Enigmatic - Two Days of April

Enviado por stalker213 el Lun, 13/09/2010 - 22:33
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1. The Tabular Bells Symphony (1:28)
2. Fear of the Dead (2:48)
3. The Master of Dreams (4:11)
4. Dishonest Belief (5:05)

Existe una verdad como un puño que reza lo siguiente “Cuando no hay, no hay”. Eso es así y no hay más cojones. Todos lo sabemos: La verdad -a menudo- es dolorosa, pero no quedan más que narices que acatarlo y apretar los dientes (día a día seguir perseverando) para conseguir ser un poco mejor. La introducción -aunque breve- probablemente no es la más ortodoxa con la que pudiera empezarse una reseña, pero es que por más que seas sueco, estuvieras metido en la movida (bueno, de hecho sólo desde el ‘93) y tocaras Death Metal, no quiere decir forzosamente (aunque a veces pienso casi que sí) que tu música valga (o en este caso, valiera) la pena, y es que lamentablemente este es el caso de los olvidados, y con razón de causa, muchachitos de Bollnäs (Suecia) ENIGMATIC.

Para empezar, hablamos de una autoproducción de 1993 (sin sello y tarde), luego, aunque muchísimas veces el dato suponga una increíble paradoja (cuando flipamos al comprobar que algunas bandas no superaron siquiera estadio del cassette, atesorando sin embargo ingentes dosis de calidad), aquí sí hablaríamos de una banda que merecidamente cosechó lo que mereció, y es que tocar música sencilla no está necesariamente reñido con ser unos cracks, lo mismo que poseer una técnica descomunal no lo está con ser un puto coñazo, pero vaya… que lo de ENIGMATIC no es ni una cosa ni la otra, sino que más bien se queda en terreno de nadie, que es lo que habitualmente sucede cuando se es un mediocre. Vamos a ver: Que nadie entienda que estoy afirmando que esta banda es una mierda (efectivamente no lo es), pero que también quede muy claro que aunque uno sea un fanático ortodoxo del Death Metal de vieja escuela de toda la vida tampoco quiere decir que todo lo que engulla mi insaciable pico me produzca las mismas cosquillas, ya que aunque raramente, también en aquella época (de hecho el fenómeno Death empezaba a agonizar) existieron bandas muy prescindibles.

El caso tiene su gracia (y hasta su punto freak), cuando resulta que alguien, en Internet, salta en algún sitio exclamando que este ‘Two Days of April’ es la re-ostia, fomentando en última instancia que los borregos de turno (gente que no tiene N.P.I.) terminen pagando auténticas sumas de escándalo para tener en sus estanterías el jodido disquito de marras (no olvidemos, auto-producido). Esto es así y hay que tomarlo con guasa, pero no os preocupéis, porque volveremos a oír de nuevo que el disco es cojonudo. Pues vale.

Para empezar, la intro ‘The Tabular Bells Symphony’ empieza de una guisa completamente cutre, tediosa y gris, además de infernalmente previsible, pero dado que la intro es un pecado de juventud por el cual atraviesan todas las bandas cuando empiezan, lo pasaremos sin más. Los problemas, por eso, empiezan realmente cuando arranca lo que propiamente es el disco (bien, hablaríamos más bien de un MCD) y comprobamos que aquí hay menos chicha que en los lomos de una ardilla disecada. La verdad, la música lenta (o incluso extremadamente lenta) normalmente no supone ningún problema para mí (valga como ejemplo el excepcional caso de los finlandeses SKEPTICISM), pero es que esto es ya para bostezar. Lo he dicho algunas veces antes: Una de las peores decisiones que jamás puede tomar una banda limitada es tocar lento, precisamente porque eso es algo dificilísimo (y no os digo ya el captar la atención del oyente haciéndolo) y en este sentido, el tema al que hacía referencia, además del que le sigue, ‘The Master of Dreams’ (con alguna que otra sección algo más acelerada, aunque igualmente torpe), a pesar de tener un estribillo ‘casi-gracioso’, fracasan estrepitosamente al intentar crear un mínimo clímax o atmósfera interesante.

‘Dishonest Belief’ sigue en la tónica frenética en la cual viven inmersos los pastores cuando al final de su jornada, ya absolutamente enajenados por la soledad, divagan con sus ovejas sobre los límites del universo, y es que como apuntaba justo al principio “Donde no hay, no hay”. Como dato curioso, apuntar que la banda en un principio se hacía llamar LIMITED KNOWLEDGE; irónico ¿no os parece?

La portada se lleva otro aprobado justito y el logo de la banda tampoco es nada del otro jueves, pero eso sí, no duden ustedes en pagar por el artículo 80, 90 o incluso 100 jugosos €uros, ya que aunque el disco no sea más que una medianía (at best), podrán ustedes decir que tienen uno de los ítems más codiciados entre los borreguitos del cyber-espacio.

Trabajo muy justo que no merece, bajo mi punto de vista, más que un insípido 5.7

Stefan Karlsson: Voz & Teclados
Peter Jonsson: Guitarra
Per Ryberg: Guitarra
Tommie Ericsson: Bajo
Magnus Lövgren: Percusiones

Sello
Auto-producido