Deep Purple - Bananas

Enviado por Heartbolt el Mié, 24/03/2021 - 19:34
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1. House of Pain
2. Sun Goes Down
3. Haunted
4. Razzle Dazzle
5. Silver Tounge
6. Walk On
7. Picture of Innocence
8. I Got Your Number
9. Never a Word
10. Bananas
11. Doing It Tonight
12. Contact Lost

Full Bananas

Todo lo que gira alrededor de DEEP PURPLE siempre me ha resultado descomunalmente emocionante.

Nos las pasamos perpetuamente alabando sus irrefutables obras maestras – “In Rock” de 1970, “Fireball” de 1971 y “Machine Head” de 1972–, porque son coronas incontestables del Rock pesado de siempre, pero es indudablemente sublime darse un repaso desde que el Púrpura Profundo nos venía como la más pura psicodelia, adosada entre Blues, sinfonías y compases vanguardistas, hasta el par de optimistas álbumes que nos despacharon en la recién acabada década. Con mayor o menor atino, todo lo que hubo rodeado al genio Jon Lord a lo largo de su vida –la auténtica cabeza del combo, que lamentablemente se nos fue en el 2012 al Olimpo del Rock– y los músicos que le acompañaron como sello inconfundible por décadas –el proverbial hombre de negro, Ritchie Blackmore; el corcel melenudo, David Coverdale; el hombre de las treinta mil voces, Ian Gillan, y los invencibles Roger Glover e Ian Paice, entre otras bestias como Glenn Hughes, Joe Lynn Turner y el injustamente infravalorado Tommy Bolin–, dejando una huella imborrable en cada producción, no es para ignorar o pasar por alto. No cuando abunda tanta calidad en cada una de las llamadas “Mark” –formaciones– que han desfilado bajo la bandera de DEEP PURPLE, no únicamente la más reconocida.

Discazos como “The House of the Blue Light” –1987–, “The Battle Rages On…” –1992– o los degustables primeros con el señor Steve Morse –que a diferencia del misticismo y el clasicismo del señor Blackmore, nos ofreció un estilo más técnico y Heavy–, “Purpendicular” –1996– y “Abandon” –1998–, y que de una u otra forma nos avisaba de lo que estaba por avecinarse–, quizás no vengan sino a levantar algo de polvo de lo que ha sido una banda a todas costas imbatibles, pero dejo en claro que es difícil que quien se adentre en ellos no los acabe gozando como poco, pues la magia purpleniana se mantiene siempre allí, no se aleja en ningún momento.

La llegada de Morse nos permitió apreciar a unos PURPLE más macizos y frescos, otorgándole una menor nostalgia a la despedida definitiva de quien fuese su guitarra ícono, pero el retiro de Lord nos cayó como balde de agua fría. ¿Quién podría compararse ante semejante compositor para ocupar su irremplazable lugar en la banda? Y, volviéndome a citar, es que nadie cercano a los PURPLE es cuando menos un positivo acierto. Con dolor nos despedimos de Lord hasta su posterior fallecimiento, pero nos dejó a nada menos que a Don Airey; tecladista tan mítico como el mismísimo antecesor. Y es, pues, con el señorón “Bananas” –2003– que se nos abre la última Mark de la agrupación, vigente hasta la actualidad, comunicando todo lo que se espera de una banda que no defrauda ninguna vez.

“Bananas” nos ilustra con una portada y una temática algo melancólica, dado que desde “Purpendicular” los PURPLE se nos ponen más sociales e intelectuales, escribiendo líricas sobre intérpretes desafortunados, abandono, esposas malhumoradas y en ocasiones también de noches desequilibradas y la constante vida en el escenario… pero en lo musical se nos desvelan en un estado envidiable. Ian Gillan –el vocalista predilecto de quien les escribe– luce su poderosa garganta como si aún fuera un veinteañero que nos relataba la pasión por su automóvil o la idiotez de un fanático que ocasionó un incendio con una bengala, mientras Morse factura riffs sofisticados y muy gancheros, con respaldo de la imbatible dupla Glover-Paice que pasan de una excitante rítmica Blues a un Rock estridente y la clase de Airey, que se nos exhibe célebre y distinguido, nada preocupado por no estar a la altura de Lord, pues desde que le oímos soltarse sus primeros solos en el corte inicial, uno sabe bien que no dejará a nadie indiferente en su primera participación oficial con la banda.

Y no sólo la flamante apertura con “House of Pain” sirve para engancharse inmediatamente con nada menos que el decimoséptimo trabajo de la banda, porque con inmensas apologías rockeras como “Razzle Dazzle”, “Silver Tounge”, “Picture of Innocence” y la homónima “Bananas” tenemos garantizado 100% el estilo purpleniano tradicional, con guiños a sus temas más representativos de los setenta pero a la vez erigiéndose como tramas muy sobresalientes en el nuevo milenio. “Silver Tounge”, por ejemplo, es fácil, fácil uno de los mejores performances con el que nos ha embestido el buen Morse en estos años, e imposible dejarnos de lado la dupla de solos entre él y el señor Airey en cada una de estas piezas, con un “Picture of Innocence” y un “Bananas” que nos resignan plácidamente al indispensable deleite de un Gillan travieso y pletórico, ofreciendo sus características melodías vocales en las parcelas donde jamás erra a sus anchas.

