
1.Iberia Sumergida
2.¡Rueda Fortuna!
3.Sirena Varada
4.Parasiempre
5.Maldito Duende
6.Oración
7.Nuestro Nombres
8.Entre Dos Tierras
9.Avalancha
10.Mar Adentro
11.Decadencia
Vaya por delante que no me considero un experto en materia Héroes del Silencio. Para que comprendan mi punto de vista en esta disertación deben entender el hecho que se trata de una banda que me atrae -y mucho-. Eso vaya por delante. Palpo su grandeza, me gusta su puta imagen a lo U2 del “Joshua Tree” mezclada con los Guns del “Appetite” (joder, menuda combinación, colegas), creo firmemente que merecen por derecho propio ocupar un sitio destacado en la historia de nuestro rock (venga, ya me pueden dilapidar) y, a la postre, “Avalancha” (1995) es uno de los discos que más me han impactado en mi vida. Lo que me transmite este disco es inútil intentarlo expresar con palabras pues al fin y al cabo me quedaría tan corto que me daría la risa. Dicho esto ahora viene el ‘pero’. Tengo un serio problema con el resto de sus obras. No negaré que rescato un buen puñado de temas, por supuesto. “El Mar no Cesa” me llega a aburrir, “Senderos de Traición” pese no voy a negar que es un pepino no lo veo tan grandilocuente e importante como se le suele pintar y, “El Espíritu del Vino”, no tengo ni puta idea cuantas veces lo habré escuchado; pero seguro que no más de cinco. Y la verdad que así me está bien. Y repito, de cada una de estas obras claro que rescato piezas sueltas (joder, es que hay auténticas joyas), pero se me hacen bastante cuesta arriba en su conjunto, que es al fin y al cabo lo que a un servidor le importa. No me valen unos cuantos hits, para venerar un grupo necesito gustar de trabajos completos. El caso es que con Bunbury y cía tengo una relación de amor odio. Pues esa contradicción que me supone este “quiero pero no puedo” me acaba jodiendo, si les soy sincero.
Pero claro, colegas, tampoco voy a traer una obra que alguien pueda aportar mucho más que un servidor para dejarla mal. Pues a parte de mostrar una idiotez importante en mi persona, sería una memez. No porque no tenga sentido reseñar trabajos que no nos gustan. Simplemente porque no los dominaría con el rigor necesario para hablar de ellos con una cierta credibilidad. Por eso hoy prefiero traerles un material con el que disfruto de lo lindo y, sinceramente, no me cansa nunca, y mira que las veces que lo he pinchado no son pocas y, la que era mi espectacular edición ‘digipack’ de este “El Ruido y la Furia” que nos ocupa, está ya bastante trillada. Pero tan a gusto, esto al fin y al cabo es una muy buena señal.
Puede que muchos os preguntéis de qué vaya esta movida. Pues bien este majo pack de cD + DVD (me centraré solo en el disco) fue un lanzamiento de la banda de 2005 en el que encontramos un par de conciertos ofrecidos en los noventa. El disco pertenece a un show en la Sala Riviera en 1995 y el DVD incluye el mismo además de otro enregistrado en el Palacio de los Deportes de Madrid (también), en 1993. Y claro, supongo que los que conozcáis más o menos la trayectoria de la banda empezaréis a entender el porqué de mi elección. En efecto, el disco pertenece a uno de los directos más destacados de esa apoteósica gira que fue el “Avalancha Tour” de 1995, que tuvo continuidad en una segunda etapa al año siguiente consagrándose como uno de los grandes grupos de rock, no solo de habla hispánica, sino a nivel internacional. Los Héroes del “Avalancha” eran lo más. Y llegaron a reinar en este nuestro querido rollo. Una gira sencillamente espectacular, básica nombrarla para entender la dimensión de lo que fue el fenómeno de la banda. Un tour mundial con todas las de la ley, pasando por los principales países europeos así como Estados Unidos, México, Ecuador o Panamá entre otros. Una puta locura en toda regla para que nos entendamos. Lo petaron, así de simple. Y parece que a muchos les jodió. Pero sencillamente es lo que hay. A lo mejor deberíamos preguntarnos el porqué de tal estallido. ¿Consideráis “Avalancha” un disco comercial? Coño pues, no sé si yo seré tontito o algo, pero a mí se me antoja como una obra bastante compleja y nada accesible. Que hay que saber por donde cogerla, vaya. No digo con eso que ahora tengamos que ir todos a hacernos con la obra y ponerla en los altares del rock. Solo invito a una reflexión previa antes de expresar actitudes hostiles o de rechazo hacia la banda, del todo respetables (¡faltaría más!), por otro lado.
