
1. Burnt Offerings
2. Last December
3. Diary
4. Brainwashed
5. Burning Oasis
6. Creator Failure
7. The Pierced Spirit
8. Dante's Inferno
Iced Earth mixturiza en un solo ente musical, las auras de bandas como los primeros Iron Maiden o los primeros Metallica, eso si, no a nivel plagio, como muchos. No. Iced Earth exponen lo que les gusta, pero notamos su propio sello. Una bandaza con un sonido ultrapersonal, furioso, elegante y demoledor. Heavy Metal atronador, acompañado por la furia del Thrash Metal americano.
La banda, formada en Florida, por el guitarrista Jon Schaffer en 1984, se encontraba en 1995 ante una encrucijada. John Greely, el tenaz vocalista del disco "Night of the Stormraider" y su batería Richey Secchiari, se largaban del combo en busca de pastos más verdes. La calidad de la banda, por aquel entonces, ya estaba fuera de toda duda, pero las ventas no acompañaban en absoluto y muchas facturas quedaban por pagar. Total, Iced Earth, y su ilustre líder, Schaffer, se quedaron plantados y sin cantante ni batería.
Un tour por Alemania, como teloneros de Blind Guardian, les hizo conocer grandes audiencias, pero a pesar de que los anteriores trabajos de la banda ("Iced Earth" y "Night of the Stormraider") tenían una calidad indiscutible, el fandom, a nivel general, los había ignorado enormemente. El tercer paso en estudio no podía tener taras, y en una era en la que el Heavy Metal de corte más clásico atravesaba uno de sus peores momentos, Schaffer se armó de valor y decidió coger el toro por los cuernos. Contrató a Rodney Beasley para hacerse cargo de la batería, y a Matthew Barlow para ocupar el puesto de vocalista. Esta última opción, se antoja como una de las decisiones más acertadas, sinó la que más, en la trayectoria del grupazo americano. Barlow, a partir de su entrada, definiría para siempre, el sonido de la tierra helada. En indivisibles entes se iban a convertir el vocalista y la banda, y al igual que Bruce Dickinson siempre ha sido la voz de Iron Maiden, o Rob Halford la de Judas Priest, Barlow define con uno de sus agudos, o una de sus graves rugidos, la esencia pura de la banda.
La banda vive tiempos oscuros, sobretodo su alma mater, Schafer. La vida no está tratando bien al músico y toda la ira, la frustración, los sueños rotos y, porqué no decirlo, el superlativo talento compositivo del seis cuerdas, se van a estampar en ocho composiciones magnas, desoladoras, más Heavys que el acero y con más visión musical que nunca, dentro de un respeto enorme a los parámetros establecidos del feudo netamente metalero. "Burnt Offerings" no iba a ser solo un disco en la trayectoria de la banda, no, el tercer hijo musical de Jon y Matt iba a ser una joya de calibre inhumano. Cuando el talento, la ira y los buenos músicos se alinean como deben en un estudio, el mundo del Metal no puede más que recibir, con los brazos bien abiertos, lo que la banda de turno nos va a ofrecer, pues la suma de estados anímicos jodidos y Metal siempre suele dar música real, con carisma, con alma. Schaffer no estaba dispuesto a que su disco gustase, no, Schaffer iba a soldarnos el disco, para siempre, en nuestro corazón.
La portada del trabajo, bastante llamativa, aunque con un diseño simplón pero cumplidor, nos muestra a una gárgola-diablo, amenazante y malévola, todo ello, en un entorno candente, rojo y abrasador. La portada ya rezuma calor, veremos que nos depara éste infierno hecho disco. Abramos las puertas del jodido averno y llamemos a Caronte, a ver que nos muestra...
"Burnt Offerings", la primera ofrenda de Iced Earth, no puede comenzar mejor. Un teclado elegante nos sumerge, poco a poco, y de forma onírica y misteriosa en un mundo atronador de riffeo salvaje, doble bombo exterminador y bajos dinamitantes. La fuerza del Heavy Metal ochentero y los dejes de poderosa estructura de la mejor escuela Thrash se fusionan, como pocas veces he visto de forma tan natural, para crear un maravilloso tornado musical, vapuleador, devastador, alucinante y simplemente ejemplar. La voz de Matt Barlow, que camina entre senderos "Halfordistas" y "Hetfieldianos" es capaz de llegar a lo más alto, y con un desgarro bestial, a unos tonos graves, latentes y francamente poderosos. Primer tema clásico en toda regla. Siete minutos de tema y hemos volado por veinte años de hegemonia metalera, con unas dosis de épica oscura y riffs martilleantes que hacen que no olvides el tema en años. Yo aún no he podido. Tema de 10 cuernos. Sublime.
