
1. Somebody's Been Sleeping in My Bed
2. Third Time Lucky
3. Comin' Down with Love
4. Paradise Alley
5. Boogie Motel
6. Love in Motion
7. Nervous Release
Definitivamente, FOGHAT es un grupo con una amplia trayectoria que aún hoy, después de cuarenta años y no contar con algunos miembros originales, sigue sosteniendo a pesar del tiempo. ¿Cómo lo han hecho? Tendrían que darle algunas repasadas a este disco del año 1979.
Imposible no encontrar en ese arte gráfico de portada una excelente alegoría sobre el contenido que está dentro. Se siente una efervescente pasión que a pasos agigantados se sobresalta y llega al punto del éxtasis, de la locura. Un Hard Rock blusero, setentero, árido y hecho por machos-machos británicos que con su influencia americana supieron ir aderezando sus trabajos con mucho de lo que se cocía al otro lado del atlántico, pero no vacilaron en inyectarle ese humor y esa valentía tan propia de Gran Bretaña. Con todo y ello, como ocurre con DEF LEPPARD, por su orientación uno los identifica más con Gringolandia que con la isla del té y los relojeros.
Con prestigio y buenos modales FOGHAT desenvaina su octava espada con nada menos que Boogie Motel (1979). Pese a que es un disco vapuleado por la crítica, en ningún momento desmerece ningún buen comentario que se haga sobre el mismo. Siguiendo en la línea del espectacular Fool for the City (1975), los discos de FOGHAT fueron acercándose más a la línea rockera con temas poderosos y muy, muy cercanos a lo que a mediados de los 70’s se conocía como Heavy Metal. Sin embargo, no endurecieron más su propuesta y se quedaron jugando en casa. Ya de ahí no los sacaba nadie y lo presentado es muestra fidedigna de ello.
Boogie Motel, como cualquiera de sus anteriores siete discos, sigue un entramado curioso que, viéndose bien al calor de estos días, es más que acertado: Rock and Roll. Música potente, distorsionada, a la vez bailable y con coros llenos de vibra que despegan luego de la demostración lírica de cuatro hombres de carretera que encontraban consuelo paseando por toda Estados Unidos, deteniéndose en cada pueblo para tener una historia diferente que contar a sus fieles seguidores. Boogie Motel nos sigue mostrando a una agrupación enfocada en la diversión, el gozo, el disfrute, la fiesta y el amor por el género que están haciendo al mismo tiempo que te cuentan cómo lo hicieron. Es fabuloso; tan sólo imaginarse acostado en la azotea de un motel de carretera a las afueras de Chicago es increíblemente excitante.
FOGHAT no se despeinan las melenas (el buen Peverett sabe cómo funciona el negocio) y apuestan nuevamente a lo seguro.
Le dirán “falto de ideas”, “aburrido”, “plano”, etc. Sin embargo, es romper el hielo entre bebidas y la inicial Somebody’s Been Sleeping in My Bed para poder sonreír con sinceridad, cerrar los ojos y dejarse llevar por las líneas vocales de Peverett y el riff entrecortado de Price. Cantar a todo pulmón con una picardía bastante inocente “Y es que alguien… estuvo durmiendo en mi cama”. Nos transportamos a Arizona, con un cigarrillo y una cerveza en nuestras manos, viendo a los lejos el sol ocultarse, percibir el aroma de una chica saliendo del baño y notándonos vestidos como los rockers de los setentas en plena gira por nada menos que cincuenta estados. Es esta música juguetona la que pone la mente a maquinar, la que controla el ambiente donde se está parado y consigue que el oyente comience a sumergirse en la historia que es narrada desde una perspectiva tan fogonera como satírica y paródica. Es el Rock and Roll en todo su esplendor, escondido tras poderosas Power Chords y estribillos frenéticos que inducen a la danza y a la borrachera por horas enteras.
Al igual que cualquier otro de sus trabajos, aquí hallaremos una mezcla muy interesante de géneros (Hard Rock, blues, toques Folk, una batería que imita el Jazz mientras la guitarra suelta solos de infarto…) que sólo se traducen en una frase: ROCK en la marcha. “No me creas idiota, sé lo que tengo que hacer”, confiesa Peverett a lo largo de todo un álbum repleto de temas que aceleran y desaceleran, invitan a la risa o al llanto, pero en el fondo todo es más de lo mismo: música para el recuerdo. Un conjunto cargado de todo lo que un amante del Hard Rock setentero puede pedir: riffs incendiarios, una sensualidad poco disimulada, solos con escalas Blues, letras cotidianas y un estilo muy orgánico a la hora de vocalizar.
Boogie Motel, después del fiestero tema de apertura, consigue un medio-tiempo bastante conmovedor: Third Time Lucky, lleno de melodías sentimentales y solos emotivos, con una fórmula similar a la que empleaban los primeros REO SPEEDWAGON, FOREIGNER y SURVIVOR en los 70’s. Comin’ Down with Love nos vuelve a introducir en los paisajes rockeros, con la excepción de que tiene un matiz brillante que luego de pocos segundos nos empuja a una vía donde encontramos al mismo tiempo sensibilidad y delirio. Paradise Alley, balada explosiva con un deje Country/Progresivo (una combinación extraña, pero funciona) que no deja de ser otra demostración de la versatilidad de Rod Price tanto en la guitarra eléctrica común como en la Slide.
Boogie Motel, su tema homónimo, es el plato fuerte del disco, junto a la canción que nos abrió el disco. Son siete minutos llenos de cambios de tiempo, un acercamiento al Hard Rock más poderoso para luego tocar un fondo bastante blusero, pasando por tendencias melódicas acogedoras que luego nos regresan al estilo que inició el corte. Por más que el tema dure y dure, jamás se pierde un ápice, así como en el verdadero Boogie-Woogie, de la melodía original. FOGHAT trabaja sobre la marcha machacando la misma línea, de la que delinean miles más. Ahí es donde se distingue la potencia de este grupo, que ni siquiera en un disco tan infravalorado por los medios pierde un milímetro de elegancia. Acordeón, saxofón y un teclado muy bien ejecutado. De todo hay en este corte, no se puede negar todo lo que transmite.
La encantadora y perceptiva Love in Motion, con un Peverett imperdible jugando a ser el héroe de una mini-historia de un solo tema, precede al fabuloso Nervous Release, la canción que, líricamente, resume lo que el disco trata de presentarnos. Más allá de guitarrazos ácidos y distorsionados (repito, acercándose innegablemente al Heavy Metal setentero), este tema consigue focalizar a una agrupación que está apunto del colapso (como evidentemente sucedería poco después), pero que reúne la fuerzas necesarias para cerrar con broche de oro un trabajo muy bien ejecutado, desde la maestría de cuatro hombres que sólo iban a lo suyo, sin pretender pasar ninguna raya imaginaria.
Boogie Motel con todo lo que se le puede achacar, es otro ejercicio sobresaliente de este fantástico grupo que es FOGHAT. Una discografía entera imperdible, ocho primeros álbumes con mucho Hard Rock eclético y homogéneo, un vocalista que te hace llegar lo que canta y un guitarra multifacético que con un riff dice más que diez mil palabras.
Este es el sonido de una época.
El sonido “FOGAT”…
Dave Peverett - Voz y Guitarra.
Rod Price - Guitarra, Guitarra Slide y Coros.
Craig MacGregor - Bajo y Coros.
Roger Earl - Batería.
*Colaboración*
Jimmy Ambrosio - Acordeón.
Alto Reed - Saxofón.
Colin Earl - Teclado.