
1. Iced Earth
2. Written on the Walls
3. Colors
4. Curse the Sky
5. Life and Death
6. Solitude
7. The Funeral
8. When the Night Falls
Jon Schaffer, alma musical de Iced Earth, tuvo una visión. En ella, una banda tan poderosa como los Iron Maiden o los Judas Priest de los ochenta, y con un fuego en las guitarras que se hermanaba con el de Metallica (en su era más Thrasher), reinaba en el género. Solamente despertar lo tuvo claro. Iba a formar la mejor banda de Heavy Metal clásico. Como mínimo, la mejor banda de Heavy Metal de los 90. Así, como quien no quiere la cosa. Iced Earth iba a ser su nombre, y en ella, el bueno de Schaffer daría rienda suelta a su desbordante creatividad, su poderío en el riff de guitarra y dejaria su alma estampada, en cada tema del trabajo. En pleno 1991, y más en Tampa (Florida) justo en medio del huracán Death Metal, la banda debía de hacerse valer, y como poco debían editar un disco que tuviese sus cojones.
1991 era un año de cambios, y mientras Maiden perdían parroquia, Priest estaban a un paso de dejarlo unos años, y Metallica abandonaban a las legiones Thrashers para ser acogidos como megaestrellas totales en la MTV y Nirvana parecía ser lo mejor que le pasaba al Rock, Iced Earth, a quienes no conocía ni dios, estaban dispuestos a recoger el testigo. Schaffer aprendió de maestros como Priest, Maiden, Metallica, King Diamond, Vicious Rumors, Metal Church o Black Sabbath, y ahora, era el momento de hacer el examen. A todo metalhead, aspirante a Metal God, le toca un examen, y ese examen, es precisamente el primer disco de la formación. Iced Earth ya tenian una maqueta de lo más maja ("Enter the Realm") y pasaban, ahora, a otro nivel.
A examinarse, Jon...
"Iced Earth", que así es como se llamó el disco de marras (original no suena, lo sé) no aprueba con nota si observamos su portada, desde luego, de lo más cutrona (con un ángel cayendo de los cielos y a punto de pegarse el hostión de su vida contra el hielo). Pero bueno, con el tiempo ya pulieron, y del todo, el tema de las portadas no-molonas. Ahora vamos con lo que importa: la música de "Iced Earth". El primer paso a la gloria de Jon Schaffer.
"Iced Earth", la primera tormenta en resonar, lo hace con un retumbar tremendo, con una fuerza enorme en las guitarras y con un vocalista, Gene Adam, más que dotado, tanto para el Heavy más clasicote como para las fogonadas más Thrashers y Powermetaleras. Schaffer atruena con sus rítmicas, Shawver se sale con sus solistas y la base rítmica es de puro lujo. Menudo primer temazo. Nadie sabe de donde coño han salido Iced Earth, pero a la primera de cambio ya tenemos la camiseta sudada y los puños en alto. Iced Earth encarnan la idiosincracia del Heavy Metal, pero le ponen, como un plus molón, la fuerza de la Bay Area, así para lucir más. Y lo consiguen, los cabrones lo consiguen.
"Written on the Walls" (Power técnico y oscurete, con mucha cabalgada Maiden y un tono poderoso como el trueno), "Colors" (con reminiscencias a Armored Saint, a Savatage o a King Diamond, pero con un caminar muy Iced Earth, sabiendo a lo que nos van a acostumbrar con futuras entregas) y "Curse the Sky", composición que nace como baladita oscura para acabar mutada en ente carnívoro y metalero 100%, y que se erige como ejemplo de muchas futuras composiciones del grupazo, nos enseñan como de buenos son estos americanos, que tanto beben de la influencia europea, como de la de su mismo pais. Menuda amalgama cabrona y pulida. Y pensemos que ésto es solo su primer disco. Menudos hijos de puta. Qué tremendo poder oculta la muñeca de Schaffer.
"Life and Death", una de las mejores piezas de todo el fastuoso "Iced Earth", enamora desde el primer instante, con unas gotas lluviosas, en forma de leves cuerdas de guitarra, que poco a poco nos sumergen en un mundo onírico, lleno de poder metalero, de fuego riffero y de no-piedad con el enemigo. Se nota que Schaffer tanto disfruta con el hacer llorar al oyente, como con hacerle estallar los ojos de gusto, al ritmo cortante y épico de los sabores que ofrece la bandaza. Gene Adam vuelve a demostrar con el temazo, que si bien no pasará a la historia como el mejor vocalista de Iced Earth (ese puesto se lo dejamos a Matt Barlow o a "Ripper" Owens), sí que su voz, a medio camino entre un David Wayne (Metal Church) y un Brian Johnson (AC/DC), brilla con luz propia.
"Solitude" (instrumental acústico, bonito y breve) sirve de entremés para "The Funeral", quizás, el tema más redondo de todo el trabajo. Temazo total, plagado de emoción, vanguardia progresivilla, coros perfectos, mucha fuerza, y más empaque que la hostia. Las guitarras suenan que alimentan, el bajo muy en su lugar, y la batería tiene una pegada sensacional, con mucha dotación de técnica y buen hacer. En los más de seis minutos que dura el tema (que se hace corto, incluso) uno saborea momentos a lo Helloween, a lo Savatage, a lo Maiden, y sobretodo, intuye un nuevo sonido, una amalgama sónica cojonuda. Y esa es, precisamente, la melodia que nace de juntar a tanto nombre clásico: la melodia Iced Earth. Melodia que enamora, cojones. No solamente los temas son cojonudos, sinó que los músicos que ejecutan dichos temas son soberbios. Ideales para la función. Nombres, que con el devenir de la historia del grupo, y con sus futuros (y constantes) cambios de line-up, no pasarán de mera anécdota, pero coñes, un mérito enorme el pertenecer al debut de ésta bandaza. Enorme, y todo un orgullo, sin duda.
Nos toca llegar al fin de disco, y "When Night Falls" se encarga de cerrarlo. Composición que nace sin dar demasiado miedo, para poco a poco, ir creciendo y poníendose tan epica como riffera y veloz. Un adiós al oyente de lo más variopinto, en el que se cruza, tanto la técnica total al mástil, como las esencias más rugientes del género, eso si, sabiamente dosificadas.
Debut con mucho carisma, que pese a estar lejos, aún, del futuro material magno que la banda nos daría, sí que contiene, y en gran medida, mucho ejemplo de cómo iban a sonar.
4 cuernos (bajitos) para el primer rugido de la tierra helada. Primero de grandes rugidos. El primer paso hacia el trono.
Gene Adam: Voz
Randall Shawver: Guitarra
Jon Schaffer: Guitarra
Dave Abell: Bajo
Mike McGill: Batería