Deus Mortem - Kosmocide

Enviado por MetalPriest el Sáb, 25/09/2021 - 16:38
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1. Remorseless Beast
2. The Soul of the Worlds
3. Sinister Lava
4. Through the Crown It Departs
5. The Seeker
6. Ceremony of Reversion p.2
7. The Destroyer

Herederos directos de otras agrupaciones como Thunderbolt, Azarath e Infernal War, los polacos Deus Mortem llevan un par de años destacando en el panorama internacional y en especial el europeo. Fundados por Necrosodom (Anima Damnata, ex-Thunderbolt, ex-Azarath, ex-Throneum) e Inferno (Behemoth, Azarath, Terrestrial Hospice, Witchmaster, ex-Damnation), Deus Mortem supieron debutar con un potente Emanations of the Black Light (2013) que no tardó en atraer la atención del underground aunque solo fuese por el expediente de sus artífices.

En la actualidad, con Inferno fuera y volcado en otros proyectos, Deus Mortem se vio completado con otros miembros procedentes de Thunderbolt, Infernal War, e Infidel. La ausencia de Inferno, que además de ser un batería tremendo también resulta ser un buen guitarrista rítmico y compositor, no devino en decadencia para la joven agrupación, sino que más bien en un álbum y dos EPs supieron mantener la esencia de la propuesta inicial de Deus Mortem, esa que tenía como modelos a diversos titanes como sería el caso de Slayer, Hellhammer/Celtic Frost, Masters Hammer, Marduk, Beherit, Triumphator/Funeral Mist o Morbid Angel y Deicide (entre otros tantos). Lo sé: es una lista de agrupaciones bastante heterogénea, pero queda vigente y contrastado que si tienen algo en común todas estas bandas es una musicalidad intensa, veloz, violenta y sumamente destructiva. Sin duda Deus Mortem bebieron de estos referentes y mantuvieron en buena parte el espíritu de las bandas que mencionaba nada más comenzar está crítica.

En esta ocasión hablaremos de su segundo álbum de estudio, el Kosmocide, sacado en 2019 por Malignant Voices, que como venía insinuando, se trata de un Black Metal tremendamente cafre, ”right in the face” como dicen los ingleses, y sólido. Por otra parte, si hubiera que poner pegas (que las hay), diría que es un lanzamiento poco memorizable. No hay casi ninguna canción que se te quede grabada en la cabeza de manera rápida o decisiva. Hay un montonazo de buenos momentos… es más: diría que todas las canciones tienen COMO MÍNIMO un par, pero no terminan de cristalizar como “catchy”, y esto creo que se debe a que las baterías de Stormblast además de ser extremadamente atronadoras, veloces y agresivas, están quizás demasiado altas en la mezcla eclipsando muchísimos riffs tremendos ideados y perpetrados por Necrosodom.

Kosmocide no será de esos álbumes de los que pasado un tiempo te acuerdes a menudo, cierto… pero sí que resultará una opción de sumo valor cuando el cuerpo te pida Black Metal a piñón fijo y sin piedad… ¡Que a veces sucede! Y lo mejor será esa extraña y contradictoria dualidad de: ”¡Anda! ¡Esto no lo recordaba!” y… “Ah, sí… ahora viene esta parte… Tremendo”. Vamos, que hay momentos que ciertamente se graban en la sesera de uno, como puede ser el caso de la segunda mitad Remorseless Beast, que entrados en el minuto tres nos brinda un solo espectacular aminorando el ritmo y creando un ambiente cósmico cojonudo. También estaría Ceremony of Reversion p.2 (la primera parte está en el Emanations of the Black Light), que es el track más largo de la banda hasta la fecha y no precisamente a base de relleno. Pero vamos… que hay otros momentazos como el comienzo de Sinister Lava, que con la mano derecha en el corazón y la izquierda en los calzoncillos os diré que es la pieza más carismática de todo el Kosmocide seguida muy de cerca por otras como The Seeker.

Letrísticamente, Kosmocide se mueve por terrenos que superan mis conocimientos. Obviamente la cosa está basada en esa raza de satanismo con una fuerte carga esotérica, remitiéndose a deidades de diferentes culturas (judía, hinduista, sumeria…), conceptos abstractos como el caos, el cosmos, gnosis… una paja mental importante, vamos. Personalmente yo paso de meterme en serio en estos asuntos, aunque reconozco que las letras tienen un poder tremendo tal como están escritas; cuadran genial con la música y evocan mucha destrucción. Eso sí: ya puestos a “cuñadear”, diría que la cosa va orientada a un satanismo anti-cósmico, que aboga por la destrucción del cosmos provocando el caos para así tener acceso a más dimensiones, escapando de las tres en las que vivimos (más la cuarta, que es el unidireccional tiempo). De este modo, sería posible tener más libertades como entes o espíritus… y con esto me refiero a los fuertes, quienes se impondrían sobre los débiles. Pero insisto: de esto sé lo mismo que de ingeniería aeroespacial o de biología marina. Es decir: Nada.

A lo largo de los meses he recurrido incontables veces a Deus Mortem y en especial a sus lanzamientos de 2019 y 2020, y la verdad es que este Kosmocide me parece un disco cojonudo si (insisto) lo que buscas es fiereza, fuerza, satanismo y completa ausencia de delicadeza. Para mí esto son cuatro cuernos: un 7,5-8. Por ahí anda la cosa.

Necrosodom: voz y guitarras.
Stormblast: batería.
Sinister: guitarras.
Vomitor: bajo.

Sello
Malignant Voices