
1. The Dawn of the Dying Sun (03:32)
2. Awakening of Kings (06:10)
3. Apocalyptic Prophecies (The Sign of Hades) (06:00)
4. Alone Walkyng (10:28)
5. Crusade of the Underworld Hordes (06:21)
6. The Tale of a Nocturnal Empress (06:07)
7. The Red Sun Mocks My Sadness (02:39)
8. Pagan Prayer (06:16)
Álbum completo: YouTube
Creo que ha llegado la hora de hacer debutar a los legendarios Hades (hoy Almighty por lógica coincidencia con los thrashers americanos) en el Portal después de tantos años. Y digo legendarios, no tanto por su impacto musical, pues son practicante una anécdota sin influencia en el océano del black metal (alguien habrá absorbido sus efluvios, digo yo), si no por sus actividades extracurriculares. Hasta me había planteado hacer una reseña de la banda sin mencionar el “affaire” con la justicia de Jørn Inge Tunsberg, pero me parece más que interesante si queremos realmente situar a la banda en su contexto. Circunstancia que, para qué negarlo, aporta cierto caché a su carrera musical.
La cuestión es que el amigo Jørn, tras un fugaz paso por leyendas de su ciudad (Bergen, para los despistados) del renombre de Amputation, Old Funeral e Immortal, monta sus “todopoderosos" Hades en 1992. Precisamente en una de esas aventurillas, los míticos Old Funeral, entró en 1991 sustituyendo a un mozo que atendía al nombre de Christian Vikernes (ese entrañable Louis Cachet que hasta hace bien poco nos narraba sus peripecias en cierto canal de vídeo en streaming) con el que protagonizó uno de los incidentes más cacareados de aquella convulsa Noruega de inicios de los 90, uno que prácticamente todos conocemos. En la madrugada de la Navidad de 1992, los jovencitos Kristian y Jørn decidieron prender fuego a la iglesia de Åsane (con ese nombre, lo pedía a gritos, la verdad), reduciendo la edificación a cenizas. Acontecimiento que llevó al protagonista de nuestra historia de hoy a dar con sus huesos en la cárcel entre 1994 y 1996, al lado de otros notables de la escena noruega. Una vez en la calle, reactivó a sus Hades con la misma formación que los vio debutar en 1994 y se puso manos a la obra para alumbrar su segunda y última obra bajo este apelativo, bautizada como The Dawn of the Dying Sun en diciembre de 1997.
Lo he de reconocer, mi relación con Hades no ha sido la más fluída a lo largo de los años. Tengo noticias de su existencia, al menos, desde 1999, momento en que la gente de Hammerheart Records nos hizo llegar la promo de Millenium Nocturne, pero mentiría si dijera que me causaron una gran impresión en aquel momento. Hades han sido para mí como esa amiga (o amigo) que pasa desapercibido prácticamente toda tu vida, pero se mantiene a tu lado, hasta que cierto día empiezas a verle algo especial. Eso mismo me ocurrió el año pasado cuando unas conversaciones sobre la banda me llevaron a rescatar por enésima vez sus trabajos noventeros y, esta vez sí, algo hizo click en mí. Con frecuencia se recurre a su debut ...Again Shall Be por haber sido editado en un año clave para la historia del black metal noruego, 1994 (no voy a repetir otra vez todo lo que se editó en aquellos doce históricos meses), pero repetidas escuchas durante el último invierno, han revelado que, entre ambos, encuentro una pizca más de encanto a esta, su segunda oferta.
