
1. Death Breath
2. Mongrel Horde
3. Down to the Inferno
4. Liar´s Dice
5. Passing Away/Kublai Khan
6. Clash of the Swords
7. Battle Hymn (The Centurión)
Antes de que llegaran Marty Friedman, Chris Poland, Jeff Young, Al Pitrelli, Glen Drover, o el actual Chris Broderick, aquel joven “de trato fácil” llamado Dave Mustaine que acababa de salir de Metallica, cruzó sus seis cuerdas de cara a un nuevo proyecto con un guitarrista de Minessota llamado Greg Handevidt, amigo del colegio de Dave Ellefson.
Ellefson y Handevidt compartían apartamento en Los Angeles, y la primera encarnación de Megadeth contó con ellos dos junto al pelirrojo y un batería llamado Dijon Carruthers. Lo curioso es que Greg Handevidt no esperó a ser expulsado, sino que abandonó a MegaDave harto de sus neuras, y convencido de que tenía madera para liderar su propio proyecto.
Así fue que recurrió a un guitarrista llamado Kevin Idso, y junto a dos músicos desconocidos llamados Mike Liska y John Fedde, fundó Kublai Khan hacia 1985, basándose en el esquema Voz-Guitarra/Guitarra/Bajo/Batería de Megadeth y Metallica, las dos bandas cuya estela seguiría este interesante y atrevido personaje.
Tras el habitual baile en busca de compañía discográfica, tras la edición de las primeras demos, Kublai Khan consiguieron un contrato con el sello New Renaissance, y editaron en el 87 su único disco, “Annihilation”, un perfecto ejercicio de estilo dentro de su modestia, 30 minutos de puro Thrash Metal Old School, con producción fangosa, voces cabreadas cargadas de actitud, y rapidísimos solos de guitarra que entran como cuchillas y despedazan las canciones con precisión quirúrgica.
En “Annihilation” tenemos una serie de temas rápidos, muy directos, como los iniciales “Death Breath”, con muy buenas solistas cambiando el tempo en la mitad, y “Mongrel Horde”, cuya entrada es puro Metallica época “Master...”, “Liar´s Dice” -tremenda-, y la final e hipertrallera “Battle Hymn (Centurion)”, que no tiene nada que ver con Manowar, y es una de las mejores; un medio tiempo muy intenso que en algunos momentos puede llegar a sonar monótono, como es “Down to the Inferno”; y una instrumental frenética, “Clash of the Swords”, donde el cuarteto se nos lanza al cuello a base de galopadas, y un trabajo del batería empujando y de las rítmicas que es una gozada. No me extrañaría que el propio Mustaine se hubiera inspirado en este tema cuando al año siguiente abrió “So far So Good So What” con otra instrumental de duración y concepto parecidos, “Into the Lungs of Hell”.
“Passing Away/Kublai Khan”, con sus siete minutos, puede hacer pensar que nos hallamos ante el típico tema épico, con intro acústica y furioso cambio de tiempo para presentar la canción que da nombre a la banda, pero nada más lejos de la realidad: se trata de dos potentes temas en uno, y el tránsito lo marca un atronador break de batería hacia el minuto cuatro, seguido del golpeo martilleante del bajo, habitual en muchos temas thrashers, al estilo “Merciless Death”, la cuarta pieza del legendario “Darkness Descends” de Dark Angel. Extraordinario. El mejor momento de todo el long play.
Este álbum proporcionó a Kublai Khan un efímero momento de gloria, y llegaron a girar con grupos como Kreator o Voivod, pero no tuvo continuidad, retirándose de la música la mayoría de sus integrantes.
El amigo Greg Handevidt se matriculó en la universidad y se hizo abogado, que bueno es saberlo. Espero que en su despacho conserve, en lugar de la imagen de la Justicia con los ojos vendados que tienen muchos juristas, un póster bien visible con el imponente guerrero mogol de “Annihilation”.
Greg Handevidt: Guitarra, Voz
Kevin Idso: Guitarra
Mike Liska: Bajo
John Fedde: Batería