
1. Anoint the Chosen
2. Extinguishing Salvation
3. Impetuous Rage
4. Sempiternal Pandemonium
5. Lustful Demise
6. Heaven Departed
7. Apocalyptic Destroyer of Angels
8. Nocturnal Kingdom of Demonic Enlightenment
Llega el momento en la vida de todo metalhead que se precie de gustar de las mieles del Death Metal en el que se termina encontrando cara a cara con Incantation. Es inevitable hacerlo. No importa que entrases en estos turbios pantanos por medio de Cannibal Corpse, Entombed, Deicide, Death o por los putos Amon Amarth, al final, si la cosa termina cuajando de verdad, tienes que pasar por el aro de Incantation. Y, quien dice aro, dice arco. Porque el legado que esta cambiante agrupación originaria de New Jersey es el equivalente infernal del jodido arco del triunfo de París, en clave de Death Metal, claro.
Desde los tiempos del todavía cercano Profane Nexus uno ha estado picoteando esporádica y fútilmente la obra de estos cabestros hasta que, hará poco más de un año, con obras como Onward To Golgotha o el ya mítico Diabolical Conquest, terminé cayendo rendido a los pies de McEntee y sus compañeros de viaje. Pocas bandas del género han llevado el concepto satanista y anti-cristiano hasta cotas tan perversas, haciendo que incluso su música llegue a sonar más propia de un hipotético inframundo que del nuestro. El manejo de los tremolo pickings, de las baterías endiabladas, de los ocasionales (y cada vez más comunes) mórbidos medios tiempos y las voces graves de ultratumba terminaron haciendo de Incantation una de las referencias más mentadas de la escena del Death Metal. Pongámoslo de este modo: si una banda del gremio suena extremadamente oscura, compleja, caótica y malévola, lo más probable es que haya bebido de la obra de Incantation. Así de sencillo.
Hoy vamos a tratar uno de los trabajos más menospreciados, vilipendiados y olvidados de la carrera de estos mastodontes, y se trata (efectivamente) de The Infernal Storm (2000); el último álbum de estudio que grabaron junto con Relapse Records hasta su regreso al susodicho en 2017. Este álbum llega representando una etapa complicada en la banda, ya que en ese punto Kyle Severn se había entrado en rehabilitación (problemas con drogas) y Corchado prosiguió su camino en la escena con otros proyectos tras su excelente trabajo en Diabolical Conquest (1998). Así que McEntee quedó una vez más solo y, como pudo, reorganizó Incantation añadiendo a Mike Saez (Deathrune) y Robert Yench (Morpheus Descends) para cubrir las cuerdas y voces. Era una jugada atrevida porque McEntee había desarrollado cierta costumbre y química a componer junto con Kyle, pero en este caso su colega de las baquetas no estaría ahí. En su lugar, John tendría que echar mano de lo poco que tenía escrito previamente con él, confiar en sus nuevos compañeros y echar el resto para terminar su cuarto álbum de larga duración.
Posteriormente y poco antes de entrar en el estudio, Dave Culross (Malevolent Creation) compuso las percusiones que formarían parte de The Infernal Storm. Incluso Dave se sintió poco adecuado para la labor de poner las baterías para dicho trabajo y preguntó a John que por qué no recurría a uno de los anteriores baterías de la banda, pero McEntee sabía que eso no era una opción, y además quería intentar salir adelante a pesar de la ausencia de Kyle, lo que con el tiempo comprendería que fue una jugada apresurada e insensata hasta cierto punto.
Sea como fuere, The Infernal Storm no resultó en descalabro, sino que terminó siendo un más que digno álbum de Death Metal a las puertas de una nueva década (y siglo, Y MILENIO) en el cual parecía que el género no podía hacer otra cosa que evolucionar hacia terrenos o bien melódicos o técnicos. Con The Infernal Storm no fue el caso, Incantation se mantuvieron fieles a sus principios manteniendo la misma esencia que la del Onward To Golgotha, del Mortal Throne of Nazarene y (en menor medida) Diabolical Conquest. Incluso en una ocasión McEntee llegó a declarar que precisamente en The Infernal Storm fue donde Incantation alcanzaron su sonido de producción ideal definitiva, a despecho de haber sido uno de los procesos compositivos más anticlimáticos para él.
Cierto es que The Infernal Storm no propone nada que no se hubiese realizado previamente antes en sus anteriores trabajos, pero… ¿acaso eso no se puede decir de tantos otros cojonudos lanzamientos de otras bandas como Cannibal Corpse, Immolation o Deicide? Lo que realmente importa es que en este punto Incantation sacaron adelante un trabajo portentoso cuando otros clásicos estaban fallando o incluso batiéndose en retirada, en plena pleamar del “melodeath” y demás corrientes modernas. Mismamente Anoint the Chosen hace gala de todos los factores que los hicieron grandes, probablemente el track más emblemático del álbum. Aunque casi lo mismo podría decir de Sempiternal Pandemonium o de la titánica Heaven Departed, que… pedazo ritmos se gastan ahí los jodidos. Una bomba digna de rescatar periódicamente.
Poco más que hablar de las canciones… en el caso de Incantation es algo que opino que en la mayoría de casos sobra. Después de todo forman parte de esa élite auto-exiliada al underground que se identifica siempre con facilidad, sin importar la alineación que tuviese en el momento que fuera. Su música siempre ofrece el mismo castigo y suele resultar más que acertado. Como todos los clásicos, vale la pena escuchar siempre sus trabajos de principio a fin. Solo me resta añadir que tras esta breve etapa, la alineación de The Infernal Storm se descompuso de nuevo, lo que forzaría a John McEntee a terminar decidiéndose por tomar el micro y comenzar a poner las voces en la banda.
Cuatro cuernos sólidos. Un 7,75.
John McEntee: guitarras y letras en track 8.
Mike Saez: voz y guitarras.
Robert Yench: bajo y letras.
Músicos de Estudio:
Dave Culross: batería.
Kyle Severn: composición.
Genial
Como soy baterista, suelo guiarme aveces buscando discos tocados particularmente por ciertos bateristas. A veces me encuentro con joyas como esta, Dave Culross es un clásico del metal extremo moderno.. uno de los mejores y en una banda old school como Incantation creo que le da un toque muy especial; esas composiciones extremadamente malévolas con el toque tan profesional y ese estilo tan marcado de Culross dan un resultado perfecto. Estoy escuchando el disco mientras escribo y la verdad que lo estoy disfrutando mucho.