Jethro Tull - Stormwatch

Enviado por El Marqués el Mar, 25/12/2018 - 13:13
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1. North Sea Oil
2. Orion
3. Home
4. Dark Ages
5. Warmsporran
6. Something´s on the Move
7. Old Ghosts
8. Dun Ringill
9. Flying Dutchman
10. Elegy

Teniendo en cuenta que Jethro Tull han grabado álbumes navideños, que en un tema de “J – Tull Dot Com”, su álbum del 99, Ian Anderson nos contaba que éstas eran sus fiestas favoritas, y que gran parte de su producción desprende aroma a elfos y paisajes medievales, me parece adecuado dedicar hoy, 25 de diciembre, unas líneas a este “Stormwatch”, el más ecológico de sus discos, que en unos meses hará 40 años.

Con ello vendrá la consabida reedición, en lujosa caja de precio prohibitivo con nuevas mezclas del gurú Steven Wilson –al que por cierto hace poco vi incluido en una absurda lista de artistas que al parecer no encajan en este Portal donde a veces se debate con gran pasión sobre Oasis, The Cure y Joy Division- y algún que otro concierto de la época, de gran interés puesto que desde finales de los 80 circulan por ahí bootlegs casi oficiales con shows de dos horas y media de duración donde la banda deleitaba a sus fans con la interpretación casi entera de este álbum, más lo mejor de todo el material anterior, plasmado en el directo “Bursting Out” de 1978.

A la vez se va a juntar con la caja que acaba de aparecer del debut “This Was”, que ha llegado al medio siglo de edad, y la todavía reciente de “Heavy Horses”, con lo cual no queda más remedio que rascarse el bolsillo, porque todos estos lanzamientos, apoyados en la tecnología actual, garantizan una calidad incontestable.

“Stormwatch”, con su portada de un Anderson explorador que mira con sus prismáticos a parajes que se sugieren helados al estilo de la serie “The Terror”, se recuerda por ser el último en que participó la formación clásica de los años 70, con los teclistas Palmer y Evan, el batería Barlow, y el bajista Glascock, quien falleció de una afección cardíaca a finales de año, siendo sustituido para la gira por un músico llamado Dave Pegg, que llegaría a estar los siguientes 25 años con la banda, y al que recuerdo dando lecciones sobre el escenario con su saber hacer y su humor en las sucesivas visitas que nos hizo el quinteto en los noventa y en los primeros años del siglo XXI.

John Glascock, que había intervenido en los clásicos “Heavy Horses”, “Songs from the Wood” y “Too Old to RnR…”, solo llegó a participar en tres canciones del Lp, encargándose el propio Ian Anderson de las cuatro cuerdas en los siete restantes.

Sobre el contenido de este trabajo, no hace falta decir que es una obra maestra con una calidad y un nivel de composición, producción e interpretación extraterrestre, que desde luego no vale cinco cuernos porque no es “Thick as a Brick”, claro, pero ninguno de los diez temas tiene desperdicio, y cuatro décadas después no deja de sorprender la variedad, la abundancia de ideas, la originalidad y la frescura de estas piezas.

E incido en lo de frescura, porque en infinidad de ocasiones he leído que la música de Jethro Tull no ha aguantado bien el paso del tiempo, pero yo escucho este vinilo y no puedo dejar de pensar en la influencia que se vierte desde sus surcos en todas esas bandas de Folk Metal y similar que pueblan hoy día los festivales y convierten los recintos en bosques encantados donde convive una legión de leprechauns seguidores de Finntroll con los clásicos metal heads de cazadoras sin mangas repletas de parches sobre la camiseta de Exodus.

Las viejas caras A y B del disco se abrían con “North Sea Oil” y “Something´s on the Move”, dos buenos temas rockeros, en especial el segundo, que se alternan con medios tiempos electro acústicos como “Orion” y “Old Ghosts”, con intervención destacada del arreglista David Palmer esta última, perlas suaves de lirismo extraordinario y predominio instrumental como “Home” y “Elegy”, fogonazos que huelen a césped natural de campiña escocesa, que suenan a golpes de mar y graznidos de gaviotas como “Dun Ringill” y “Warm Sporran”, y las dos largas odas épicas con sus destellos de música celta “Flying Dutchman” y “Dark Ages”. Las diez conviven con total naturalidad, y humildemente creo que dan la razón al reseñista cuando habla de la variedad y el nivel estratosférico de todo el conjunto.

A la edición de “Stormwatch” siguió un periodo de incertidumbre con continuos cambios en la formación, un buen álbum como “Broadsword and the Beast” alternado con otros más irregulares como “A”, “Under Wraps” o “Walk into Light”, el debut de Anderson en solitario, y tras todos ellos llegó el renacer con el maravilloso “Crest of a Knave”, que en su día ganara un Grammy muy comentado al mejor disco de Heavy Metal por encima del “And Justice for All” de Metallica, si mal no recuerdo.

A día de hoy todos ellos suenan bien y de cualquier trabajo de esta banda se pueden sacar detalles positivos. En el caso del que nos ha ocupado hoy, del primer al último minuto.

Ian Anderson: Voz, flauta, guitarra acústica, bajo en temas 1,3,4,5,6,7,8
Martin Barre: Guitarras Eléctrica y Española, Mandolina
John Evan: Piano, Órgano
David Palmer: Sintetizadores, Arreglos orquestales
John Glascock: Bajo en temas 2,9,10
Barriemore Barlow: Batería, Percusiones

Sello
Chrysalis