
1. Whitechapel (07:16)
2. Rites of Blood (04:18)
3. Out of the Abyss (03:25)
4. Return of the Old Ones (06:22)
5. Black Cauldron (02:57)
6. Midnight Meat Train (03:00)
7. War in Heaven (04:58)
8. Slaughterhouse (03:40)
9. Helicon (06:39)
Seamos claros. Nos encanta reivindicar a bandas calificándolas como infravaloradas, como si todas estuviesen hechas para conseguir el éxito, independientemente de lo comerciales o no que sean. Las cosas como son, el éxito no es para todos, aunque alguien trabaje duro y se lo merezca. Vaya esto por delante, me encantan Manilla Road y me parecen un grupazo como la copa de un pino, con auténticas joyas en su mochila, pero comprendo que nunca llegasen más lejos. En realidad, tienen la consideración que se merecen. No por falta de calidad, si no por lo minoritario de su propuesta. Estas palabras seguramente serán incomprendidas por sus seguidores (yo lo soy), pero es una banda con un estilo y una sonoridad no apta para todos. Se los he puesto a muchos amigos, no precisamente advenedizos en esto del "metaleo", y no han conseguido hacerse con ellos... y yo lo entiendo. Aunque nos duela, Manilla Road son una banda para ser apreciada por un círculo reducido de personas y ahí es donde han recibido, aunque tarde, el reconocimiento que merecían.
Out of the Abyss es la culminación de un proceso, iniciado a principios de los 80, que llevó a Manillla Road a alejarse de sus orígenes más épicos y adentrarse en los yermos territorios del speed/thrash más complejo. La entrada de Randy "Thrasher" Foxe (cuyo apelativo deja las cosas bastante claras) marcó un cambio de tendencia en Manilla Road que, como digo, eclosionó en 1988. Algo así como lo que sintió Blackie Lawless al echar a Steve Riley e incorporar a Frankie Banali debió pasarle Mark Shelton con la entrada de Randy Foxe. Un nuevo mundo de experimentación y radicalización se abría ante él gracias al atareado trabajo tras los parches de Foxe, algo que nunca habría sido posible con Rick Fisher en la formación.
Así, esa progresión que partía de Open the Gates, presenta a unos Manilla Road practicando un speed/thrash bastante complejo con multitud de cambios de ritmo, lo que, únido al característico sonido "seco" de la banda, arroja una propuesta bastante áspera en Out of the Abyss. Los tempos frenéticos, los riffs ultra intensos y acelerados que pueden tener cierto parangón hasta en unos Kreator, Sodom o Sabbat y el hiperactivo pulso de Foxe, son la constante en las Whitechapel, Out of the Abyss, Black Cauldron, Slaughterhouse, Midnight Meat Train... en favor de las clásicas loas épicas que plagaban los Crystal Logic, Open the Gates y The Deluge. Lógicamente el referente más obvio sería Mystification, su inmediato predecesor, pero aquí todo se vuelve más violento, desde las letras hasta el característico bramido del tiburón que privilegia su lado más agresivo frente a ese tono nasal tan lírico por el que le conocimos en sus primeros trabajos.
No todo el mundo lo verá así, pero yo personalmente lamento que esa faceta más épica y acústica de la banda casi no aparezca en toda la cara A de este LP y se haga esperar hasta el cuarto corte, Return of the Old Ones, con la salvedad de un pequeño fragmento en Rites of Blood. No es que no me guste el lado más rudo de Manilla Road, pero su mayor encanto residía en esa maravillosa capacidad para combinar el fragor de la batalla con oscuros cantos sobre gloriosas gestas, y aquí la cosa no está para poemas épicos, que digamos, aquí sólo hay espacio para la guerra más violenta y encarnizada .
Curiosa es la aproximación de Mark Shelton en esta época al virtuoso David T. Chastain, quien editó el álbum a través de su Leviathan Records y, a buen seguro, puso a Manilla Road en manos de Steve Fontano (Vicious Rumors, Racer X, Chastain, Vinnie Moore, Cacophony, Jason Becker, Marty Friedman...) para una mezcla que, si bien dota a Out of the Abyss de cierto impacto extra, no le despoja de su agreste sonido tan característico. Por cierto, recientemente, el propio David T. Chastain ha puesto en circulación el largamente rumoreado proyecto Sheldon/Chastain grabado en esta misma época y en el que sólo puedo lamentar esa molesta batería programada y su sonido maquetero. No deja de ser una curiosidad muy interesante.
No quería terminar la reseña si lamentar el fallecimiento de Mark "The Shark" Shelton hace ahora algo más de un año, con quien tuve la ocasión de charlar largo y tendido (e incluso entrevistar) en dos ocasiones antes de su fallecimiento y, en ambas, mostró una venerable disposición a dedicar buena parte de su tiempo a atender la cantidad de devotos seguidores que se acercaban a él. Sin duda, un personaje realmente encantador y un talento de lo más incomprendido, algo que, como empecé diciendo, hasta cierto punto comprendo.
A buen seguro, este trabajo no está al nivel de sus predecesores, pero dice mucho de una banda que uno de sus momentos menos brillantes, aún así, ofrezca la calidad de este Out of the Abyss. Si fuesen cualquier otra banda, le daría cuatro cuernos, pero como son Manilla Road lo voy a dejar en tres muy altos. Descanse en paz, Mark "The Shark" Shelton.
- Mark "Shark" Shelton: voces y guitarra
- Scott "Scooter" Park: bajo
- Randy "Thrasher" Foxe: batería