
1. Speed Thrash Big Bang
2. Sangre y Fiambre
3. Esténtor
4. Apocalipsis Molon
5. Hijos de Mordor
6. Festival del Mal
7. Rollo Primitivo
8. Queridodin
9. Metalocracia
10. Heroes del Power
11. Hard'n'Piripi
12. Mi Alegre Mazmorra
13. El Barbero de Vallekas
Cuando hace poco Gigatrón volvió en sí tras unos diez años de parón, la gente que esperábamos como agua de mayo escuchar en directo su colección de himnos grotescos pudimos por fin disfrutarlos a fondo durante el tour Metalocracia, que presentaba además un descacharrante tema nuevo, Apocalipsis molón.
A finales de 2013 se anunció que el grupo sacaba por fin material fresco y lo intentaba por la vía del crowdfunding ("hordafunding", como decían ellos), bajo un título prometedor para sus fans: Atopeosis 666. El artefacto se lanzaba en diversos formatos que incluian no sólo el vinilo sino incluso un cassete "de gasolinera" lleno de bonus tracks.
La suerte estaba echada, y francamente yo me preguntaba si el chiste iba a dar para más. No porque desconfiara ni un ápice del torrente de ingenio de su letrista y cantante, Charly Glamour, que seguía brotando sin límite en todo momento para regocijo de quienes seguimos al grupo en las redes sociales (cualquier texto informativo de Gigatrón o entrevista a Charly me hace tanta o más gracia que cualquiera de sus letras), sino más bien por el propio formato, que parecía destinado a agotarse. ¿Iba a resultar forzado un disco más, aunque sus fans lo estuviéramos esperando como pajaritos en el nido?
Pues no. Probablemente quien ya estuviera fuera va a seguir en sus trece (no digamos quienes se sienten ofendidos), y quien guste del grupo simplemente aquí tiene más y mejor, pero lo que me queda claro es que, si ellos quieren, puede haber Gigatrón para un rato largo.
El motivo no es otro que un manantial de ideas geniales que preña esta "Atopeosis" de principio a fin, demostrando que la gracia no sólo está en parodiar el heavy "desde dentro" o en rodearlo de todo un absurdo universo mitológico, rural o callejero, sino en encontrar el himno más enardecedor a partir de las chorradas más mayúsculas... y esa es una cualidad que no abandona nunca a quien la posee. Y esto no es todo: de nuevo el disco hace estallar al oyente en carcajadas continuas gracias a un fino olfato para mezclar entre sí referencias y conceptos que nada tienen que ver unos con otros.
Es normal que algunos metalheads se sientan ofendidos no tanto por repertorio del grupo, sino (¡peor aún!) por la acogida multitudinaria que ha tenido su regreso, pero es justo reconocer que es un exito merecido porque la mierda que nos dan, guste o no, es muy buena. Salvando el horror de la batería midi (eso sí que no lo perdono aunque está bien programada), la música es más que digna: directa y adecuada a cada ocasión, y muy bien defendida en directo por músicos solventes. Esta nitidez musical se ve reforzada por una producción que no ahorra en unas paredes de sonido bastante originales, al menos hasta donde llegan mis referencias, construidas a base de recordings de guitarras melódicas, coros y ruidos varios. En otras palabras, el disco lleva muchos elementos secundarios que están bajitos, pero que refuerzan el resultado para bien.
Por otro lado, el discurso musical se ha complicado bastante, aunque sólo a ratos. Esto no era imprescindible, pero es otro punto a favor y hace que el disco aguante muchas más escuchas.
Y lo de las letras... ya no tiene nombre. Soltar tal número de obviedades y chorradas, tan infantiles a veces, y caer siempre de pie gracias a esa delicadísima forma de escoger y juntar las palabras entre sí (el que no vea esto último que se ponga gafas, o que revise sus prejuicios) es algo que muy pocos pueden conseguir. De hecho muchísimos lo intentan y en su mayoría no hacen gracia a nadie, ¿o no es así?
De todo esto está hecho Atopeosis666, cuyo contenido no voy a desmenuzar para que no se pierda el factor sorpresa. Por más que busco no encuentro ni una sola canción, y son trece, que no sea un poderoso himno destinado a soliviantar a miles de personas. Ese es el truco: parodias de himnos que son grandes himnos en sí, con lo cual permiten emocionarte y corear mientras a la vez te descojonas. Con el corazón en la mano, si no están muy seguros no intenten reproducir en sus casas este mágico equilibrio.
Muchas gracias de nuevo, Gigatrón. Por mí podéis seguir repitiendo la jugada otras mil veces. Ah, y cuando grabéis un disco con batería de verdad, este reseñista os pondrá el quinto cuerno. ¡Vaguetes!
Charly Glamour: Voz
Dave Demonio: Guitarras
Mike Ferralla: Bajo
Mázinguer Molina: Batería