
1. Death In Vain (5:35)
2. Homicide (3:14)
3. Desecrator (6:09)
4. Exhorder (5:13)
5. The Tragic Period (7:08)
6. Legions of Death (4:33)
7. Anal Lust (2:36)
8. Slaughter In the Vatican (7:18)
Existen cientos de bandas cuya presencia en un camping no extrañaría a muchos, después de todo, y huelga el exponer ejemplos, pero inexcusablemente hoy vamos a hacerlo para que nadie se puto pierda y entienda cuando alguien toca Thrash Metal y cuando “otras cositas” que poco o nada tendrían que ver con el primeramente citado. ¿Opinable? Muy posiblemente, pero prosigamos con la cuestión, que la cosa tiene su miga.
Los chiquitos de METALLICA -por señalar a alguien, así a bote pronto- sin ir más lejos han sido avistados en diversas ocasiones, haciendo parada y fonda, en algunos de ellos (de cinco estrellas, claro), incluso compartiendo con sus usuarios una jugosa barbacoa con la cual avivar sus jodidas lorzas cada vez más prominentes. ¡Buen rollo medieval! Ambiente sanote y tal para que James se abstraiga de sus adicciones supliendo la botella de Absolut por unas jodidas malagueñas o que el nervioso babuino danés se aireé las ideas para al final terminar editando otro cochambroso Ep con macilentas sobras de no sé qué disco anterior.
Y claro, todo ello en el marco de un clima de camaradería y relax de esos que tú y yo sabemos es tan propicio para sentar cátedra escribiendo Thrash Metal. Y lo puto sabes: El Thrash no huele a Martini ni a jodida colonia Brummel, sino a cerveza caliente y greña sudada. Prosigamos.
TESTAMENT ¡No me digas más! No, porque estos sí que jamás se han escondido, cosa que al fin y al cabo los exonera un poco a pesar de los pesares. Por todos es bien sabida su condición de VIP’s en “La Ballena Alegre” dónde Chuck Billy es sobradamente conocido como maestro de ceremonias en las “Jornadas de la Paella”, y esto –no hace falta aclararlo- es de puta madre y fomenta una aterradora atmósfera de pavor donde la Fanta de Naranja reina por todo lo alto y todo aquello que hace realmente grande a un disco Thrash brilla por su ausencia, pero que nadie alce la voz o muestre el menor signo de disconformidad, porque en aras de la AMISTAD vamos a aceptarlo todo para que nada descuadre de aquello que de veras mola.
Sin embargo, ahí precisamente estriba el quid de la cuestión que nos socorre inexorablemente a la hora de entender de un puta vez por todas el que igual en otros estilos eso ayuda, pero no así en el Thrash, ya que el hecho de sonar “amistoso” jamás fue un buen consejo para quien quiso ganarse el respeto de la parroquia. Porque el Thrash es un Reino de Hombres donde las poses y el pestilente glamur jamás fueron cosas necesarias para seducir a nadie, y precisamente porque eso es así, Pantera se convirtieron en lo que fueron y EXHORDER se quedaron en lo que son. Nada que apelar cuando los principales afectados han reiterado en más de una ocasión el cómo jamás se sintieron robados, expresando al punto su regocijo al constatar el apisonador éxito de los (al fin y al cabo frustrados glammers) de Texas
¡Concedido! Pero mi boca y mis dedos son míos y mediante ellos exclamo el asco que ello me provoca, sentenciando sin más el cómo hasta el fin de mis días preferiré cabalgar a solas y hombro con hombro junto a los proscritos, antes que no perseguir a cuatro paletos millonarios, aunque sea acompañado de no sé cuántos millones de ovejitas. Para quien tenga dos dedos de frente, aquí no haría falta ninguna aclaración para que nadie se sintiera agredido por el comentario, pero como hay por ahí suelto tanto y tanto asno, lo aclaro para que algunos no empiecen a rasgarse las vestiduras (¿Quizás un jodido chándal?) por mis incendiarias palabras.
