
1. Rock Doll
2. Women On The Edge Of Love
3. Triple X
4. Gorilla
5. Outlaw
6. If This Is Heaven
7. Out For Blood
8. Full Pull
9. Too Much (For Anyone To Touch)
10. Tears Of Fire
11. A Strong Arm Needs A Stronger Heart
Kane Roberts... puede que a muchos no les diga nada este nombre, aún incluso perteneciendo a un músico de excelso talento que ha aportado mucho y bueno a esta, nuestra pasión que es el rock.
Y es que este hombre, ha colaborado con gente como Status Quo, Kiss o Steve Vai entre otros... no está nada mal ¿verdad? Aunque si por algo puede haber alguien que recuerde a Kane Roberts, más que nada será por haber sido el guitarrista que acompañó a Alice Cooper en su etapa más metalera, cuando el maestro de lo excéntrico grabó sus discos “Constrictor” y “Raise Your Fist And Yell”.
Quien haya escuchado su trabajo sabrá ya que Roberts es otro de esos músicos infravalorados que siempre ha estado perseguido por la sombra de su maestro. Una especie de Blaze Bayley de la guitarra, todos lo conocen por su paso por Iron Maiden sin haber dedicado tiempo ni interés en conocer su trabajo en solitario, que en el caso de Roberts os aseguro que es un tremendo error, pues se estarán perdiendo algunos de los mejores discos del Hard Rock de la época.
Kane Roberts fue una figura en la música de los 80, un tipo carismático y característico, (muchos recordarán sus tours junto a Alice, cuando éste iba ataviado con una guitarra con forma de ametralladora que lanzaba fuego), un tío que adoraba el espectáculo y que hacía de cada concierto una auténtica performance bélica y sonora, y es que el señor Cooper no iba a rodear con los brazos al primero que fuera a entregarle su currículo, como todos sabemos para jugar en la mejor liga hay que estar a la altura y Kane Roberts era el hombre.
Roberts, que supo aprovechar la fama obtenida con Alice durante su periodo en la banda, no quiso seguir siendo el guitarrista de nadie y decidió formar su propia banda, así que se puso manos a la obra para formar su nueva banda, banda que llevaría el sello KANE se mirase por donde se mirase, ya no quería seguir siendo el hombre de nadie, tenía suficiente talento y actitud como para salir a cazar solo, fue así como en 1987 veía a la luz su ansiado álbum debut, el homónimo “Kane Roberts”.
La portada ya dejaba claras las intenciones de Roberts, mostrándonos la imagen más belicosa del guitarrista, en la que armado con su guitarra/metralleta salía a la calle buscando víctimas que cayeran rendidas ante el ataque sonoro de su arsenal, Roberts iba a por todas.
De hecho sus compañeros de batalla también parecían estar a la altura para tan peligrosa misión, la imagen de la banda más bien parecía sacada del casting de una película de acción de Hollywood que de cualquier ensayo o estudio de música.
Se optó por una formación en forma de triplete, en la que Roberts se ocupaba de las guitarras, el micro y los teclados y que se complementaba con un tal Victor Ruzzo a la batería y un personaje llamado Steve Steele al bajo. Este último de mención aparte, ya que el tema culturista/musical lo tenía marcado a fuego, pues ya anteriormente había formado un grupo junto a su hermano llamado “Mesomorph” (el nombre lo dice todo), donde para pertenecer a él, era requisito fundamental, aparte de saber tocar algún instrumento, estar más cuadrado que Bob Esponja, y digo yo, si ya es jodido sacar tiempo para aprender a tocar un instrumento, que coño hay que hacer para además estar así de petado, ¿esta gente hacía pesas con sus instrumentos o qué? Aunque supongo que en esos ensayos se gastaba tanto en cuerdas de guitarra como en Winstrol.
Pero dejemos a un lado el plano visual, que es cuanto menos llamativo, y centrémonos en el musical, ¿qué clase de música contiene un disco que ha salido directamente de las salas de un gimnasio? En la época que estamos y viendo la fauna que visita estos locales, esta pregunta seguramente tendría una respuesta peligrosa, pero afortunadamente el responsable de este experimento fue un hombre con una capacidad compositiva fuera de lo normal, con un gusto compositivo que llamó la atención de más de un magnate de la industria discográfica y que supo plasmar todo eso a la perfección en su primeriza aventura en solitario. Menudo puñetazo en la barriga que le soltó a toda la comunidad rockera este hombre señores, pa' habernos matao!
Cuero, guitarreos y melenas al viento es exactamente lo que encontraremos dentro de este álbum, pero me gustaría recalcar que es importante olvidar la imagen de este tipo y centrarnos en su calidad como músico, pues este hombre es un diamante en bruto que esconde una calidad musical fuera de serie.
“Rock Doll” lejos de poner toda la carne en el asador, abre el disco de manera correcta, con ese murmullo que produce el puente flotante de aquella arma musical secundado por los redobles del potente Ruzzo. Pronto pasaremos a un riff 100% hard rockero y Kane nos mostrará que posee una voz perfecta para la ocasión, agresiva y contundente, sin florituras pero correcta. Pero donde realmente se defiende bien este hombre ya lo sabemos todos, su guitarra se marca un pedazo de solo cojonudo a partir del 2:22 de los que crean escuela. Perfecta forma de entrar en materia la de este tema, a partir de aquí ya sabemos que lo que tenemos entre manos es una bomba que hay que manejar con cuidado si no queremos que se lleve por delante unas cuantas cabezas.
