
1. From Unknow Lands of Desolation
2. Torture and Death
3. Desecration Master
4. Lethal Baptism
5. Succubus of All Vices
6. Inquisitors of Satan
7. Decadence
Los franceses Deathspell Omega presentan con "Inquisitors of Satan", su segundo larga duración (debutaron en el 2000 con "Infernal Battles"), su obra más madura, salvaje y blasfema.
Teniendo como base de sonido los nombres de criaturas nocturnas tales como Emperor, Darkthrone, Dark Funeral o Marduk, Deathspell Omega entregan un material altamente voraz, extremadamente pegador y sacrílego hasta rabiar. Black Metal a la antigua usanza, revestido de blasfemia y sed de sangre. Como debe de ser. Darnos menos es darnos a Cradle of Filth. Y aquí, ahora, no hay sitio para el enanillo de Dani. Los Omega no vienen a hacer que te corras con teclados mega-protagonistas y voces femeninas de sopranos buenorras. Los "gabachos" vienen dispuestos a instaurarse en el reino de las tinieblas. Así de chulotes nos vienen. Se han preparado, desenvainan sus tracks y esperan que estos hablen por sí solos, y por ellos.
"From the Unknow Lands of Desolation", con mucho poso al material de Darkthrone en "Transylvanian Hunger", nos sirve un temazo caótico, riffero y malsano. Impecable lo bien que se les da a los franceses la unión de mística y velocidad. Terreno en el que muchos, y muchas veces, la cagan estrepitosamente. Cuerdas machacantes, voces de ultratumba y la batería a la velocidad de la luz. Intenso y oscuro. El viaje comienza estupendamente.
"Torture and Death" (cruce entre Gorgoroth y Darkthrone), "Desecration Master" (con acotaciones a lo Celtic Frost) y "Lethal Baptism" (cruda y "maquetera". Volviendo a 1991) nos llevan ante la tremendota "Succubus of All Vices", el mejor tema de todo el disco y, desde luego, una amalgama perfecta de lo que ha sido el género. Un resumen espectacular, un "puzzle" organizado y con toneladas de carisma. Y pese a ser un tema en el que olemos, y a kilómetros, las influencias, Deathspell Omega se muestran seguros de sí mismos, centrados, como si fuese la primera vez que oimos Black Metal. Se lo creen y, por ende, nosotros tambien. Atmósfera hechizante y dinámica. Épica blacker de primera categoría.
"Inquisitors of Satan", con mucha reminiscencia a lo que parían, en sus años mozos, Satyricon, y un talante más melódico y armonioso que con las demás "hermanas" de disco, nos planta ante "Decadence", composición que sabe intranquilizar, que sonoriza sus guitarras con un posete "malrollero" que queda de alucine. Más leña para partirte el cuellote, amiguete. Pero no tan irosa como antes. El tema es francamente malévolo. Si durante seis tracks, seis trallazos, Deathspell Omega han tratato de poseer nuestras almas, de que sirvamos, como ellos, al Maligno, ahora, en honor a la verdad, caemos ante el embrujo. Ya mismo me hago el tatuaje de la cruz invertida y mato a un par de bebés. O vírgenes, que cunde más y suena más "evil".
Trabajazo total. Atmósfera de pesadilla para un Black Metal mega-logrado, casi de ensueño.
4 cuernos (altos) para Deathspell Omega y su disco "Inquisidor".
Shaxul: Voz y batería
Hasjarl: Guitarra
Khaos: Bajo