Por ovejita o puto borrego sarnoso, para el caso, utilizo yo el término en incautos sujetos que sin tener la menor idea de lo que es el Heavy Metal, han almacenado, sin saber demasiado bien porqué, en sus deplorables estanterías un ‘Vulgar Display’ o un ‘Far Beyond’ junto a otros tantos compactos (¡Qué ridícula palabra!) de Nirvanita, Oasis, Smashing Mouth, Green Day, Take That, Barbara Streisand o SEPULTURA ¡Y ya lo pute sé! Os preguntaréis ¿Qué coño tienen en común SEPULTURA y Barbara Streisand? Pues muy fácil. ¡Que los dos utilizan Tena Lady! Así que si TÚ eres uno de esos (para mí) incomprensibles casos de paciente que adora a Pantera y al punto también al Thrash Metal auténtico o incluso el Death, el término “ovejita” no iba dirigido a tu persona en este caso, al menos por lo que a hoy respecta ¿Estamos?
Y tampoco hace falta el advertirlo ¡Joder! ¿Qué duda cabe? El cómo jamás de los jamases a EXHORDER, HOLY TERROR, MORBID SAINT o a los mejores DARK ANGEL se les permitiría el acceso a un divertido camping donde la jodida amistad es la premisa número uno para que todo transcurra con armonía, ya que cuando tú te presentas en sociedad con el abrasivo tono de guitarra que salpica a lo largo y ancho de este demencial ‘Slaughter In the Vatican’ sabes positivamente que tan solo van a seguirte los mismos cuatro gatos descerebrados de siempre, pero que van a hacerlo hasta las mismísimas llamas del infierno para que nunca camines solo.
Otros igual van escoltados de intimidantes multitudes, sí claro, pero en el fondo no son más que almas atormentadas que a cualquier precio buscan la aceptación, disipándose en un vomitivo baile de máscaras donde todos terminan auto-destruyéndose. ¿Alguien quiere ejemplos? ¡Nah! Demasiado obvio como para perder un solo segundo ¿No es cierto?
‘Death In Vain’, ‘Homicide’ o ‘Desecrator’, sin ir más lejos, recuerdan inevitablemente a esa o aquella otra pútrida cantinela de los malolientes Panterita ¡Que no lo niego! Pero tampoco seamos tan simples y nos privemos de ver a dos jodidos palmos de nuestras narizotas, porque aquello que hacían los primeros era una cosa y la que practicaban los segundos, otra muy distinta. En este sentido es también muy tentador el caer en la trampa de pensar como Kyle Thomas y Anselmo (que colaría perfectísimamente como nombre de charcutería) cantan casi igual, aunque nada más lejos de la realidad, pollastre.
En la mandanga de dilucidar cuál de los dos tenía mejor voz, ya es que ni entro o dejo de entrar, porque sencillamente me la suda de este a oeste, pero lo que es claro y evidente es que yo tiro millas junto al primero, y eso sin reparar en que fue el primero de los dos que acuñó el estilo. Ahora bien, donde las comparaciones ya caen por su propio peso es sin discusión en los apartados referentes a la percusión y las guitarras, donde tanto Nail como la incendiaria sociedad integrada por LaBella y Cerabolo vuelan por los aires a cualquier amasijo que compusieran, copiando o no, los arreplegados de Pantera. Y la verdad que se antoja ridículo el intentar siquiera plantear otra cosa. “Dimebag” era un guitarra medio bueno, y hasta ahí.
¿Quién copió a quién? ¡Ah! Mientras EXHORDER ya exhalaban chillidos de gorrino sofocado en el ’86 (en su Demo de estreno ‘Get Rude’) mediante colosos como ‘Legions of Death’, ‘Exhorder’ o la censurada ‘Anal Lust’, Panterita todavía andaban persiguiendo amargamente el húmedo sueño de ponerse a rueda con las nenitas californias abanderadas del Glam, rebuznando baladas infumables como la hedionda ‘Forever Tonight’, así que dejaros todos de monsergas y aceptad de una puta vez el cómo los tejanos jamás valieron un jodido pepino, salvo por cuando se apropiaron de la receta de otros ¡Eso sí! Añadiendo a la misma aquello que hacía falta para hacer llegar el mensaje a las asquerosas y aborrecibles masas.
