MD. 45 - The Craving

Enviado por Hawkmoon el Vie, 02/09/2011 - 00:10
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1. Hell's Motel
2. The Day the Music Die
3. Fight Hate
4. Designer Behavior
5. The Creed
6. My Town
7. Voices
8. Nothing Is Something
9. Hearts Will Bleed
10. No Pain
11. Road Man

Dave Mustaine siempre ha sido un hombre de grandes triunfos, enormes pesares y, nos duela o no, derrotas en toda regla. Así es la vida de Dave, uno de los nombres más sacros en nuestro rollete. Luz y sombras, alegrías y penas. Una vida como la de todos, imagino. Pero a lo grande. A lo "MegaDave".

Justo después del tour de "Youthanasia" (el último gran disco de Megadeth), Dave empezó, de nuevo, a jugar con las drogas. Meses y meses, años, en rehabilitación y Dave seguía igual. Queriendo exorcizar sus demonios a base de heroína, alcohol, cocaína, pastillas o cualquier cosa que se le pusiese a tiro. Menos mal que un toque de atención definitivo por parte de su señora esposa puso las cosas en su sítio. Dave se iba a mantener límpio. O, como mínimo, lo iba a intentar con todas sus fuerzas. Iba a poner todo su empeño en ello. Las drogas siempre fueron divertidas. Siempre hicieron que todo resultase más fácil. Hasta que el pobre Dave, como muchos que caen en las mismas redes, empezó a ser esclavo de su propia adicción. La historia de siempre. Ya nos lo advertían Metallica con su "Master of Puppets". Pero, claro, Dave seguro que no les escuchó. Y menos en 1986.

El tiempo pone las cosas en su sítio y, finalmente, Dave pudo resistirse al embrujo del viaje al lado oscuro. Le costó, pero acabó consiguiéndolo. Y cómo el tipo se conoce, sabe de lo que es capaz cuando se aburre, conocedor de los peligros que entraña para un adicto a casi todo el hecho de reinar en la inactividad, lo tuvo claro: iba a aliarse con Lee Ving, viejo amiguete y cantante de Fear, banda Punk de L.A. Iba a rememorar sus tiempos con Metallica, el momento en el que solamente era guitarra, olvidando el hecho de ser vocalista. Megadeth se iban a tomar un descanso. Lo necesitaban. Desde 1986, el momento en el que vió la luz el legendario "Peace Sells", el combo Mustainiano no había descansado ni dos meses seguidos. Todo era tocar, entrar en un estudio y volver a tocar. Todo era poco por llegar a la gloria. Dave no se conforma con menos. Pero ya tenía un estatus de dios de la escena para cuando decidió darse un homenaje con la movida de MD.45. Ahora solamente tenía que relajarse, tomarse su tiempo y hacer lo que mejor sabe hacer: riffear como nadie en el planeta Metal.

Bienvenido a "The Craving", colega. Un disco peculiar, híbrido entre el Metal y el Punk, algo normal cuando las dos cabezas pensantes del proyectito son iconos en su propio feudo, que puede gustar al fan de Megadeth, al de Danzig, pero que no nació con el compromiso ni de ser una obra maestra, ni nada destinado a cambiar las cosas. Dave se quiere divertir, quiere mostrar que no se anquilosa únicamente en el Heavy Metal. Pero tampoco quiere parir un nuevo "Countdown to Extinction" o un "So Far, So Good..." o un "Never Mind the Bollocks" (disco por el que el ex-Metallica siempre ha sentido auténtica adoración). Dave viene, junto a sus MD.45, a disfrutar y, en la medida de lo posible, a hacer disfrutar. Y ayudado por el citado Lee a las voces, el bajista Kelly Lemieux y Jimmy DeGrasso (Suicidal Tendencies, Alice Cooper y futuro Megadeth, como reemplazo al gran Nick Menza). Veamos si Dave consigue otra de sus aplastantes victorias (hasta el momento). O, bien, veamos como comienza el inicio del fín del Dave mega-magno. No hay dos opiniones iguales sobre la obra del 96. Se ama, se detesta y deja indiferente. He oido de todo sobre el disco. Como de Dave.