El segundo tema sube el listón un peldaño, ya que Roberts comienza a mostrarnos su parte más melódica. “Women On The Edge Of Love” es un ejercicio de metal ochentoso de los que crean escuela, con un estribillo y unos coros para el recuerdo. Esa manera de insertar solos a lo largo y ancho de la canción es impresionante. Kane comienza a darle importancia además a los teclados, que apoyan de manera sobresaliente un estribillo para el recuerdo y que le da ese toque tan de le época, y una vez más esa guitarra que hace temblar a un muerto, menudo solo señores!
Con “Triple X” el grupo nos ataca con un potente medio tiempo que nos muestra una unión sin fisuras de potencia + control que paradójicamente y a pesar de eliminar casi por completo el plano teclístico se convierte en uno de los temas más comerciales del disco.
En “Gorilla” Roberts echa mano de unos cuantos recursos técnicos para mostrarnos en forma de pequeña instrumental o más bien, de pequeña introducción al tema que le sucede, lo que es capaz de hacer con su instrumento. Optando por un tema corto que no llega a los 2 minutos, en contraposición a lo que venían haciendo los masturbamástiles de la época, lo que lo hace baste llevadero y entretenido. Y es que tampoco hacen falta 10 minutos de notas a diestro y siniestros para demostrarle al mundo lo que vales, de hecho, yo creo que a estas alturas del disco ya nadie duda de la valía de este tipo.
Y el tema que le sigue es “Outlaw”, que haciendo honor a su nombre es un tema cañero, macarra y cabrón, que dominado por un riff potente y unos coros de chicos malos convierten a esta canción en la oveja negra de la familia. Ojito cuando Kane Roberts levanta el hacha de guerra, porque puede que rueden cabezas.
Llega el turno de “If This Is Heaven”, tema que me recuerda por momentos a los Van Halen de Diamond Dave. La idea es sencilla, un riff resultón, un estribillo pegadizo y ganas de pegarse la juerga. Exquisita combinación que dan como resultado otro tema comercialón pero que no se hace nada pastoso al paladar.
Atentos ahora a este tema, fíjense porque se nos viene encima una puta tempestad de la que nos va a ser imposible refugiarnos. Abriendo la veda con esa guitarra maldita a la que acto seguido se le suma la tormenta desatada por Ruzzo y su batería para dar comienzo a la carnicería. “Out For Blood” como dicen el título sale lanzada para atacar a la yugular, la aorta o lo que primero pille con tal de dejarnos secos en el acto, y para que Roberts aproveche el tirón para chafarnos los cojones con sus, ahora sí, endiablados solos, tema metalero a más no poder. Como se agradecen estas golosinas con olor a pólvora!
A pesar de querer hacerse un nombre en la industria y tratar de desvincularse un poco de la figura de su padre o tutor, Roberts echa mano de “Full Pull”, tema firmado por Alice y que fácilmente podremos imaginarnos con la voz de éste, pues el sello que lleva estampado es absolutamente inconfundible.
“Too Much (For Anyone To Touch)” de nuevo con una gran base de teclados, adopta nuevamente una forma melódica para hacer un tema con cierto aroma AOR, perfectamente estructurado y que no desentona para nada en el álbum que tratamos. No debemos olvidar que nos encontramos en la segunda mitad de los 80 y este tema define esta época a la perfección.
“Tears Of Fire” con una presencia todavía mayor de los teclados sigue por los derroteros del anterior, pero de una manera más pausada y comercial. Desde luego Kane hace un excelente trabajo con este tipo de temas, ya que lo que todo apunta a un tema rosado y pasteloso poco a poco va tomando forma y convirtiéndose en un excelente medio tiempo que conjuga a la perfección con el enfoque global del disco.
Y el encargado de cerrar el disco es “A Strong Arm Needs A Stronger Heart”, tema que posee la parte guitarrera que más me mola del trabajo, desde su inicio con esa soberbia acústica que automáticamente se desvincula con un certero riff, hasta por supuesto los excelentes punteos que se marca Roberts durante toda la canción. Un buen sabor de boca el que nos deja el cierre del disco, desde luego.
En definitiva Kane nos presentó en 1987 su visión particular del universo que le rodeaba, tomando un poco de aquí y de allá (es inevitable la influencia de Alice) y labrándose un excelente trabajo que hay que saborear una y otra vez para así poder degustar sus diferentes tesituras. Uno de esos discos que como no, a día de hoy serían imposibles, ya que pertenece a aquella maravillosa y más que clásica década.
Compañeros háganse con este trabajo como sea, pues les aseguro que será uno de esos discos que una vez que lo escuchen les acompañará durante el resto de sus días.
Tómenselo como un regalo para estas navidades, por haber tenido que soportar tanto personajillo del corazón, tanto politicucho de tres al cuarto o tanto reggaetón o la maldita Biebermanía, vivimos tiempos difíciles sí, pero nosotros al menos sabemos lo que queremos!
Kane Roberts: Voz, guitarra y teclados.
Steve Steele: Bajo y voz.
Victor Ruzzo: Batería y voz.