En esa misma dirección, se me hace del todo grotesco el hecho siquiera de intentar poner en una balanza al frenético rodillo de avance encarnado por un himno como ‘Exhorder’, con un Kyle Thomas absolutamente demonizado y fuera de sí, junto a aquél que pudiera pareceros más agresivo o “durote” de la piara de Anselmo. ¡Malísimo el chiste, atiende! Porque para hacer temblar los cimientos de la tierra pilotando a medio gas no es forzosamente obligatorio el vestirse de tonetti “groovielón”; Y al respecto, el demoledor inicio de la truculenta ‘The Tragic Period’ nos ilustra a las claras de qué cojones estoy hablando.
Ahora eso sí, que si eso, que nadie se confié y piense que la cosa se amansa, porque justo a continuación se nos precipita sobre la cabecita de jilguero un maníaco misil tierra-aire bautizado bajo el nombre de ‘Legions of Death’, y si esa rítmica con la que despega no te hace ver las cosas claras, es que lo tuyo es para estudiarlo en un puto laboratorio, de esos donde guarrean con jodidos cerebelos de mono. Comprobad como en (02:25) de ‘Slaughter In The Vatican’ la similitud con los tuercebotas es de nuevo más que obvia, pero que no es lo mismo, cojones. Las vitaminas y el cianuro son substancias que pueden parecer exteriormente idénticas, porque ambas se dispensan en jodidas cápsulas, pero como hagas la gracia de engullir una de cada, ven después y me lo cuentas, botarate.
‘Anal Lust’ y el tema-título no vienen sino a recordarnos el cómo del todo resulta imposible salir indemne y con el ano de una pieza tras la voluntaria exposición a uno de los discos que definitivamente -y de modo más salvaje- define al Thrash Metal de vena más pura y auténtica, máxime cuando éste vio ya la luz tras el ocaso de la década de los 80’s. Ya después, con el aterrizaje de ‘The Law’ en 1992, los niveles de intensidad – así como los picos de calidad, descenderían considerablemente, pero ¿Qué queréis que os diga? Incluso sopesando las horas más bajas de los de Louisiana junto a aquellas más inspiradas de los de Texas la cosa es que no ofrece ni un solo segundo para el debate. Y es que ya lo dijo alguien antes: Obligar a colisionar a una jodida locomotora con una insignificante hormiga no tiene la menor gracia, además de ser algo -digamos- injusto.
Lo hemos apuntado en millones de ocasiones anteriormente, pero vale la pena el volver a hacer hincapié en ello para que a nadie se le olvide: Tú puedes tocar tu Thrash Metal como te salga de la polla, pero o lo haces con el tono de guitarra de un álbum como éste, el ‘Darkness Descends’ de DARK ANGEL o el primero de los VIKING o te expones abiertamente al riesgo de pasar a engrosar el 95% de bandas que han dicho, dicen o dirán que tocan Thrash Metal, pero que en el fondo no son más que un atajo de señoritas, cuando no jodidas madres divorciadas comprando histéricos Cheerios en una gran superficie para que sus polluelos los deglutan a la jodida hora de la merienda, mientras ellas planchan devotamente sus jodidos chándals.
¡Y no hay más, oye! En tu mano está el unirte a una menguante casta de marginados artilleros o el hacerlo a una ingente bola descomunal de cantamañanas que se devana los sesos pensando en dónde cojones han dejado la gorra de Nocilla o de qué color se tiñen esa tarde la puta perilla. Donde hay música de la buena no hacen falta artificios para tapar las carencias. ¿Sabes?
Valoración: 94/100
Kyle Thomas: Voz
Vinnie LaBella: Guitarra & Bajo
Jay Ceravolo: Guitarra & Bajo
Chris Nail: Percusiones