"Hell's Motel" se abre con un riffeo muy Deth, muy basado en el propio cuerpo y forma de las guitarras. Huracán rítmico, muy Punk, muy Misfits, con su cierto encanto, y que puede recordar al material de Blaze Bayley (sobretodo por la voz), pero con una naturaleza tan similar a tantos y tantos temas de la misma madre y mismo padre, que la cosa acaba por no convencerme del todo. Está claro que Dave se esmera y le saca mucho brillo a sus cuerdas, además de que el aporte de DeGrasso, ayudado por su tremendo kit de batería y su aporreante destreza, van aposentando mejor la obra. Pero la voz de Ving, uffff...no me casa demasiado con el sonidazo que se escupe desde la parcela instrumental. Solitos bien majos y aura levemente innovadora, aún dentro de sonar manida. No está mal. Pero tampoco te saques ya la chorra. La cosa no es para derramar nada.

"The Day the Music Die" podría valer para el futuro "Cryptic Writings" (el disco rockero-metalero con el que nos obsequiaron Megadeth un año después de "The Craving") mientras que "Fight Hate" parece que nos preparaba para lo que íbamos a vivir con "The World Needs a Hero", es decir, Heavy-Thrash bailarín, de saldo, jugando a ser mágico pero sin un ápice de cojones. Mucha velocidad, mucha ilusión y algo de pegada. Pero algo bastante descafeínado, ciertamente.

"Designer Behavior" (Megadeth '92 + Mötley Crüe en plan "alternas" + Fear + una buena taza de Groove), "The Creed" (tema descartado de cara a aparecer en "Countdown to Extinction" y en "Youthanasia"), "My Town" (algo en una línea a lo "Victory" del "Youthanasia", pero con más calma, con un devenir no tan decibélico y huraño), "Voices", "Nothing is Something" (dónde Lemieux demuestra que podría haber sido un buen reemplazo para Ellefson), "Hearts Will Bleed" y "No Pain" (ambas mostrando lo que Dave haría en Megadeth a partir del 2001) muestran a una banda compacta, bien ensamblada, que sabe qué quiere y tiene claro hacía dónde quiere avanzar. Pero lo malo de la premisa de Lee, Dave y los demás es que no tiene validez, pues lo que hace ya huele mucho a Megadeth, bañado en auras más Punks que de costumbre, pero a un nivel insuficiente si lo comparamos con la era 85-94. No entiendo el que Dave quiera descansar de Megadeth y se meta en una onda tan Deth. Y, además, inferior. Claramente inferior. Vende la misma moto que siempre, pero con unas ruedas de mierda y un motor hecho trizas. Será que Dave solamente tiene un patrón compositivo. Siempre compone como lo hace en Megadeth. Sólo que ésta vez, primera en años, el invento no es que sea un acierto total. Es más, pese a la calidad instrumental y lo bien que se saben vender los MD.45, el bostezo es algo que ha estado pululando a mi alrededor demasiadas veces desde que empezó la movida con el primer track. Onda enérgica y "buenrollera", pero que se queda a medio fuelle. Disparo que ni hiere. Atontamiente leve. Muy leve.

"Road Man", onda "bluesy-punk-cañero-rockera", y que, sin duda, alimentó a un tema como "The Disintegrators" (del Deth-disco del 97), cierra la aventurilla que se quiso pegar Dave sin sus buenos colegas Marty, David y Nick. Calidad. Pero como Deth-fan, y es imposible no juzgar el disco desde la óptica de un Dethfan (pues el disco apesta a Megadeth), la cosa sabe sosilla, poco cocinada.

Disco con cierto encanto, pero que no acaba cumpliendo ni como "ente Deth" ni como alternativa molona a un grupo cañón. Pero molará a los coleccionistas "Mustainianos".

2 cuernos (altos) para "The Craving". Zapatero, a tus zapatos.

Con la tontería, el debut (y único disco de la banda) marcó el camino a seguir en Megadeth. A partir de entonces, poco a poco, como quien no quiere la cosa, la magia se fue diluyendo.

P.D: En el 2004, año arriba o año abajo, se reeditó el trabajo. Pero sin la voz de Lee. Dave se hizo cargo de la voz en la reedición. Cosa que acerca más el disco al reino Megadeth. Más aún.

Lee Ving: Voz
Dave Mustaine: Guitarra
Kelly Lemieux: Bajo
Jimmy DeGrasso: Batería

Sello
Slab Records