Hormigon - Evil

¡Que sí, coño, que sí! Que es un tópico de los cojones, pero que es la puta verdad ¡Joder! En Este puto país hay talento ¡Lo hay! Pero en el 99% de los casos queda cutremente sepultado por la irrisoria inversión del gobierno en propagar la cultura (y ya no hablo de que se forme a deathers en los conservatorios, sino de que se propugne la música, los idiomas y un infinito etcétera) y fundamentalmente por el puto cáncer que supone el tener que COPIAR SIEMPRE todo lo que ya han hecho antes otros allende las fronteras. Triste, pero no menos cierto.

No en vano, no seré yo quien regateé los méritos que indudablemente acumularon los granadinos HORMIGON (¡Manda huevos, qué puta mierda de nombre!) allá por el primer tercio de los 90’s, si bien jamás pasarán por ser (si es que algún día los recuerda alguien más que no sea el menda) un clon más de los americanos DEICIDE y en definitiva, otra bandilla más que pasó a engrosar, más pronto que tarde, la infinita nómina de cadáveres de una generación en la que perecieron muchos más de los que no lo hicieron. Mayormente, quizás por meras cuestiones vinculadas a la mala suerte, aunque mucho me temo que este no fue el caso (al menos el principal) de estos satánicos iliberitanos.

La ‘Intro’ ¿Para qué decir lo contrario? Es una truñazo, aunque mola lo suyo. Con un rollete a lo Paul Naschy haciendo el indio por un cementerio, la cosa nos pone en situación, planteando una salchichera atmósfera de inquietud y pavor que al fin y al cabo da el pego. Aunque, nene, es empezar a tirar por los carriles ‘The Psychopath’ y es decir uno: ¡Pero colegas! ¡Qué os va a caer una querella del quince mil! Y cuidado que los tíos no iban escasos de preparación o artillería, pero es que las ideas son tan insultantemente inexistentes, que uno no tiene por menos que tirar de cordura y bajar puntuación, aunque los veinticinco minutos de esta cinta se pasen más rápido que otra cosa.

‘The Witch’, penoso título del que ni tan siquiera el retrasao de Benton hubiera echado mano, siguen en sus trece de perseguir fútilmente la estela del intocable ‘Legion’, y es que ¡Joder! Aunque estos pimpollos se curran unas cositas chulas a los mástiles de las guitarras, les quedaban como ochenta hormigoneras de ColaCao para intentar siquiera ponerse a dos metros de la rueda de los hermanos Hoffman. ‘Putos Juraos’, por su parte, ya se autodescribe a sí misma con su horripilante título, aunque no quiero dejar de repetirlo: A mí está demo me entra que ni con mantequilla. ‘Door to Hell’ tampoco rechina más de lo estrictamente necesario, y la verdad: Sabiendo apreciar que no presenta ni la menor dosis de Core o modernismo fecal, yo de verdad que les compro el invento y tal; Aunque oye, tampoco nos fuéramos a mojar ¿Sabes?

‘Possession’ y ‘Anticristiano’ ¡Atiende titulazo! No vienen ya sino a refrendar lo que sabíamos de antemano. Que estos andaluces dilapidaron miserablemente la posibilidad de intentar hacer algo relevante, porque prefirieron invertir el poco talento que tenían en calcar sin la menor vergüenza aquello que ya otros habían hecho antes, además de infinitamente mejor; Aunque tampoco fuera yo a excederme con mis sentencias, dado que todavía a día de hoy no sé ni cómo coño se coge una guitarra y que absolutamente nadie tiene el derecho a censurar lo que haga nadie, así como que quien quiera puede malgastar su tiempo o talento en aquello que más le plazca.

De la portada, tampoco hablaremos más de lo necesario, porque de verdad que es de juzgado de guardia. ¡Vamos! Yo es que creo que hasta los mamones pusieron un papel carbón sobre la carpeta del ‘Deicide’ y calcaron el careto del demonio encabronao, pensando que a lo mejor nadie se daba cuenta. ¡Joder, Hormigón! Vaya cojones, colegas…

Demo incluso algo más que aceptable, aunque del todo trivial y en las antípodas más absolutas de aquello que viniéramos a convenir como memorable.

Valoración: 6.5