Helloween - Live in the U.K

Enviado por Hawkmoon el Lun, 02/05/2011 - 02:02
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1. A Little Time
2. Dr. Stein
3. Future World
4. Rise and Fall
5. We Got the Right
6. I Want Out
7. How Many Tears

Un tour genial, exitoso a todos los niveles, como fue el de "Keeper of the Seven Keys Part II", que llevó a Helloween a tocar en el mítico Donnington (en la legendaria actuación del 88, con titanes como Guns and Roses, Kiss, Megadeth o Iron Maiden), y que los arrastró por el planeta entero (primero, con Dio, y luego con bandazas del tallaje de Armored Saint, Overkill, Exodus o Anthrax) tenía que cerrarse por la puerta grande.

¿Y qué hay más grande que un buen directo para sellar un momento de oro?. Pues no olvidemos que a mediados de 1989, y con la banda girando como loca, gracias al empaque y la fuerza de su tercer discazo en estudio, el grupo de Weikath y Kai Hansen vivía, sin duda, su momento más dulce. Y, a nivel creativo, quizás, su punto más alto y definitivo (por mucho que el genial Andi Deris, con los años, también acabase aportando sus buenas maravillas al reino de la calabaza).

Para muchos, Helloween murieron el dia que Kai Hansen se hartó de todo y se largó de la banda para fundar a sus Gamma Ray. Pues bien, un directo, grabado, quizás, en su tour más legendario, y con el line-up más querido por el fandom, se antoja como un suculento platito, sin duda. Después del segundo "Keeper", había que volver a respirar, a mirar las cosas con cierta perspectiva, y con el nuevo mánager del combo, Rod Smallwood (el mánager, también, de los eternos Iron Maiden) pensar bien en el siguiente paso a dar. "Live in the U.K" nació para dejar descansar, un poquitín, a los teutones (que llevaban más de tres años en una dinámica, de "disco de estudio-tour-disco de estudio-tour", que casi se los carga) y de paso, enseñar como "los nuevos Iron Maiden" (que así se nos vendía a la banda) se las gastaban en un directo.

Michael Kiske era, sin duda, una de las mejores voces que el género había dado. Titán total, nacido para reinar en Valhalla, junto a los nombres más enormes, como los de Dickinson, Tate, Halford, Sebastian Bach, Midnight o Dio. Tocaba comprobar si era cierto que tenía los pulmones de oro (que era uno de los motes que más se oían por aquel entonces). El "Live After Death" de Helloween se disparaba, ideado por el gran Smallwood. Tres discos cañeros merecían, por fín, su disquito en vivo. Para ser juzgados como banda, y, de repaso, para deleitarse con el sonido de los germanos bajo el calor de los focos y ante audiencias británicas.

La portada del trabajo, con la banda dibujada en plan humorístico, y que está tocando para una legión de calabazas metaleras, ya nos deja claro que aún nos quedaba un buen tiempo de Helloween en plan divertidotes. La fiesta aún no había parado, la cosa aún era orgásmica, Ingo no se había suicidado, Kai seguía, con su Esp, en el combo, Michael Kiske aún no iba de divo (aunque le quedaban dos semanas para creerse el mejor invento desde la Coca-Cola) y sus fans seguían, y ciegamente, a la banda, hasta donde hiciese falta. En el mundo del Heavy Metal, la aparición de los alemanes, y sus "Keepers", fueron una movida la mar de alucinante. Oirles en vivo, para todo metalhead, era obligado.

"A Little Time", que se dispara después de los famosos cánticos de "Helloween, Helloween, Helloween!!!", asalta genialmente el escenario, toma cuerpo desde el primer momento, y las guitarras de Hansen y "Weiki" toman el control, cada uno en un lado, mientras que la sección rítmica, simplemente, se sale y demuestra lo que valen. Kiske, por su lado, revienta los cristales, y deja alucinados a todos aquellos que pensaban que el pedazo de voz del "niño Heavy" era un invento del estudio. Kiske, con ayuda en un estudio o sin ella, es un portento alucinante. El arma definitiva de los alemanes. Frontman graciosete, con personalidad, buen rollete y con genio y figura. Hansen estuvo de lo más acertado al abandonar el puesto de cantante y cederle las riendas al rubiales.

"Dr. Stein" (ojalá un dia, el bueno de Deris, aprenda a cantarla igual), "Future World" (geniales guitarras), "Rise and Fall" y "We Got the Right", todas con buen sonido, con la banda entregadota, el público bien receptivo, y pasándolo en grande, nos muestran a unos Helloween sobradotes, que se saben en la cresta de la ola, y que exprimen el momento. Quizás, entre tema y tema, existe demasiada charla, demasiados momentos para el vacile, y aunque mola, la verdad, la cosa quema espacio, y si se suman todas las pausas entre tema y tema, nos daba para un par de temitas más, coñes. Se nota que el show fue una buena fiesta. Desde aquí se huele, y mucho, a sobaco, a marihuana y a cervecita. La atmósfera, desde luego, está lograda.

"I Want Out", uno de los máximos himnazos del grupo, y que suena perfecta, con Ingo dándolo todo, y un Kiske soberbio, nos lleva a "How Many Tears", track final, y pasote total, en el que vamos a disfrutar, todos nosotros, de la mejor cabalgada de todo el trabajo. Desde luego, Kiske sabe como hacer sonar mejor el, ya molón, material de la era "Walls of Jericho". Final de lujo, señores. Eso sí, que corto se me ha hecho el show, joder. Bueno, que coño, el disco es corto. Smallwood fue un rácano y no se enrolló. Supongo que, muy listo él, nos quiso dejar con hambre. Nunca imaginó que las cosas estaban a nada de cambiar, sinó, fijo, que el "Live in the U.K" hubiera sido doble.

Disco clásico, al que tengo un aprecio total (fue de mis primeras obras metaleras) y que tiene carisma. Muchísimo. Como contrapunto, el set-list: corto y mejorable (¿dónde paran temas como "Twilight of the Gods", "Save Us", "Keeper of the seven Keys", "Eagle Fly Free", "I'm Alive" o "Halloween"?).

4 cuernos (bajotes, casi 3) para el directito de marras.

Michael Kiske - Voz
Kai Hansen - Guitarra
Michael Weikath - Guitarra
Markus Grosskopf - Bajo
Ingo Schwichtenberg - Batería

Sello
EMI