros chicos, roban algo. Ladronzuelos entrañables.

Desde la creación del combo, las cosas no fueron demasiado bien. Pocos shows, ventas pobretonas, algún puesto de "telonero de telonero"...en fín, que la cosa no parecía que fuese a durar mucho, y, la verdad, la movida era bien injusta, pues Morgana Lefay, y ya desde el primer momento, soltaron material de primera. Como a grandes grupos, caso de Rage, Nevermore, Iced Earth o Savatage, el éxito, a los Lefay, no parecía serle propício de primeras, pero como la perseverancia da buenos frutos, y nuestros muchachos no estaban dispuestos a rendirse, los muy cabrones, de la chistera, se sacaron un pedazo de disco que quitaba el sentido, y mostraba, por fín, todo el poder, técnico y compositivo, de los suecos. El que fuese, o no, un éxitazo total no depende de Morgana Lefay. Ellos, lo único que tienen que hacer es forzar la máquina a tope, dejarse los cojones (y el alma) en el estudio, y dejar que el tiempo se encargue de poner las cosas en su sitio.

El mundo del Metal, en muchas ocasiones, ignora, en su momento, a bandas que son totalmente gloriosas, vanguardistas y seminales, y, putada total, a los Morgana Lefay les ha tocado ser de ese ilustre club. El ser una banda de culto debe molar, sin duda. Eso sí, no ayuda una mierda a pagar las facturas. Y así andaban los Lefay, sin un duro en los bolsillos, poniendo dinero por la banda y tocando para tres gatos (y dos, medio dormidos).

"Sanctified", el cuarto intento de llegar a más, y que cuenta con una portada muy recargada (onda Power Metal y progresivota, o, como mínimo, a eso huele la ilustración de marras) era una apuesta, en plan "doble o nada". O conseguían, por fín, algo decente (tampoco es que esperasen obtener unas ventas a lo "Black Album") o Morgana Lefay y su compromiso con el Heavy Metal se acababa. Menos mal que el destino, sabio totalmente, movió ficha a favor a de los suecos. Calidad por un tubo, más ganas que nadie de llegar a la cima del género, facilidad para crear himnazos, un vocalista ultra-carismático y unas guitarras poderosas como el trueno no se podían perder, de la noche a la mañana, en nuestro reino. Y menos en 1995 (año de nuevas tendencias, chandals, piercings, pelos rosas, tribales...), momento de lo más jodidote para todos los "diehard" fans de entes como Maiden, Helloween, Priest, Manowar o Grave Digger.

La diosa fortuna iba a acompañar a los Lefay durante su trayecto. Veremos, a ver, que sale de toda la movida.

"Out in the Silence", que tiene, a modo de intro, un caos de distorsión, enseguida se pone riffero y cañero (en plan Overkill), para empezar a decelerar, y, de nuevo, ponerse candente. Parece que el tema beba de miles de esencias, siendo las del Power, las del Thrash y las de la movida clásica, las más obvias. Morgana son Heavys como un cinturón de balas, pero quieren más público, y saben como ganárselo.

"Time is God" (que suena a mezcla entre el "W.F.O." de Overkill con las ondas de los recién llegados, por aquel entonces, Nevermore), "To Isengard" (con toque Doom), "Why?" (baladita acústica bien bonita, con mucha atmósfera. Pelos de punta), "Mad Messiah" (Thrash "groovie", y servido en bandeja rítmico-Heavylona) y "Another Dawn" (más leña riffera, "mediotiempera" y con cierto empaque) nos muestran a unos Lefay exultantemente chulescos, con un sonido muy suyo (a partir del momento), que, aún, aunando mucho sonido a otros, suena que alimenta. Morgana Lefay suenan a Morgana Lefay. Sonido distintivo, 100 %, pero, como todo, con sus raices. No hay árbol sin raiz. No hay banda sin maestros. Es un ciclo, siempre fue así. Metallica, en sus comienzos, sonaban mucho más a Motörhead que cinco años después. Pues los Lefay hacen lo mismo. Se van puliendo, van cogiendo lo mejor de cada mundo, y cada vez, lo sienten más suyo. Como que esa influencia se adhiere a la piel de los cinco musicazos suecos, y ya vive, para siempre, como órgano vital del cuerpo Lefay.

"In The Court of the Crimson King", ente veloz y tan cañero como sus hermanas pasadas, y que tiene un trabajo de guitarras total (felicitaciones a Tony Eriksson y Tommi Karpanen) nos sirve otro bonito temita acústico (con "chicha" sensiblona), de nombre "Sorrow Calls". Me mola, y mucho, como en el disco se pasa de las tormentas eléctricas y decibélicas, a movidas tranquilonas, preciosistas y sensibles.

"Where Insanity Rules", "Shadows of God" y "Gil-Galad (The Sanctified", la certera llamarada final, en forma de tridente "epico-groove-thrashico-melódico-poderoso", y seminal, acaba por cerrar, y ante miradas atónitas, uno de los mejores discos clásiquetes en lo que fue el 95. Y eso que, ese año, se parieron joyas, en nuestro "rollete cinturón de balas", francamente magnas.

Primer aviso de lo que nos esparaba con Morgana. Que no era más que un carrerón total, plagado de intensidad, logros, amplitud de miras, pegada y empuje.

"Sanctified" es el inicio de la mejor era del grupo. A disfrutar.

4 cuernos (altotes) para Morgana Lefay, el Rey Arturo, Mordred, Merlín, Excalibur, Camelot y la madre que los parió a todos. Joyita de nivel.

Charles Rytkönen - Voz
Tony Eriksson - Guitarra
Tommi Karppanen - Guitarra
Joakim Heder - Bajo
Jonas Soderlind - Batería

Sello
Black Mark