Y es que ya sólo esa mastodóntica Alone Walkyng, recuperada de su única demo de 1993, merece la pena una escucha por sí sola. Cuando tienes una composición realmente excepcional y lo sabes, hay que darle el tratamiento que se merece y no dejarla “sepultada" en un lanzamiento amateur. Ya me extraña que no lo hubiesen hecho para su debut. El arpegio acústico que le da entrada augura algo realmente grande y los 10 minutos que le siguen no hacen más que confirmarlo. De buenas a primeras, te vas a acordar de Twilight of the Gods y su exquisito empleo de las acústicas. Y es que el bueno de Jørn Inge debía tener a Quorthon en un altar durante aquellos, sus años mozos (nacido en 1970, era uno de los veteranos de la primigenia escena noruega). El discurrir del tema es lento, parsimonioso, hasta “doomero", pero verdaderamente inexorable. Las guitarras elevan un muro de distorsión tremendamente poderoso y las acústicas van retornado de forma periódica a lo largo de su metraje para deleite de los amantes de lo heroico. Pocas son sus variaciones, pero las melodías de guitarra tienen una personalidad realmente inspiradora, el rasgueo del bajo y los alaridos de Janto pasados los cuatro minutos te helarán la sangre y el leve acelerón de batería te dejará para el arrastre. Vuelven las acústicas, frecuentes recuerdos a los Burzum de Hvis Lyset Tar Oss y Filosofem y mucha, mucha épica vikinga. Sin duda se trata de otra perspectiva del estilo, sombría y alejada del habitual tono festivo y batallador tan típico de tierras nórdicas, pero igual de emocionante y grandiosa.
Dicho esto, prácticamente he resumido todo lo que pueden ofrecer Hades en estos dos primeros trabajos de mediados de los 90. Si algo despiden los de Bergen es una sensación de petréa amargura. Un canto heroico bañado por el desgarro que sufre el guerrero pagano al que se le impone una creencia invasora a golpe de espada y clama por sus orígenes ancestrales. Su propuesta es monolítica, lineal, compacta como un puto menhir de cuatro toneladas. Si has empezado por aquí y te ha gustado Alone Walkyng, deberás saber que te esperan otros 37 minutos más de lo mismo, sólo que no TAN inspirado, hasta el punto de que Crusade of the Underworld Hordes empieza prácticamente igual. Poco se van a mover Hades de su premisa inicial, con todo lo bueno y lo malo que puede eso tener. Con momentos más brillantes (Apocalyptic Prophecies, Pagan Prayer) y otros menos (esa entrada con el tema título, el más corto de todos, falla a la hora de impresionar), pero verdaderamente sólido e impenetrable como un muro de mampostería de metro y medio.
Por otro lado, el trabajo del inevitable Pytten es, como cabría esperar, fantástico. Las guitarras se arrastran con una distorsión realmente desgarradora, las acústicas brillan con luz propia (son el rasgo distintivo del álbum), la batería golpea como una manada de paquidermos en plena estampida y hasta el bajo hace sus apariciones con una contundencia avasalladora. Si no haces sonar a una banda como Hades como realmente se merece, está condenada a fracasar y, afortunadamente, limó ciertas asperezas que penalizaban un poco el sonido del debut para firmar un resultado final verdaderamente atronador. Lo que no significa que el debut sonase mal, pero creo que llegaron a pasarse con ciertas estridencias que lo hacen pecar de cierto “ruidismo".
Sin más que decir sobre The Dawn of the Dying Sun (¡vaya titulazo, eh!) emplazo a una pronta escucha a todo el amante del black noruego de los 90, especialmente a aquellos que sientan especial debilidad por Burzum y por los años vikingos de Bathory. Esta puede ser una de vuestras asignaturas pendientes, como lo fue para mí durante la friolera de 20 años. Me alegro de haberlos entendido al fin. Quizas no me veo rescatándolos con la misma frecuencia que a otros colegas de generación, pero creo que he llegado a comprender y aceptar lo que ofrecen, un rocoso pedrusco de pesado e hipnótico black metal vikingo. Cuatro cuernos igual de contundentes que su música. Posiblemente falte algo de genio (tiene sus momentitos), pero lo suplen con toneladas de metal forjado a fuego lento.
- Janto: bajo, voces, guitarra acústica
- Jørn: guitarra acústica, sintetizador, coros
- Stig: guitarras
- Remi: batería, voces limpias