Legacy - Demo:1

Enviado por Hawkmoon el Dom, 26/08/2012 - 17:55
1536

1. Burnt Offerings
2. Reign of Terror
3. Alone in the Dark
4. Raging Waters

Testament, el combete americano de Thrash Metal, nunca ha tenido tanta suerte como mucho coleguilla generacional. La escena Metal está llena de flagrantes injustícias, y, desde luego, el que Testament no sean una de las bandas más amadas y vendedoras del cotarro es una putada. Metalheads ignorando a auténticos dioses y alabando a falsos mesías. La historia de siempre, vamos.

Las huestes de Chuck Billy, y a pesar de contar con discos de enorme factura, auténticas joyas de la escena, no han sabido venderse.

Una onda musical muy deudora de Metallica, cierto riffeo Exodus, agresividad y locura pegadora, elementos que a otros les convirtieron en dioses, no han sido suficiente para que los papás de "Souls of Black" o "The New Order" hayan podido establecerse como una banda mega-relevante. Y, joder, no es que no mereciesen el éxito total, pero, claro, si llegas a la escena tarde, entregas algo ya visto (por mucho que sea espectacular) y vives a la sombra de titanes de mayor envergadura, normal, no te comes un colín.

Pero no vamos a hablar de movidonas tristonas y ya sin solución.

Testament nunca vendieron en exceso (salvo en la era "Souls of Black", curiosamente su peor trabajo), pero me cambiaron la vida, macho. No sería un pedazo de metalhead sin el impacto que produjo en mi persona el darle cera a su mítico (almenos para mí) debut, "The Legacy". Mística terrorífica, alaridos agudo-infernales, unas guitarras extrañas, como soterradas, pero cortantes y ultra-vacilonas, que me engancharon, y de por vida, a la formación. Incluso "The New Order", otra maravilla, me supo a poco. Nada me hará olvidar el tremebundo shock que significó darle cera al invento 87. "Over the Wall", "Alone in the Dark", "Do or Die" o "Burnt Offerings"...la polla en vinagre, disco masterofpuppetero total, exodusista también, con cierto danzar de los primeros Anthrax y mucho filo. Demasié pal body.

Otros, en el reino Thrash, tendrán más dinero, venderán mejores motos, tendrán más talento escénico y logos más curradetes. Pero pocos, muy pocos, pueden vacilar de ser mágicos, de estar tocados por la fortuna metálica, aquella que no te convierte en superestrella, pero sí que te hace inmortal. Testament pueden fardar. Son de los mejores, pero pocos se han dado cuenta.

Hora de volar hacia el pasado, de plantarnos en 1986, el año dorado del Thrash, el año en el que se parieron más obras maestras por metro cuadrado. Metallica iban directos a la cima, Dark Angel abrían las puertas del infierno, Slayer eran los mendas más peligrosos del universo, Anthrax y sus bermudas eran icónicos y Megadeth, la furiosa venganza contra Metallica hecha banda de Speed cañón, quemaba culos desde su nacimiento. Testament, que aún no sabían que iban a quedar atrás, que aún se hacían llamar Legacy, ponen toda la carne en el asador y debutan maqueteramente (sacro tape trading ochentoso), con un par, apostando por la máxima pegada y el sentimiento acojonador.

Portadeja molonceta, con el calaverón que sería icónico en el devenir de la banda (incluso me lo tatué en el hombro), metido en su pentagrama slayerista, todo en tono vainilla-sepia (como debe lucir un clásico).

La era pre-Chuck Billy (parece raro que haya existido la banda sin él), la era en la que Testament aún eran cachorros, a puntito de ser degustada. A darle cerilla a "Demo:1"...

"Burnt Offerings", que nace casi lovecraftiana, malrollera, oscurota, que te deja en suspense, y sobretodo por lo acertado del bello ataque acústico-solista, que ya deja constancia de lo bien que se le dará a la banda en un futuro próximo el movidón misteriosote, pronto se pone las pilas que da gusto, se pone saltarina, te hace saltar a tí y acabas dándote cabezazos contra la puta pared. Ira total, batería machacona, riffs pegadizos, melodias tan hechizantes como martilleantes, con un Skolnick en estado de gracia, aún verde, pero mucho más maduro que mucho guerrero del mástil del momento, un "Zetro" que se deja la puta garganta (normal, claro, que Exodus lo quisiesen como relevo post-Baloff), un bajo, el del maestro Greg Christian (el Steve Harris del Thrash), que no deja de intimidarte. Todos los ingredientes del tema, ingredientes que forjarán el sonidazo de Testament por siempre, ingredientes con alto sabor a Metallica, que hacen de la demo un platazo de primera.

"Reign of Terror", la más netamente Thrash de la obra, algo diseñado para poder combatir contra los mismísimos Slayer, y, lamentablemente, una composición que no acabó en ningún disco oficial (hasta que llegó el tremebundo disco de regrabaciones, "First Strike Still Deadly", en el 2001), nos deja anonadados, por su pureza, por su derroche de garra. Frenesí, técnica contenida, mayor zarpazo. Tema 100 % Bay Area. Sudando sangre.

"Alone in the Dark" o, lo que es lo mismo, uno de los mayores clásicos de la banda (y de la escena), aparece ante nosotros. Y toca emocionarse lo que no está escrito, moverse más que nadie, machacar el esqueleto. Toca morir, aunque de puto gusto. Un solazo de infarto, que sirve de entremés a uno de los riffs más viciosos del reino, épico, heavymetalero, y ya no hay dios que nos pare. Despiporre metaloso, músculos en tensión, todo un viaje galopante-monstruoso. La adrenalina por las nubes, la banda descargándolo todo, reduciendo a escombros el garaje infecto en el que estarán grabando, y conquistando almas metálicas segundo a segundo. Clasicazo eterno. Thrash Metal ejemplar. Bien tocado, sacrílego, atroz, brillante. Material dominante, hipnotizante. No serán los dioses del cotarro, pero suenan como debe de sonar un dios.

"Raging Waters", que sigue mantiendo el poso oscurantista de "Alone in the Dark", su mismo tipo de tesitura astral-jodidota, actúa, igual que los pasados tracks, a lo loco, a lo bestia parda, sin miramientos, rajando y decapitando. Billy cantó mucho mejor el temita, le dió más fuelle, pero "Zetro", versado en el arte escupe-ácido, no lo hace nada mal. Agresividad talentosa, coñes. Legacy, futuros Testament, futuros amos. Un patadón letal. Un cierre de puta madre. Maqueteros, sí. Pero más que certeros. Una ofrenda, un legado inmortal, una obra de arte chulesco-enérgica y demoledoramente molona.

4 cuernos (bajos) para Legacy y su "Demo:1". Puntiagudo y sacro Thrash de segunda generación.

Legacy, Testament...llámalos como quieras. Pero llámalos.

Steve "Zetro" Souza: Voz
Alex Skolnick: Guitarra
Eric Peterson: Guitarra
Greg Christian: Bajo
Mike Ronchette: Batería