Led Zeppelin - Coda

Enviado por Stoned el Dom, 31/01/2016 - 16:55
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Cuenta Don Henley, batería y vocalista de los Eagles en el muy recomendable documental “The History Of The Eagles”, seguramente el mejor monográfico que he visto jamás sobre una banda de rock, que el grupo, y particularmente él, estaban encantados con la grabación de su primer álbum: irían a registrarlo a Inglaterra, a los mismos estudios en los que grababan Led Zeppelin, y producido además por el ingeniero habitual de la banda británica, Glyn Johns.

Así pues, Henley estaba totalmente entusiasmado: penetraron en los míticos estudios Atlantic de Londres y se sentó a la batería, esa misma con la que su ídolo John Bonham había grabado algunos de los primeros éxitos de Led Zeppelin; comenzó entonces a ordenarle a Johns que microfonease su instrumento a la manera que lo hacía con Bonzo… pero este simplemente le contestó: “Que te jodan… no eres él ni nunca lo serás”, chafando a Henley pero haciéndole comprender que John Bonham sólo había uno… y siempre será así.

La muerte de Bonzo en 1980, ahogado en su propio vómito tras ingerir cuarenta destornilladores –vodka con zumo de naranja- fue uno de los mayores mazazos de la historia del rock. Porque siendo percusionista era capaz de brillar tanto como otros instrumentistas, o dicho de otra forma: un redoble de Bonzo es tan reconocible como un riff de Keith Richards, como un punteo de Jimi Hendrix, como un solo de Jimmy Page. Algo difícil de conseguir aporreando un instrumento, a menudo, tan poco reconocido.

Bien es cierto que Led Zeppelin no estaban en su mejor momento cuando Bonzo falleció: su último álbum hasta esa fecha, “In Through The Out Door”, es seguramente el único disco de la banda británica que puede ser catalogado sin temor como malo. Desastroso, incluso. El propio Bonham era a esas alturas un alcohólico incurable –hecho que como dijimos le terminaría por llevar a la tumba- y Jimmy Page un adicto a la heroína; no hay más que ver algunos vídeos de actuaciones de la época en la que vemos al guitarrista totalmente demacrado convertido en un triste yonki desafinando y equivocándose de nota una y otra vez. Por otra parte, Robert Plant seguía de luto por la muerte de su hijo de tan sólo seis años en 1977. John Paul Jones –uno de los personajes más talentosos y menos valorados de la historia del rock- era el único miembro con la cabeza sobre los hombros, y le toca a él tirar de un carro demasiado hundido en el fango; en el citado “In Through The Out Door”, a la postre el último álbum de estudio de Led Zeppelin, lleva la carga compositiva de todo el disco sobre sus espaldas, dándose la circunstancia de ser el único trabajo de Led Zeppelin en el que hay canciones no compuestas por Page, principal compositor de la banda.

Así pues y dadas las circunstancias, la desgracia de la muerte de Bonzo no fue quizá tan inesperada en el seno de una banda que hacía ya demasiado tiempo que estaba coqueteando con el desastre… tras el deceso del batería, la compañía de Led Zeppelin les reclama otro álbum más; ellos no pueden hacer nada al respecto, tienen un contrato y el incumplimiento de éste podría causarles aún más problemas, pero tampoco quieren continuar con la banda sin su amigo Bonzo… así que los Zeppelin matarán dos pájaros de un tiro con “Coda” (1982): editarán un disco de rarezas y descartes que guardaron en el baúl a lo largo de su carrera y evitarán de esa manera grabar nuevo material sin el percusionista; por otra parte, la edición de dicho material debilitaría el potente mercado de discos piratas que surgió en cuánto a diferentes grabaciones de Led Zeppelin a lo largo de la década de los setenta.

“Coda” ha sido considerado desde su lanzamiento un disco menor –y técnicamente lo es- de Led Zeppelin, cuando no ha sido directamente defenestrado; y es cierto que está lejos (muy, muy lejos) de sus obras maestras, pero es, desde luego, un disfrutable epitafio, una bonita coda, como su propio nombre indica. Un último adios de la banda hacia sus fans en el que Led Zeppelin dejan para la posteridad algunas rarezas para disfrute de los que durante años fueron sus fieles seguidores. Y tomado como eso, como disco de rarezas, es sumamente eficaz.

Curiosamente, tres de las composiciones de “Coda” son descartes del flojísimo y ya citado “In Through The Out Door”, y las tres rayan a un nivel que hace incomprensible su no inclusión en ése disco, como “Ozone Baby”, puro sonido Zeppelin de la segunda mitad de los setenta, duros riffs de Page y berreos de Plant mediante, “Darlene”, otra gran composición con aires fifties y tono fresco y dinámico y la que cierra “Coda”, “Wearing And Tearing”, con un sonido algo más maquetero y ritmo frenético, que aunque siendo la peor de estos tres descartes, hubiese igualmente quedado perfecta en su correspondiente disco.

Led Zeppelin recuperan también un tema de su primer álbum, “I Can’t Quit You Baby”, popularizada por Ottis Rush y escrita por Willie Dixon, seguramente el compositor de temas blues mas importante de la historia, habiéndose convertido la gran mayoría de sus canciones en estándares del género, siendo interpretadas por gran parte de las grandes bandas de rock de los sesenta y setenta. Si bien es apreciable la intensidad que alcanza la canción siendo interpretada en directo –en contraposición con su versión de estudio- no deja de sorprender que decidiesen incluir esta en lugar de algo totalmente inédito.

Con “Bonzo’s Montreux” Zeppelin muestran algo parecido a una jam basada en una atronadora demostración de la habilidad de Bonham a la batería, pero queda un corte demasiado genérico y sin mucho interés, aunque se presupone que la banda lo quiso incluir en homenaje al finado dado el protagonismo que demuestra.

“Poor Tom” es un descarte de “Led Zeppelin III”, y como este muestra un espírito acústico y folk, con una misteriosa guitarra de Page y una omnipresente percusión de Bonzo, que irónicamente termina por restar profundidad a la canción, que se queda en una composición más bien anecdótica.

De las sesiones de “Houses Of The Holy”, uno de los mejores discos de la banda inglesa, procede “Walter’s Walk”, composición enérgica, eléctrica, rítmica, que se convierte en uno de los cortes más apreciables de “Coda”.

Pero la mejor, o al menos mi favorita, es el tema de apertura: “We’re Gonna Groove”. Es una canción grabada en directo en el londinense Royal Albert Hall en 1970, y aunque posee retoques de estudio y overdubs es un fantástico testimonio de los demoledores Led Zeppelin de los inicios.

Se trata de otro tema ajeno, en este caso de Ben E. King, uno de esos compositores de música negra que tanto influenciaron a Led Zeppelin y a Jimmy Page en particular a lo largo de toda su carrera, a pesar de la manía que tenían de “inspirarse” en ellos para después no acreditarles, con sus correspondientes y jugosos royalties yendo a parar a los bolsillos de los jovencitos británicos; aquí al menos, Page tiene la decencia de acreditar a King, porque como dijo Homer Simpson en una de sus más inspiradas frases:

“Por allá va Jimmy Page, el mayor ladrón de música negra americana de la historia”

Y si lo dice Homer, no hay nada más que añadir…

John Bonham: Batería, percusión
Jimmy Page: Guitarras
John Paul Jones: Bajo, teclados
Robert Plant: Voz, armónica

Sello
Swan Song