Grave Digger - Tunes of War

Enviado por Marcapasos el Sáb, 23/06/2018 - 19:55
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Con una carrera a punto de alcanzar los 40 años de historia, los alemanes Grave Digger es una de esas bandas que han sabido demostrar que son una en la que el metalero de a pie siempre podrá confiar. Cierto es que en su discografía pululan álbumes que se repiten más que el ajo, pero la parca sostenida por la fuerza de Chris Boltendahl y los suyos siempre se ha mantenido decidida y dispuesta a entregar Heavy y Power Metal de la mejor factura posible. Sea como sea, un disco de Grave Digger es garantía de pura energía, guitarreo intenso, latigazos a doble bombo…, vamos, todo lo que debe ostentar una banda de su campo.

La confianza palpable que sin problemas podemos dejar a cargo en Grave Digger tiene su apoyo de argumento cuando nos damos cuenta de que los 90’, justamente cuando gran parte de los gigantes del género encontraron su declive, precisamente fue cuando estos teutones se toparon con el mejor momento de toda su carrera.
Con la experiencia dada por esos The Reaper (1993) y Heart of Darkness (1995), que supusieron un salto madurativo en la fórmula, la banda entra en su trilogía medieval, de la que no solo se editarían álbumes tan recordados como Knights of the Cross y Excalibur (1996), sino también, y más especialmente, Tunes of War, su obra más significativa e importante en toda su historia.

Editado el mes de agosto del año 1996 a través de GUN Records, esta gema que es Tunes of War representa el capítulo discográfico más impactante de Grave Digger, tanto a nivel comercial como dentro de la escena de Heavy Metal europea. Partiendo del concepto, ya vamos conociendo un trabajo realmente interesante, tratando en sus canciones las luchas escocesas por la independencia de Inglaterra, desde los conflictos medievales entre los clanes del territorio británico del s. XI hasta los levantamientos jacobitas sucedidos entre los s. XVII y XVIII; es una idea efectiva con la que enfocar un disco de Heavy Metal, así como para empezar una saga de corte histórico, aprovechando, igualmente, el tirón impulsado por el éxito de la clásica Braveheart, de Mel Gibson, film que había sido estrenado en 1995, tan sólo un año antes de que el presente CD viera la luz. ¿Coincidencia? No lo creo, pero no negaremos que Grave Digger supieron coger el testigo como merecía el momento.

El track list, pues, se compone de trece temas, o, lo que es lo mismo, trece odas a la guerra, la rebelión y la bravura escocesa. Como buena obra conceptual que es, Tunes of War nos zambulle de lleno en el espacio de la acción en la introducción The Brave, que, con la protagonización de la gaita, retrata muy bien ese necesario escenario de laderas escocesas donde se presentarán todas y cada una de las batallas, siendo la primera de ellas Scotland United, un trallazo de inicio que corrobora que solo con los riffs y solos acuciantes de Uwe Lulis y a Chris Boltendhal al micrófono le bastan a Grave Digger para llegar a lo más alto y convertir cada movimiento en un monumento al Heavy Metal más épico. Un comienzo demoledor que encuentra respaldo en The Dark of the Sun, una canción todavía más rápida y elevada por un estribillo –brutal– de mayor base coral que afina esa garra de Power Metal.

Las andanzas nos llevan a una buena tríada de temas irreprochables, mereciendo especial mención William Wallace (Braveheart), una de esas canciones donde Grave Digger aprovecha ese amplio rango de alcance que los conduce a cubrir desde el doble bombo más guerreante hasta los momentos más suaves (véase sin más el estribillo, donde Boltendahl reluce su –de alguna forma fascinante– voz limpia, que cumple el fin de ensalzar la nobleza del guerrero que da nombre al tema). Eso sí, sin quedarse atrás también avanzan The Bruce (dedicada a Robert I, rey de los escoceses entre 1306 y 1329) y que converge en uno de los más magníficos, poderosos e intimidantes medios tiempos que la banda ha compuesto hasta la fecha) y The Battle of Flodden (un retorno al sangriento fragor de la batalla, donde guitarra, bajo, batería y voz transmiten al 200% la intensidad de la lucha y la inminente muerte de la infantería).

