King Diamond - The Eye

Siempre que se cita la obra de King Diamond salen a relucir discazos como "Abigail", "Them" o "Conspiracy". Siempre. Parece que el bueno de Kim Bendix solamente haya trabajado entre 1987 y 1989, joder. Cuando, desde siempre, desde tiempos inmemoriales, el maestro, por regla general, alumbra trabajos de nivelón. Y sea en la década que sea.

Está claro que esos tres discos, trabajazos, obras magnas de las tinieblas, son, obviamente, élite exquisita para todo aquel que guste de un Heavy Metal certero y oscurote. Piedras filosofales para el amante de las guitarras concisas, trabajadas y con alma. Y reducto sónico para todos aquellos que disfrutamos como enanos de historias lúgubres y jodidotas. A un metalero le mola la oscuridad y el rollete malsano. Y, joder, a un metalero le debe de molar, y por huevos, el mejor material de King Diamond.

Y ahí entra "The Eye", señores. Disco que merece puestos de categoría en la discografia del danés. Puestazo de honor, colega. Nada que envidiarle a "Abigail", tan sofocante como "Them" y con el encanto de "Conspiracy". Nunca entenderé la razón del cierto menosprecio al disco. Y, coñes, hoy me apetece ponermelo. Celebremos un gran trabajo, ignorado en demasía, que es todo un puntazo. Otro logro del papa de "Don't Break the Oath". Y van....uffff. Ni contamos, que nos dan las tantas.

La portada ni la menciono. Un puto espanto, lo sé. ¿Púrpura? Joder, King. Mata al puto ilustrador. Poco más que acotar. Ni que decir tiene que jamás he buscado la camiseta. Suficiente hice al pagar por el disco en la tienda. Verguenza de la buena. Alguien podia pensar que me estaba comprando algo de Glam. Uffff...

Con el movidón de las brujas de Salem, los ajusticiamentos y las conspiraciones del momento como hilo argumental, da comienzo la nueva ofrenda del hijo (heavy) predilecto de Lucifer. Se sube el telón (rosa) y comienza "la peliculita". No comas palomitas ahora, gilipollas. O el maestro te las meterá por el culo. No te pierdas ni un segundo, capullete. Si un crujido de tu jodida palomita me priva de sentir, tal y como se debe, la guitarra de Andy o los falsetes de Diamond, te abro el cabezón.

"Eye of the Witch", el primer tema, nace con mística, como con un aura de ensueño, sobretodo gracias a la ayuda del tecladito de marras, que sabe aparecer en los mejores momentos para dar enfásis, para resaltar, aún más, el vozarrón de Diamond y la pureza guitarrera de LaRocque. Solazos y una atmósfera muy lograda, rítmico-épica-oscurantista, que sabe hacer que te muevas, que tengas pesadillas y que tengas ganas de seguir adentrándote en el trabajo de 1990. No quiero despertar. Quiero acabar la pesadilla "Diamonesca" sin que suene el puto "piripipí-piripipí".

"The Trial (Chambre Ardente)" ("teatrillo" del bueno), "Burn" (riff demoledor, un Diamond afilado y un LaRocque mega-certero, sólido como una roca), "Two Little Girls" (otro capítulo del culebrón), "Into the Convent" (atentos a las rítmicas y a su poderosa ambientación), "Father Picard" (durota, enérgica y armoniosa. Todo a la vez) y "Behind These Walls" (punto espectacular del disco y un momento para el lucimiento de todos) nos dejan totalmente alucinados, pidiendo más. Sonidazo pulcro, cañero total, y con un montón de temas que deberían de sonar siempre en los shows del molón príncipe del mal. Producción que le saca el jugo a la bandaza, a los temas...y a tí. Que te quedas en los huesos de tanto sudar y moverte al compás de las hímnicas melodias que caen de todos lados. King suena que atruena, con esos falsetes impagables y el resto están, y sobradamente, a su altura. Adicto al Heavy Metal cortante de "The Eye", colega. Inevitable.

Las chirriantes cuerdas de "The Meetings" nos anuncian tormenta. Fuerza, empaque, más solidez, más velocidad compacta y unas letras impactantes. El nivel no baja en ningún momento, hermano. Cada track, cada rincón del disco, del castillo transilvano que resulta "The Eye", es soberbio. Y está interpretado de alucine. Pegada y melodia, sueño y pesadilla. King Diamond no da sin quitar. Todos sabemos que pactar con el maligno, a la larga, trae jodiendas. Pero las espero gustoso. Vale la pena arder en el infierno si acabas conociendo, y viviendo, un trabajazo como el que nos ocupa. Aplausos para el cuatro cuerdas, Hal Patino.

"Insanity" (instrumental bellísima y "acusticoide"), "1642 Imprisonment" (solazo, nene) y "The Curse", que nos machaca a golpe de guitarra, de alarido danés y de baterías atolondrantes y asesinas, despide, y por la puerta grande, un señor disco. Un pedazo de obra misteriosota, cuidada al detalle, con un sonido poderoso.

Un "essential" para el fan de la banda. 4 cuernos (altos) para "The Eye".

Impactantemente ideal. Y eso que la batería la toca "Mr. robot", jejeje. Tienes que echarle un ojo ya mismo. Y acabarás teniendo ojeras del vicio inhumano al que te someterá el disco.

Ojo con "The Eye", colega. Estás avisado.