Pues bien el directo que nos ocupa, grabado el 21 de noviembre de 1995 en la Riviera se ubica dentro el final de la primera parte de esta ingente gira recién comentada. Reconozco que nunca he estado en tal recinto, pero la verdad que siempre suelo ver grupos de prestigio que lo eligen cuando pasan por la capital de reino. Me huele que será el equivalente a una Razzmatazz o Sant Jordi Club de la ciudad condal. Si os soy sincero este directo me apasiona, pues es donde encuentro una fórmula adaptada a mi del grupo. Me explico (aunque es deducible). “Avalancha” como he comentado es un disco que me encanta. Pues bien, el trabajo que nos ocupa se nutre con bastantes temas del mismo además, claro está, de piezas de sus otros álbumes que, ¡sorpresa! No me esperaba para nada que fueran las que son (ironía). Es un show directo, conciso, en el que se palpa un barullo de la ostia. Sudor, rock por un tubo, un sonidazo máximo, la peña como loca y un grupo en estado de gracia tocando el mismísimo cielo con un live para el recuerdo. Bunbury reconozco que me satura un poco su rollete a rockstar deprimido, pero madre mía qué voz tiene el cabrón. No negaré que se trata de un registro especial que, al fin y al cabo, condiciona al completo el sonido denso y oscuro del grupo. Pero aquí sí que debo romper una lanza por él. Su actuación aquí es de diez. De frontman a la altura de cualquier cosa que se le ponga enfrente. El tío sencillamente se muestra imbatible, sobrado, con la confianza del que sabe que está en estado de gracia, por encima del resto.
Pero no solo él está espléndido. El grupo en su conjunto es una puta apisonadora. Suenan más compactos y duros que nunca. Atruenan, sencillamente. Nunca había escuchado en ellos unas guitarras como en las del trabajo que nos ocupa. Se suele decir que en directo las grandes bandas ganan y se crecen. Pues bien, ahí lo dejo.
Inicio tremendo con “Iberia Sumergida” para coger impulso y cautivar el público. Y no es por menos. Creo que es una pieza inmejorable para abrir la lata. Y el resto, como pueden imaginar, habla por sí solo. Adquiere vida propia, vaya. “Avalancha” en directo no puede funcionar mejor. A parte de la inicial recién comentada nos brindan temas de la talla de “Rueda, Fortuna”, que atruena de una forma impresionante, así como la épica de “Parasiempre”, que siempre se ha encontrado entre mis predilectas de los maños. Y qué decir de los grande clásicos. Pues que se encuentran en el momento idóneo y colocados a conciencia para equilibrar el bolo de la mejor forma posible. Así, nos van regalando cosas como la bella “Sirena Varada”, la archiconocida “Maldito Duende” y la no menos vitoreada “Entre Dos Tierras”.
La movida no negaré que se puede hacer corta para los más acérrimos de la formación de Zaragoza. Pues al fin y al cabo no llega a la hora de duración. Pero si os soy sincero tengo que reconocer que, a un servidor, le es suficiente y hace que cada vez que se lo ponga le entre a las mil maravillas. Os lo he dicho al inicio, colegas, por desgracia no soy un héroes maníaco y a mi este formato ya me viene bien. A los que queréis pasaros más tiempo gozando de la banda en directo ya contáis con el “Parasiempre” de 1996. Genial testimonio de una banda que nunca deja indiferente para bien o para mal. No va mucho conmigo pero hoy ejerceré de moderado. Buen grupo, por supuesto. Para mí solo una obra maestra (realmente), y demasiado bombo y parafernalia por parte de muchos que poco tienen que ver con lo nuestro. Aún así, negarles la importancia se antoja como tarea difícil…
Cuatro cuernos para “El Ruido y la Furia” de los que llegan muy alto...para Héroes del Silencio...a William Faulkner le doy la máxima sin dudarlo...
Enrique Bunbury: Voz
Joaquín Cardiel: Bajo, coros
Pedro Andreu: Batería
Alan Boguslavsky: Guitarras
Juan Valdivia: Guitarras