Entre la docena de composiciones, además de los altísimos puntos altos mencionados, asimismo encontramos temas más reposados y armoniosos, como el apasionante “Sun Goes Down” –otro de los cortes más memorables del álbum–, la emotiva balada y sencillo “Haunted” –con un arreglo de cuerdas por parte de Paul Buckmaster y un enternecedor coro góspel socorrido por la preciosa Beth Hart– y un parsimonioso y heroico “Walk On” –que aparte de proporcionarnos en ocasiones la impresión de un Reggae sublime, cuenta con un ingenioso solo del guitarrista Michael Bradford–. Sin dudas, estas tres canciones son un excelente complemento al sentir más guitarrero y movido del disco, donde hallamos a DEEP PURPLE dando pie a multitud de terrenos donde surgen celebérrimos, pues entre baladas y temas sensibles para después ahondar en las típicas secciones Heavy Rock –aprovechando una de sus producciones más impecables en cuanto a sonido–, uno nota el perfecto equilibrio del que solemos enamorarnos en cada trabajo de esta agrupación.

Sin embargo, ¿dónde dejarse una oda muy bien trabajada como “I Got Your Number”? Si bien hay temazos que superan a otros, todo el álbum está formidable. Aquí nos encontramos con canciones que cuestan más apreciarlas que las que anteriormente he desarrollado, pero no por ello faltas de gallardía y buena vibra. “Never a Word”, la más discreta del plástico, suele hacer el viaje hondo, con un panorama acústico y de cierta reminiscencia psicodélica que nos recordarán a su álbum debut. Con todo, “Doing It Tonight” arrasa con precipitación, dejando a Glover lucir un Slap que acompaña certeramente toda la pieza, como así Morse –pues este señor se roba el espectáculo por todo el álbum– nuevamente exporta solos voluptuosos y desenfrenados, como los que no podemos dejar de mencionar en los últimos años de DEEP PURPLE. Aunque el cierre con “Contact Lost” permite oír un instrumental muy apesadumbrado, compuesto por él mismo cuando escuchó la noticia de la muerte de los astronautas del Columbia. Un cierre un tanto desesperanzador, pero a la vez como un sentidísimo homenaje al que no puedo dejar de recalcar.

“Bananas” incontestablemente es otro de los discos de los PURPLE a los que hay que tener siempre en cuenta, más allá de sus discos por excelencia. Un trabajo así no pasará a la historia como un clásico de la banda… pero es evidentemente imposible no encontrar, especialmente aquí, tanto para alabar como para disfrutar, con una variedad y algunas joyas menores que encarnan algo de lo más espectacular que los inmortales DEEP PURPLE nos han ido dejando como testamento en su perfecto ocaso, que lejos de irse moribundos y fracasados, dándonos una despedida mediocre e incauta, les permite dejar este mundo con la frente en alto, saliendo por la puerta grande hacia el paraíso de la música. Aunque este destacado “Bananas” nos presintió la que sería la ausencia definitiva del gigante Lord, éste permitió al simpático Airey tomar su lugar, y en ninguna ocasión pierde exhalación, como así la distinción del Gillan certero alegra cada tema, al igual que el bajista por excelencia del grupo –que nos regala notables líneas de bajo a lo largo de cincuenta minutos de disfrute– y un Paice que a punta de cencerro y luego una métrica perfecta explica muy bien sin palabras porque ha sido el único baterista después de tantas décadas.

Puede que mañana ya te hayas olvidado de “Bananas”, pero recuerda que siempre estará por ahí, exhibiendo otro magno éxito de una de las agrupaciones más asombrosas de este extraordinario Rock nuestro. Junto a “Rapture of the Deep” –2005– y “Now What?!” –2013–, un discazo para disfrutar a esos PURPLE que tanto nos encantan en los últimos y enigmáticos veinte años.

Y que en paz descanses, Jon Lord. Una de las figuras más representativas que hayamos conocido en el vasto mundo de la música. Maestro como pocos. Autor de composiciones inmortales, tanto así como el mismísimo Blackmore y sus riffs imperecederos. Pero gracias a Airey, aún sentimos al querido tecladista en cada canción que componen. Su alma vive en ellos, y “Bananas” es perfecta muestro de ello.

Un sentido homenaje al mismo Rock que no podemos dejar de amar.

–84%–

Ian Gillan - Voz.
Steve Morse - Guitarra.
Roger Glover - Bajo.
Ian Paice - Batería.
Don Airey - Teclados.

*Colaboración*

Paul Buckmaster – Arreglo de cuerdas y Cello en "Haunted".
Beth Hart – Coros Góspel en "Haunted".
Michael Bradford – Guitarra en "Walk On".

Sello
EMI/Sanctuary