Dying Fetus - Reign Supreme

Tres años han transcurrido desde que los cafres Dying Fetus volvieran a jugar en ligas mayores con su implacable Descend Into Depravity (2009), álbum con el que volvian a pegar fuerte en la escena luego de los discretos (cuando no malos) Stop at Nothing y War of Attrition de 2003 y 2007 respectivamente. Este 2012, el trío liderado por John Gallagher, regresa con nuevo material bajo la manga, en el cual nos presentan un contenido fulgurante con la única intención de crujir el cráneo de su oyente, bautizado con el contundente título de Reign Supreme.

Pocas cosas han cambiado en comparación a aquella oda al sadismo titulada Purification Through Violence (1996), plástico con el que los fetos moribundos construían su primer peldaño. Si bien Gallagher ha ido elevando progresivamente el nivel de complejidad de sus partituras, sumándole los constantes cambios que ha tenido la formación, el resultado no se desvía demasiado de la línea musical en la que se establecieron en sus origenes, no obstante, la calidad sigue vigente.

Como de costumbre, el material presentado por el grupo resulta demoledor, aplastante y abrasivo, pero ejecutado con clase. Desde esa brutalidad que da inicio al álbum bajo el nombre de Invert the Idols, pasando por las escalofriantes Second Skin (punto álgido del plástico), o Devout Atrocity (lo que hace el supersónico Trey Williams en ese impresionante pasaje comprendido entre 00:38 y 01:08 no tiene nombre), los oriundos de Maryland no paran de avasallar al oyente. Tampoco faltan temas que exploran la faceta más “groovie” de la banda, como Subjected to a Beating, From Womb to Waste o In the Trenches, en los que además de hacer uso de ritmos supersónicos, se da lugar a la utilización de mid tempos aplastantes que hacen inevitable el headbanging.

Sin duda alguna, la lacerante The Blood of Power se lleva la matrícula de honor, y es que pasajes como el magnífico sólo ejecutado en 02:32, con el que Gallagher prueba que no le teme al hecho de dejar un pozo para la melodía en sus mórbidas partituras (algo que ya establece en esa fulgurante secuencia de cuerdas realizada en el minuto 02:00 de Revisionist Past), o los absolutamente inconcebibles giros rítmicos que se despliegan a lo largo del tema son elementos que no tienen desperdicio alguno y que demuestran que los de Maryland saben manejar muy bien lo que tienen entre manos.

La portada, es sencillamente la mejor de la carrera de Dying Fetus. Dejando a un lado los collages que envolvían a obras predecesoras, esta toma una dirección más oscura y mejor producida, con una grotesca predominancia de un tono rojizo infernal sencillamente sublime. La producción es otro punto fuerte, la cual se nota clara y cristalina, permitiendo oír sin ningún problema a la espectacular labor que realiza el trio en sus respectivos instrumentos. Gallagher y Beasley brillan en la guitarra y el bajo respectivamente, y ambos realizan un trabajo vocal aterrador, sin dejar atrás a las impresionantes ejecuciones en el kit de Trey Williams, una jodida apisonadora que no deja títere con cabeza, y el que a su vez es para el que aquí escribe, el mejor percusionista que la banda ha tenido en su plantel (seguido muy de cerca por el genial Kevin Talley).

Con este álbum, los señores de Maryland demuestran que se encuentran en muy buen estado, las composiciones siguen teniendo tanto una fuerza como una complejidad aplastantes, pese a no haber innovado en demasía. Por lo tanto, con Dying Fetus no esperes innovación o cambios radicales en el sonido, sólo espera a que te revienten las pelotas con su furibundo material.

Sin duda, otra joyita que ha dado a luz el año 2012, Reign Supreme es un álbum que dará mucho que hablar, y para mi gusto, ya se encuentra entre las mejores obras que ha engendrado la banda en su ardua trayectoria. Mi puntaje para Reign Supreme: un 8.75 (equivalente a cuatro cuernos altísimos).