
1. Herzogian Darkness 09:56
2. Hallucinating Warmth and Bliss 07:35
3. Le Delire de Negation 03:11
4. Stigmata Martyr 04:13
Desde comienzos de 2020 la humanidad enfrenta una plaga que se disemina sin que hasta ahora detenga su paso. Más allá de teorías y misterios vinculados con su origen y su propósito, resulta inevitable reconocer su verosimilitud: Existe y está entre nosotros. El miedo se expande paralelamente, potenciando la letalidad del virus ¿Estamos ante un evento de extinción? ¿Se detendrá alguna vez y nosotros, junto con los nuestros, libraremos de tan cruel pesadilla? Es posible que las mismas preguntas hayan palpitado con horror en la mente de nuestros antepasados más remotos, aquellos que en el siglo XIV vieron como la peste negra reducía la población sin ofrecer indicios de benevolencia.
Fieles a su vocación, aquellos que profesaban la medicina no claudicaron y recorrían pueblos y ciudades para tratar a los enfermos, arriesgando el pellejo con el temor invariable del contagio. Para protegerse, disponían de un atuendo muy extraño, coronado por peculiares máscaras que por aquel tiempo, quizá, parecían normales y a las cuales el vulgo terminó por habituarse, permitiéndoles identificar con rapidez a estas sombrías personificaciones de la esperanza. Sin embargo, hoy cuando vemos imágenes que recrean aquella época de pesadilla, la apariencia de los médicos de la peste nos estremece hasta los linderos del espanto.
Seducidos por los horrores imperantes en tan luctuoso período, pero entusiasmados con la idea de iniciar un proyecto musical, en el 2010 los polacos Lazarus y Nefar unieron sus talentos para crear Medico Peste, una banda de black metal que buscaba practicar no sólo la musicalidad tradicional del género, sino que además introducir elementos provenientes del post-punk, el avant-garde y el doom metal. En el 2017 lanzan el álbum Herzogian Darkness, haciendo referencia a la obra cinematográfica del portentoso Werner Herzog, la que se caracteriza por la presencia de personajes oscuros, muchos de ellos carentes de escrúpulos y con tendencia a la locura, envueltos en su mayoría por la atmósfera turbia de un mundo hostil (qué visionario ¿no?).
El mini LP Herzogian Darkness cuenta con cuatro canciones, a diferencia de su disco anterior, el debut 'א: Tremendum et Fascinatio' que casi lo dobla en duración. Su portada repulsiva y perturbadora es todo un acierto: Un loco posiblemente poseso intenta ocultarse detrás de un velo negro, mientras grita al vacío cargando a un bebé quien, a pesar del alarido, permanece dormido… o muerto.
Las sensaciones que la reproducción de este breve ensueño de maldad ofrece, fluctúan entre la pesadumbre y la demencia, pasando por otras tantas que no se hacen fáciles de identificar, pero donde aparecen entremezcladas la ira, el temor, la desesperanza y el hastío ante una existencia que te empuja con violencia hacia el pozo insondable de un nihilismo intransigente, porque ¿qué figura, creencia o ideal reúne la suficiente dignidad como para profesarle una fe que permita el descanso de un alma acongojada por tanta miseria existencial?
Herzogian Darkness es la primera composición del disco y se extiende por casi diez minutos que equivalen a un agobiante ensayo de introspección. A poco andar deriva en un verdadero viaje interno de locura y desaliento. Aquella desoladora melodía de Nefar en la guitarra establece las bases para que nuestro estado de ánimo adopte la disposición necesaria para iniciar esta lóbrega travesía. Al canto doliente de Silencer se suma la participación de Mark of The Devil de la banda Cultes de Ghoules. En la antesala del segundo minuto la guitarra parece cercenar la moral del más fuerte y la batería inspiradísima de The Fall aumenta su velocidad para pronto decantar en un blast-beat demoledor. Diez minutos de un trayecto que pesa interiormente, que oscila entre los pasajes fúnebres del doom y la acelerada pero también afligida maldad del black metal. Su extensión no te cansa ni te fastidia, pero por momentos te duele, como cuando luego de comenzar el octavo minuto, las voces cantan con la angustia de un par de almas condenadas al sufrimiento eterno. Semejante a las campanadas de un templo sumido en la ominosa edad media, Herzogian Darkness concluye dolida, haciéndote sentir con sus arpegios, los estertores de una víctima atribulada por la mismísima peste negra.
