
1. Pray For The Dead
2. Slaughter House
3. Waking The Dead
4. Black Widow
5. Racing The Wind
6. Love Kills
7. Hell Bites (From The Edge of Insanity)
8. Everyone Lies
9. Twisted
10. Firestorm
Poco se conoce que fue de Loudness en los años 90's. Le cuento, querido lector, que en 1991 se daba por terminada la relación con Mike Vescera y con el bajista de toda la vida, Masayoshi Yamashita. Sumergido en la incertidumbre, uno de los mayores talentos del género, Akira Takasaki, decidió junto a su amigo, el fallecido Munetaka Higuchi, seguir adelante con la leyenda nipona y no tardaron en emprender una nueva aventura junto a un vocalista llamado Masaki Yamada para publicar en 1992 su décimo disco de estudio, el homónimo "Loudness".
Las etapas de Loudness son fácilmente distinguibles. Tres discos un tanto bizarros y oscuros significaron el nacer de la banda, con la publicación de "Disillusion", Loudness conquisto Europa y con "Thunder In The East" hicieron lo propio con Estados Unidos. Sin embargo, los años de oro se hacían muy distantes en pleno '92 y Akira Takasaki, todo un pura sangre, nos propuso en esta décima entrega de Loudness lo que mejor sabía hacer: Suministrarnos Heavy Metal en su estado más puro, directo al corriente sanguíneo.
Desde la psicodelica portada, obra del genial Tadanori Yokoo, nos damos cuenta que esta es una nueva etapa para la banda. En "Loudness", los himnos fiesteros como "Crazy Nights" y "Satisfaction Guaranteed" se hacen a un lado para darle la bienvenida a los temas a medio tiempo, los acordes largos y tétricos que Akira suelta a diestra y siniestra son la tónica a seguir durante la mayor parte del disco. "Racing The Wind" es una de las pocas excepciones que podemos encontrar, ya que es un tema enérgico que nos teletransporta a sus obras ochenteras y "Firestorm", cuya velocidad es por momentos obscena. Pero la zurda de Akira, por lo general, se lo tomó con una calma magistral que resulta verdaderamente seductora e impactante.
Minoru Niihara siempre será la voz de Loudness, pero sus reemplazantes han estado a la altura. El simpático Masaki Yamada no es ningún virtuoso, ni un hábil escalador de notas altas, pero su tono desgarrado, guarro y desaliñado suena honestamente rockero y esto le permitió fusionar sus dotes y adaptarlos a la música con una perfección que asusta y agrada a partes iguales.
Como dije anteriormente, éste es un álbum cuya característica principal es la densidad de la sección rítmica, la cual, se sostiene de manera sólida gracias a la esplendida labor de Akira, quien no tiene nada que demostrarle a nadie. En esta décima entrega de su banda, simplemente nos brindó una nueva dosis de su ninguneado talento, consagrándose esta vez en territorios ásperos de delicia avinagrada.
Aunque muchos recurramos casi por inercia a sus trabajos más conocidos, Loudness ha sido una banda que ha trabajado de manera ininterrumpida desde su debut en 1981. Estos dinosaurios tienen hasta la fecha ¡veintiséis discos publicados! Y eso sin contar EP's, Recopilaciones y Live's. Tristemente, la mayoría de estos trabajos yacen en la sombra, pero no debemos olvidar que los veteranos siempre cumplen y merecen respeto.
Le invito, querido lector, a escucharse esta obra, no se va a decepcionar. Le recomiento prestarle especial atención a la oscura "Pray For The Dead", a "Racing The Wind", cuyo ritmo vertiginoso nos recuerda a los Loudness que todos conocemos y a la enorme, monumental e imprescindible "Slaughter House".
D-I-S-C-A-Z-O.
Masaki Yamada: Voz
Akira Takasaki: Guitarra
Taiji Sawada (Q.E.P.D. 2011): Bajo
Munetaka Higuchi (Q.E.P.D. 2008): Batería