Unas graciles y preciosistas lineas de guitarra arropan a Barlow, en "Last December", para acabar detonando en plan Metallica 1988, pero sin olvidar a los maestros de siempre. Cadencia rítmico-fastuosa, coros arabescos, melodías Maiden servidas con el doble de fuego y agresividad controlada que te hace descontrolar. Desde luego, Schaffer no es solo un genial lider con visión y un compositor cojonudo, el tio, además es un maestro del riffeo. Nada que envidiar a maestrazos como James Hetfield o Scott Ian. Brutal segundo ataque.
"Diary", que nace a ritmo de cortante guitarrazo y de endiosada y palpitante batería, condensa, durante su minutaje, el espíritu más melódico del disco, pero no es algo al uso, ésta banda es nueva, hacen lo que muchos, pero nadie como ellos. Te saben volar la tapa de los sesos, logran que te emociones en cada estribillo, y que cada cambio de ritmo, mejor a cada segundo, te parezca aire para respirar. Cabalgada Maiden revestida con linaje Megadeth, Sabbath o Metallica, pero con la salsa especial, y no esponsorizada aún, por el señor Schaffer. Tinieblas, técnica, feeling, emoción y caña. Soberbio. Y que éstos tios no vendan millones de discos por dia...
"Brainwashed" nos lava a todos los que caemos ante el tema, el cerebro y nuestros pensamientos. Mágico nacimiento, muy Sabbathiano, para acabar en un mar lleno de solos ampulosos, majestuosos y herméticos y una onda rítmica "Megadethiana" palpable, y muy disfrutable. Si el diablo hubiese grabado "Countdown to Extinction", habría empezado el disco con éste "Brainwashed". Ejemplo sonoro eficaz y a nivel resumen, del espíritu de los primeros, y ya enormes, Iced Earth.
"Burning Oasis" y "Creator Failure", ambas con una fuerza incontestable y mucha energía "speedico-devora almas" siguen poniendo las pilas al personal, y dejándolo amoratado. Mención especial a Randall Shawver, el seis cuerdas solista, que durante todo el trabajo se luce como un más que competente músico.
"The Pierced Spirit", es una pieza bella, simple y quizás, por su duración, algo limitada a la hora de poder emocionar con el cierto bagaje que da el minutaje, pero sin duda, es agradable, que después de tanto infierno sónico y Heavy Metal cortante, nuestros chicos nos concedan un respiro. Nos cosemos los cortes, nos despedimos de las fotos de nuestras novias y avanzamos al cierre de disco, al final, o quizás, al inicio de algo...
"Dante's Inferno" se despide de los fans hasta la nueva apuesta, pero lo hace por la puerta grande. Que digo grande, revientan la cúpula del Metal con el tema de marras, y durante 16 minutos de viaje singular, magnífico, atronador y crepuscular, entregan la máxima maravilla que el Metal clásico dió a mediados-finales de los 90. Tema eterno y seminal. Una declaración de que la banda de Florida pensaba quedarse una temporada a vivir en el Reino del Metal, y de paso, al menor descuido, destronar al rey de turno. Maravilloso viaje, que se convierte en todo un testamento del Heavy Metal, odas a Maiden, a Sabbath, a Paradise Lost y con el poso interno de Schaffer, que desde luego no ha nacido para que le hagan sombra. El "Rime of the Ancient Mariner" de las tropas Heavy-Thrasheras y un deleite para todo aquel que quiera tener orgasmos auditivos. Pocos cierres de disco me han dejado igual. Pocas bandas me han dado tanto.
5 cuernos (bajos) para el disco más directo, oscuro, osado y majestuosamente salvaje de Iced Earth. Desde el primer dia que lo escuché, caí bajo su embrujo."The Dark Saga", "Night of the Stormraider" o "Something Wicked This Way Comes" son piezas de museo, joyas eternas, pero lo que yo siento por "Burnt Offerings" es puro amor. Amor de Heavy-Thrasher. Que no es poco.
Dios bendiga, durante muchos años, a las tierras heladas. El último rincón del Planeta Metal donde nace gente que puede cargar con las coronas cuando se requiera.
Matthew Barlow : Voz
Jon Schaffer: Guitarra
Randall Shawver: Guitarra
Dave Abell: Bajo
Rodney Beasley: Batería