
1. Death's Meditative Trance
2. Ascension Eye
3. Ovation to a Thousand Lost Reveries
4. έσχατος
5. Odoratus Sepulcrorum
6. Interlude
7. Seven Coils
8. Ossuary
Ya que entramos en materia de rescates últimamente, hoy voy a traer un álbum que me resultó llamativo a su salida y que posteriormente olvidé hasta que hace unos meses regresó a mi memoria. En efecto, ese trabajo es el Odori Sepulcrorum de Grave Miasma (2014), lanzado a pachas entre Sepulchral Voice y Profound Lore Records. Por supuesto este rescate tiene que ver con la reciente salida del segundo álbum de los británicos, titulado Abyss of Wrathful Deities, pero hoy nos centraremos en su debut.
Odori Sepulcrorum es la culminación de un largo proceso de maduración que se remonta a los comienzos de la década de los ’00s, cuando Yoni Ben-Haim (Y) y Dani Ben-Haim (D) fundaron Goat Molestör junto con otros, para en 2006 pasar a llamarse Grave Miasma. Se nota que esta agrupación se influenció hasta cierto punto por sus coetáneos Necros Christos (con quienes incluso compartieron un Split) amén de otras más clásicas como Incantation. Hablamos de unos tipos que están estrechamente relacionados con bandas muy en boga como Cruciamentum, Qrixkuor o Malthusian. También se podría comparar a Grave Miasma con otros como los también británicos Abyssal o los canadienses Mitochondrion, por poner ejemplos que ayuden a ubicarse a algún despistado.
El caso es que lo que realizan Grave Miasma pivota entre el denso y espesísimo Death Metal de Incantation y una especie de mezcla de influencias relacionadas con el Black Metal, el Doom/Death y otras corrientes no menos cavernosas. Su objetivo, condensado sensacionalmente en este mastodonte de cerca de cincuenta minutos, trata de expresar una conjunción de elementos ocultistas relacionados con el existencialismo, la muerte y el más allá desde una perspectiva oriental, tomando influencias y recursos de las culturas griega, hindú, hebrea y asiria. Del mismo modo, también se hace palpable en lo musical dichas influencias por medio del uso de instrumentos como el setar o el oúd, detalle que no descarto que “tomasen prestado” de Necros Christos. De todos modos, la propuesta de Grave Miasma es más espesa todavía; no va orientada a un Death Metal tan ordenado y refinado como el de los alemanes, sino que tira por derroteros más atmosféricos, en los cuales los instrumentos de cuerda nos envuelven con sus trémolo pickings, sus incesantes oleadas de distorsión y la profunda voz de Y, la cual nos llega con un avieso eco como si procediese de otro plano existencial.
En su momento, Odori Sepulcrorum lo petó con esta propuesta tan intensa, llegando a los oídos y lenguas de todo entendido (o al menos enterado) dentro del Metal Extremo. Y… la única pega que se podría poner a Grave Miasma desde la humilde opinión del que escribe estas líneas, es que no hubieran sido capaces de mantener el interés del respetable con un segundo larga-duración en un intervalo de tiempo razonable (ocho años tuvieron que transcurrir). De todos modos repito que no estamos hablando de Abyss of Wrathful Deities, hablamos de Odori Sepulcrorum… el que es, a mi juicio, su mejor lanzamiento en los veinte años que llevan en activo y trabajando juntos Y y D.
Death's Meditative Trance es un buen ejemplo de lo que ofrecen Grave Miasma. Así... la primera en la frente, pero diría que la esencia de los londinenses no radica en canciones sueltas en sí, sino en lo que viene siendo el conjunto, la integridad del lanzamiento. Después de todo creo que ya dejé bastante claro que la magia de estos individuos radica en sus atmósferas, el aura de ultratumba que desprenden. Elegantes y peligrosas a partes iguales. Puede que las composiciones más representativas de este lanzamiento (y de la banda también por extensión) sean έσχατος, Seven Coils y Ossuary, pero esto lo digo a juicio personal y según mis propios criterios. Desde luego Seven Coils es especial debido al uso de los elementos orientales y lo bien escrita que está, siendo este último detalle algo 100% extrapolable al resto de Odori Sepulcrorum.
En definitiva. Estamos ante uno de esos trabajos que vale la pena descubrir y rescatar periódicamente cuando el cuerpo te pida Death/Black Metal de corte pesado, espiritual y con aromas a catacumbas milenarias. Algo que el artwork consigue transmitir con bastante acierto. Obra de Denis Forkas Kostromitin, quien también creó los artworks de los últimos trabajos de Behemoth, el Intra Naos de Altar Of Perversion, el Temple Under Hell de Erebus Enthroned o el Impassable Fears de Gravetemple.
Cuatro cuernos medio-altos. Un 8,5.
A: bajo.
D: batería y percusión.
R: guitarras, flauta y letras en track 4.
Y: voz, guitarras, setar, oúd, órgano Hammond y letras.