
1. Living Monstrosity
2. Altering the Future
3. Defensive Personalities
4. Within the Mind
5. Spiritual Healing
6. Low Life
7. Genetic Reconstruction
8. Killing Spree
A los Death de Chuck Schuldiner, bueno, realmente a la figura de Chuck, nunca se le va a poder pagar el suficiente oro para darle las gracias por la inmensidad de lo que aportó a la escena metalera extrema. Por dos motivos, uno y primero, es que falleció, y el segundo es que si en vida no se le dió lo que merecía, dudo mucho que ahora se le hubiese visto como a un gurú, de no haber muerto. Cosas del metal, no hay como morir para hacerse inmortal.
Pero el caso de Chuck no es un caso, al uso, de músico que pasa a mejor vida y de repente es considerado lo mejor que le ha pasado al género, no, Chuck era un músico de un talante innovador, férreo y magistral que enseño a todo el mundo que él era el "Dios" de la escena extrema desde el primer segundo en el que debutó con ese seminal "Scream Bloody Gore" y cambió la esencia del Thrash, hizo nacer la del Death y sentó cátedra de cara a cualquier formación que pensase que por llevar una guitarra B.C Rich o Jackson y tejanos ajustados ya eran amos del cotarro. Sin " Muerte" no habría vida en el feudo. Bandas como Deicide, Morbid Angel, Obituary, Sepultura, Bolt Thrower, Cannibal Corpse, Vader o Behemoth le deben al espíritu de Chuck una reverencia al dia, lo que les queda de vida, pues mucho de su nacimiento se debe a Mr. Schuldiner y a como cambió la forma de ver el Metal en toda una generación.
Chuck elevó la agresión sonora al estatus de pieza de arte suprema. No sólo creó, tal y como lo conocemos, un género musical, no, además enseño como tocarlo y puso altísimo el listón a superar. Con la influencia de bandas como Venom, Slayer, Possesed o Celtic Frost, el sonido de Death fue alcanzando, poco a poco, y disco a disco, una majestuosidad oscura, poderosa y nihilista con la que muy pocos compositores logran dar. Desde el orígen de la banda hasta su "exterminio" musical, cada dos años, la formación de Florida entregaba obras magnas, de sinpar pegada, y con una innovación, frescura y salvajismo poético que hacía imposible el no caer rendido a tal derroche de vitalidad enfermiza. "Spiritual Healing" es el inicio de la era vanguardista de Death, una era no carente del desgarro y la mala baba de los tiempos de "Leprosy" o el citado "Scream Bloody Gore", pero que iba a entregar dosis adicionales de influencias más clásicas y una voraz y casi etérea técnica, que iban a convertir a la banda en el camino a seguir por todos los demás.
Vamos de cabeza a indagar en el disco que cambió las cosas, de la banda que cambió la escena extremilla.
La portada del disco de 1990 ya deja claro que la crítica social no estará apartada de la lírica y del mensaje. En la ilustración, por cierto, de una factura realista e impecable, vemos al típico sanador o telepredicador americano, que a fuerza de un buen fajo de billetes te curará la ceguera, te hará caminar o te hará volver a tener fé en Dios. Un embuste eterno del que viven millones y que Chuck, por lo visto, no tolera y estampa en su tercer trabajo como impacto inicial. Hay que recordar que la sociedad norteamericana es una de las más devotas y creyentes (más bien unos retrógrados) y en 1990, no había banda que no lanzase su diatriba contra Dios o sus emisarios en la tierra. El Metal siempre ha sido así, sólo que Death no sólo anuncian su adversión por la manipulación de la fé, sinó que escupen a la cara directamente de la fé a base de dinero. Declaración de principios molona y portada icónica. La cosa promete.
Un riffeo salvaje, acompañado de una batería machacona, nos deja secos al primer impacto. "Living Monstrosity" hace acto de aparición y nos cagamos en los pantalones. Death siempre habían sido malévolos y directos, pero ahora mismo, su sonido y su fuerza salen del amplificador y arrasan tu casa y el vecindario. Qué potencia rítmica, que cambios de tempo, que voz de Schuldiner, simplemente alucinante. No quiero ni pensar en como afecta a alguien escuchar ésto por vez primera, y más en 1990. James Murphy, por su parte, demuestra a base de unos solos psicodélicos y enérgicos que es un escudero ideal para el amo de ceremonias que es Chuck.
