Kataklysm - Meditations

Enviado por Marcapasos el Sáb, 02/06/2018 - 22:22
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1. Guillotine (02:56)
2. Outsider (03:57)
3. The Last Breath I'll Take Is Yours (03:15)
4. Narcissist (02:42)
5. Born to Kill and Destined to Die (03:57)
6. In Limbic Resonance (04:51)
7. And Then I Saw Blood (04:39)
8. What Doesn't Break Doesn't Heal (03:21)
9. Bend the Arc, Cut the Cord (03:51)
10. Achilles Heel (05:18)

A veces asusta ver cómo el tiempo vuela más rápido de lo que normalmente creemos. Si no, que se lo digan a Maurizio Iacono, para quien parecerá mentira que fue hace poco más de 25 años cuando, allá por 1992 y siendo un adolescente, fundara Kataklysm, una banda puntera del estilo Death Metal Melódico en Canadá y que ostenta una carrera que no podía ser más envidiable, gracias a una formación que ha logrado mantenerse muy estable en planos generales y a una discografía repleta de estupendos discos y un indiscutible sello de calidad para dar y tomar.

La carrera que se han fraguado Iacono y sus compañeros de batalla a lo largo de todos estos años habla por sí sola, entre los álbumes de la etapa clásica como el imperecedero debut Sorcery (1995) o el eterno flamígero Epic (The Poetry of War) (2001) hasta los más recientes, con gemas tan sólidas como el inquebrantable Serenity in Fire (2004), así como otros menos notorios pero no por ello poco interesantes por parte de In the Arms of Devastation (2006) y Prevail (2008).
Sí es cierto que los discos editados en los últimos años –séanse Heaven’s Venom (2010), Waiting for the End to Come (2013) y Of Ghosts and Gods (2015)– se han caracterizado por una modernización del sonido de Kataklysm, cosa que anticipaban en trabajos previos, que fueron dejando de lado la cara extrema que caracterizó a los primeros CD’s; pero ello no es ápice de preocupación, puesto que la banda siempre se ha mantenido firme en sus principios y dispuesta a ofrecer en cada entrega material que valga la pena escuchar.

En aras de la fidelidad hacia sus ideales y después de tres años del lanzamiento de Of Ghosts and Gods, este 1 de junio de 2018 Kataklysm publica su decimotercer álbum de estudio, Meditations, como es tradición para el grupo a través del sello germano Nuclear Blast. Para la portada vuelve a hacerse cargo la artista colombiana, Surtsey Castaño –también esposa de Maurizio Iacono–, y el resultado está fenomenal, oscuro e intimidante, ideal para la ocasión.

Echándole una primera mano al disco lo primero con que nos encontraremos será Guillotine, una canción que deja bien claro que Kataklysm está lejos de perder sus facultades. En una canción que dura poco menos de tres minutos, ¡se trata de un auténtico cañón! Con una agresividad huracanada, la batería frenética de Oliver Beaudoin demuestra que sin Max Duhamel Kataklysm puede seguir luciendo sin problemas la etiqueta de Northern hyperblast. ¿Y su estribillo? Kataklysm en estado puro.
Avanza rauda Outsider, riffeo a mansalva que confirma que estamos ante un álbum cañero a ultranza. Ésta es, además, una canción muy personal, dedicada a aquellas personas que no se dejan llevar por tendencias ni por el qué dirán y deciden recorrer su propio camino, lo cual incluye a Kataklysm como banda y a Iacono como dirigente de la misma.

Seguimos de buen talante con The Last Breath I’ll Take Is Yours, una montaña rusa de vertiginosos cambios de ritmo y armonías diversas y desenfrenadas, y aunque el nivel del metraje decae un tanto en el cuarto track, Narcissist (una canción tan breve como insustancial y genérica, que acaba sin presentarle nada especial al escuchante), la obra encuentra nuevos refuerzos en Born to Kill and Destined to Die (donde el Death Metal Melódico de pura cepa reluce en su mayor estado de gracia) y la bestialidad titulada In Limbic Resonance, siendo esta última el corte más rápido del disco, que echa raíces a favor de la vieja escuela a base de blast beats, guitarras preciosistas y melódicas y una fuerza que se niega a decrecer.

Entrando en el último tercio de la obra prosiguen And then I saw Blood, un efectivo tema mucho más acompasado rítmicamente, más pesado y heavy, pero con la potencia natural intacta; y la notabilísima What Doesn’t Break Doesn’t Heal, muy similar a Elevate en su estructura.
Finaliza el LP con Bend the Arc, Cut the Cord, en la que sobresalen el tremendo trabajo y la técnica de Dagenais a las seis cuerdas y cómo la percusión evoluciona desde un medio tiempo hacia el doble bombo y el blast beat según se aproxima al estribillo y al genuino instrumental; y, por último, Achilles Heel, que, como viene siendo costumbre en los cierres de disco de Kataklysm, se reviste de una tónica más melancólica, casi, inclusive, romántica, sin que por ello se pierda la tónica ejercida por el resto del álbum, lo cual habla muy bien de este track como composición propiamente dicha.

Meditations viene a poner las cartas sobre la mesa, a demostrar que por muchos años que hayan pasado los Kataklysm y sin importar cuántos giros orientativos hayan tenido que atravesar el alma de la banda, por encima de todo, sigue intacta, con los riffs en ristre y la confianza en la furia de la batería y la garganta de Maurizio Iacono siempre listos y en pie de guerra.
Musicalmente sigue los preceptos canon y de madurez característicos de Kataklysm, y en las líricas Maurizio Iacono vuelve a hilar fino, tratando temas de índole personal, crítica y social.

Kataklysm es Kataklysm, ya todo ha sido dicho a lo largo y ancho de su discografía, por lo que difícilmente Meditations ofrecerá sorpresas a todo aquél que se haya mamado cada disco cientos de veces; pero, aun así, se vale lo suficiente a la hora de ser un álbum que carga años de lucha, esfuerzo y experiencia a sus espaldas. Calidad tiene de sobr, y faltaría más que recomendar su escucha a todo aquél que se considere acérrimo seguidor de esta legendaria banda de Death Metal Melódico canadiense.
Ya quisieran los últimos discos de las bandas capitalinas del melodeath actual tener una pizca de lo que exhibe este Meditations.

Que ni se diga, ¡cuatro cuernos laureados (8/10) para la decimotercera meditación del cataclismo norteño!

Maurizio Iacono / Voz
Jean-François Dagenais / Guitarra
Stéphane Barbe / Bajo
Olivier Beaudoin / Batería

Sello
Nuclear Blast