Ahora bien, un disco como Tunes of War no podría ser tal sin su respectiva balada, y menuda es la que nos encontramos, ni más ni menos que The Ballad of Mary (Queen of Scots), un trágico homenaje a una de las monarcas más populares de la historia de Gran Bretaña, un retrato que arrebata el aliento sobre la turbulenta vida de María I de Escocia. Valiéndose del canto de Boltendahl y un teclado que se encarga de la instrumentación, la canción muestra crudamente el dolor del pueblo escocés ante la ejecución de su reina en 1587). Seguramente, por todos sus méritos y personalidad, la mejor balada que han cubierto Grave Digger.

Por buscarle un pero, temas como The Truth (algo más rockero, pero igualmente impetuoso en su coro) y Killing Time (demasiado breve y que podría haberse desarrollado más) se quedan algo atrás dentro del conjunto, sin ser por ello malos temas en absoluto, y que incluso se suplen por más piezas de gran nivel hallables en el último tercio del long play, siendo unas de ellas Cry for Freedom (James the VI) (un cañonazo Heavy/Speed Metal a todo motor, marca de la casa) y, por supuesto, Rebellion (The Clans Are Marching). Qué decir de este, el más grande himno de Grave Digger, su mejor hit de cara al mundo mediático. Si lo tuyo es el Heavy Metal, es muy probable que te hayas topado con esta canción en más de una ocasión, ¡y con razón! El inicio es todo un icono de la enseña Grave Digger, su estructura está muy bien construida, el solo de guitarra es bestial, la escena de las gaitas está para enmarcar y siempre es un punto de inflexión en cada concierto del grupo, en donde, por cierto, pocas experiencias hay más satisfactorias como cantar a pleno pulmón:

“The clans are marching 'gainst the law
Bagpipers play the tunes of war
Death or glory I will find
Rebellion on my mind”

Tras todo lo ya visto, acertadamente la banda cierra con Culloden Muir, último hito batallador (eternamente resaltable el militante solo de batería de Stefan Arnold) y con The Fall of the Brave (Outro), track que hace las veces de epílogo y que sume a la escucha en sombras.

Grave Digger, con Tunes of War, demostraron que nunca es tarde para parir un clásico y que para ello no es necesario haber pertenecido a esa escuela precursora que sienta las bases de género alguno ni tan siquiera tener al mejor vocalista de la escena o a los instrumentistas más técnicos y virtuosos. Por medio de convicción, maña, esfuerzo, pasión por lo que se hace y un puñado de muy buenas ideas es como surgen álbumes como este, lo cual es mucho decir dentro de una década que, para muchos, supone la era de capa caída del Heavy Metal.
A día de hoy, Grave Digger se han mantenido impasibles e imperturbables para con su estilo a través de los años, pero jamás han vuelto a crear algo tan especial como Tunes of War. Excalibur y Heart of Darkness son discazos importantes, y, en líneas generales, Knights of the Cross es su obra más perfecta; pero Tunes of War posee una esencia irrepetible, una magia especial a la que no cualquiera puede llegar.

Gran producción, sonido de infarto (siempre ayuda contar con la garganta del gran Hansi Kürsch entre bastidores), genial portada obra de Andreas Marschall, enorme performance por cada miembro de la formación, líricas y tratamiento del concepto realmente interesante… No es un The Number of the Beast o un Land of the Free, pero siempre será un imprescindible must have para los amantes del Heavy Metal, ya sea europeo o mundial, da igual, es todo un indispensable para cualquier colección, merecedor, claramente, de unos cinco cuernos, aunque sean bajos.

Chris Boltendahl / Voz
Uwe Lulis / Guitarra
Tomi Göttlich / Bajo
Stefan Arnold / Batería

*Artistas invitados*

Hansi Kürsch / Coros
Scott Cochrane / Gaita
Hans Peter Katzenburg / Teclado

Sello
GUN Records