Mercyful fate - Don't break the oath

Enviado por Onán el Jue, 01/03/2007 - 16:00
131

1. A Dangerous Meeting
2. Nightmare
3. Desecration Of Souls
4. Night Of The Unborn
5. The Oath
6. Gypsy
7. Welcome Princess Of Hell
8. To One Far Away
9. Come To The Sabbath

Si Melissa era ya un disco delicado y complejo, Don’t break the oath estaba compuesto, arreglado y sobre todo producido con auténticas maneras de orfebre. Con un sonido mucho más lleno y carnoso que su predecesor, con unas guitarras gordísimas para la época pero sin buscar nunca la animalada por la animalada, el disco amarillo de Mercyful fate se convirtió para mí en una biblia imprescindible.

La profusión de recordings (esto es, grabaciones de terceras o cuartas guitarras, campanas, sonidos ambientales, “dobles King Diamonds” o cualquier cosa que no fuera el grupo y nada más que el grupo) era descarada en comparación con la crudeza de Melissa, pero no sólo no importaba, sino que demostraba a los más puristas que reforzar un grupo con los medios de un buen estudio, si se hace en su justa medida, no resta credibilidad y además es una gilipollez no hacerlo.

Qué decir de las canciones. De nuevo compuestas a base de mil trocitos distintos pero complementarios, esta vez tenían más entidad propia una por una. A dangerous meeting, el decadente y oscuro mazazo que hace las veces de presentación, era la forma final de una canción que llevaban ya tiempo tocando y grabando en demos con distintas letras, y que alcanzó su techo gracias al sonido arrasador de esta producción y a la terrorífica letra que finalmente escogieron. Está plagada de riffs tan simples como interesantes, dos de los cuales me siguen dejando boquiabierto: el de las estrofas y el que va acompañado de campanas, precediendo a la coda.

El resto de la cara A conseguía despertar mis miedos de adolescente, y quizá por costumbre o nostalgia me sigue acojonando lo suyo hoy por hoy. Nightmare (You are insane, you are insane!), Desecration of souls (Copulation in the night […] young lovers, you must be insane), Night of the unborn (They will dance around the chapel, it’s a feast for the dead). Joder, qué miedo, coño.

La cara B afloja quizá un poquito el fuelle. Las canciones están igual de bien, pero por alguna razón las percibo más como elementos dispersos: el conjunto del disco pierde un poco de redondez. Van pasando las brutales Gipsy, Wellcome princess of hell, te distraen un rato con una instrumental... y un poco más adelante llega al rescate Come to the Sabbath, brillante broche final que finaliza con una brusca declaración de intenciones tras la cual, aunque se hace el silencio en los bafles, puedes escuchar cómo tu corazón palpita en fade out una especie de “Satán, oé, oé, oé!”.

Sello
Roadrunner Records