Hallucinating Warmth and Bliss es el segundo estadio de esta alucinación sonora. Parece comenzar más optimista, pero cuidado, el mal es mentiroso y en ciertas ocasiones, consigue engañarnos. Ahora la voz de Silencer adopta un cariz de cólera que escuece, pues el propio título promueve este calor sofocante. Importante es advertir que esa dicha a que hace referencia, no es más que una mixtificación para que creas, pobre mentecato, que tu moral reverdecerá intacta. En el minuto 2.15 hay un prolongado riff que advierto como una invocación, como el llamado para que ciertas entidades de dudoso origen hagan acto de presencia en esta confraternidad siniestra. La cadencia con que atruena la base rítmica invita a perderse entre la umbría inescrutable de una arboleda marchita y herética. A estas alturas (o en esta sima), ya sabes que caíste en el engaño y que estás, indefectiblemente, condenado a más angustia.
Le Délire de Négation corresponde al famoso postulado de Jules Cotard, también conocido como delirio nihilista ¿Quién no ha fantaseado con la idea de estar muerto? Pues peor que eso es que el delirante crea que junto con ello, el proceso de descomposición lo consume poco a poco. El tercer espanto comienza con la pavorosa alienación del funeral doom, pero casi en el acto, la negación será una salmodia con la que Silencer rasgará su garganta para envolvernos con seductora malevolencia. Acá la exhibición marcial de The Fall en la batería alcanza cotas de virtuosismo. Demasiado pronto culmina esta pieza, dejándonos con el paladar insatisfecho… ya se hizo un hábito que la pesadumbre sea más prolongada y extenuante, porque al parecer, en ella también encontramos belleza y regocijo.
El disco finaliza con la versión de Stigmata Martyr de la banda británica Bauhaus. Se atreven y, para ser honestos, no solo sorprenden: también encantan. Una canción maravillosa interpretada de manera excelsa. Difícil es controlar las áreas del cuerpo más susceptibles a dejarse llevar por esta aplanadora: o cabeceas o acompañas el ritmo con uno de tus pies. Si ya de por sí en su versión original Stigmata Martyr escandalizó a los creyentes, abordada por Medico Peste termina por hacerlos rasgar sus vestiduras al alero del pavor.
Hablé en uno de los párrafos de una “confraternidad siniestra”. Cabe mencionar que Medico Peste mantiene cierta hermandad con la inefable banda polaca Mgla. Justamente su debut fue producido por M y músicos de Medico Peste han militado en Mgla en variadas presentaciones. Así las cosas, con amigos de ese calibre colaborando entre ellos, solo podemos esperar auténticos ráfagas de buena música por parte de ambas alineaciones.
Todo cuanto acá fue y sea escrito de mi parte, es poco. Estamos ante un disco breve pero intenso, acreedor de 5 cuernos en todo su rutilante fulgor. Un viaje que amerita ser repetido, un tobogán cuyas sinuosidades estremecen tanto como magnetizan. Por mi parte, humilde neófito en el campo de un estilo que en un principio me fue difícil de digerir, estaré pendiente del camino que prosiga Medico Peste, atento a su recorrido por los lóbregos parajes que su destine les reserve, mirándolos con admiración mientras se desplazan ataviados con su atuendo misterioso y con esas máscaras aterradoras, intentando otorgar consuelo a quienes padecen... o empeñados en incrementar su martirio.
Nefar: Guitarra
E.V.T.: Guitarra
The Fall: Bajo y Batería
Silencer: Guitarra y Voz
Mark of The Devil: Voz invitada en Herzogian Darkness