"Altering the Future", toma una cadencia Sabbathiana (todo un momento a imitar desde aquí, y por siempre) para ir, poco a poco, cogiendo cuerpo y solidez. Cada parón, cada cambio de rítmo, cada aceleración o cada redoble duelen como un codazo, pero se disfrutan como una felación. La maestría técnica del combo al completo, y en especial la del tándem Chuck-James, eleva el listón del tema bastantes enteros. Apisonadora descomunal convertida en notas musicales. Demencialmente creativo y cañero. Cuántas veces he vuelto a oir éste tipo de tema, uffff, eso sí, nunca igual. Death fueron unos maestros sabios, que parece que enseñaron la lección, pero se guardaron un par de secretos, sólo para ellos.
"Defensive Personalities" y "Within the Mind" (ésta con cierta reminiscencias iniciales a su "Zombie Ritual" del 86) entregan más metal pesado y temas candentes, llenos de densidad y velocidad depurada. Escuchando sólo éstos dos temas ya sabes de donde sacaron Obituary toda su inspiración para su amado "Cause of Death".
Unas alarmantes y asaltantes guitarras abren la caja de truenos, para que la sección rítmica que conforman Terry Butler (ex-Massacre y futuro Six Feet Under) al bajo y Bill Andrews a la batería se explayen a gusto y construyan una dinámica y ultraconsistente base para los solos de Murphy y esos riffs maestros de Chuck. El tema-título, "Spiritual Healing", actúa de sanador de almas para los que buscamos metal extremo que emocione y te vuele la cabeza a golpe de rítmo fiero y cortante. Preciosas, por cierto, las melodías a dos guitarras centrales del tema. Slayer podrían tener su "Reign in Blood" en los altares, si, pero éste discazo les iba a hacer temblar. Tanto de gusto como de miedo. Soberbio temazo, cargado de ira rítmica, una nueva cadencia en la voz de Chuck (mucho más madura, robusta y "Growler") y una energía bestial. Casi ocho minutos de frenesí fascinante.
"Low Life", se erige como un tema con cierta chulería Thrasher que no desentonaría, si no fuese por ese vozarrón, en un disco de los Bathory más aguerridos, eso sí, dotados de energía Deathmetalera e insana. Las auras y olores a "Lepra" no quitan lo emocionante que es el viaje del tema en sí mismo. Impagable la voz y la guitarra de Chuck, compartiendo lucimientos de mástil con la futura leyenda Murphy y acosando a los fans a base de puñetazos en forma de riffs y navajazos en forma de solos. Parte final de tema histórica, donde todos avanzan a un toda mecha, para pegarse un señor parón y mandarte a hacer leches 15 metros por delante de lo que escuchas. Masacre, si, pero de la buena.
"Genetic Deconstruction" (otro tema que creo que Obituary no paraban de escuchar) y "Killing Spree" cierran por la puerta grande, con más derroches, a todo trapo, de calidad, velocidad y cojones. Era de esperar que no nos iban a meter un movidón acústico, como cierre, después de llevar el recorrido sanguinario que llevamos. Estamos demolidos, pero alucinados. No todos los dias, uno es apalizado con semejante tanque.Otros hijos iluminados de Slayer, que alcanzaron su propio reino y fundaron su propio mundo.
Justo cuando creías que "Leprosy" era insuperable, surgió ésto de las cloacas. Cuando flipas con éste, sale "Human", y así, un no parar. Siempre pasa lo mismo con Death, todo son joyas, y siempre tienden a la superación. Amo a la banda. Amo "Spiritual Healing". Amo el Death. Amo a Death.
4 cuernos (altos) para la tercera joyaza del amo Chuck.
R.I.P Master.
Chuck Schuldiner : Voz y guitarra
James Murphy : Guitarra
Terry Butler : Bajo
Bill Andrews : Batería