Dagger - Not Afraid of the Night

Enviado por ChrisJiménez el Lun, 20/06/2022 - 14:46
Dagger

1. "Do It Again" - 3:59
2. "Not Afraid of the Night" - 2:57
3. "It's Alright" - 3:52
4. "Give'em what They Want" - 2:59
5. "Hungry for Power" - 3:08
6. "Raise the Titanic" - 3:39
7. "Crawl for Me" - 3:17
8. "War Land" - 3:43
9. "Once Again We're Rocking!" - 3:04
10. "As the Heat falls Down" - 4:31

[Full album]

Desenterrando una vez más los fósiles olvidados de una década donde se agolpaba tan alto número de criaturas dominantes que pequeñas especies no tenían ni la más mínima oportunidad de sobrevivir.
Sin sustento ni ayuda del medio, estaban condenadas a la extinción...

Aunque no es suceso de una etapa concreta, pues siempre hubo seres relegados por la Historia que no serían descubiertos hasta mucho más tarde, gracias a la curiosidad arqueológica de algunos amantes de la música. Nos vamos a comienzos de los '80, alrededor de 1982 o 1983, en tal caso buenos años en el panorama del rock y el heavy metal, máxime cuando Quiet Riot han logrado con su "METAL HEALTH" llegar al puesto más alto del Billboard, algo nunca antes visto para un grupo de dicho género. Por esas fechas emergen estandartes del mismo como "BALLS TO THE WALL", "HEADHUNTER" o "PIECE OF MIND", mientras KISS se desmaquillan y lanzan "LICK IT UP"...
En ese instante, cuando el movimiento en EE.UU. toma cauces diferentes al vivido en Europa o Inglaterra, se procede al "glamourizado" del sonido y heredan los escenarios del shock rock de la generación anterior, cuando despuntan el colorido y el descaro de la troupe de Paul Stanley, de Mötley Crüe o Twisted Sister, una pequeña banda nace en tierras canadienses. No hay muchos datos sobre su historia debido a su cortísima vida profesional, pero se sabe que Frank Ross, Syd Brophy, Daniel Clout y Gil Heynemann son un cuarteto bajo el nombre de Hell's Dagger, y que de forma independiente ponen en circulación algunas maquetas.

Lo que demuestran con cortes como "Eyes of Fire", "Better Safe than Sorry" o "Metal Rebels" no es mucho; entusiasmo, esfuerzo, sí, y a pesar de ser pistas de pobre sonido y una calidad musical de lo más modesta, se intuye una fuerza interior preparada para pulirse. Pasarán dos años hasta que, no se sabe bien cómo, estos muchachos serán apadrinados por Viper Records (compañía subsidiaria de Attic Records), la cual puso a la venta algunos trabajos de otras formaciones relativamente conocidas de origen canadiense (Razor, Vigilants, Anvil, Tzar, por mencionar unos pocos...).
Aquéllos se ponen bajo las órdenes de Pierre Bazinet, poco ligado en realidad al heavy metal si tenemos en cuenta que ejercería de productor para artistas tan dispares como Sarah Jordan, Boulevard, Lubomyra Kowalchyk, Paradox (no el grupo de thrash alemán) o Celine Dion. Y sin embargo un tipo que conoce la música y con la habilidad de extraer las melodías adecuadas a ese sonido tan crudo a los que (los ahora renombrados) Dagger apuntan; "NOT AFRAID OF THE NIGHT" es el resultado de esa combinación de estilos y perspectivas, y desde luego sorprende su nítida producción, curiosamente cara para un plástico tan pequeño y humilde.

Demostración más que evidente en "Do It Again", apertura precedida de unos segundos de atmósfera por cuenta de los teclados; musculosa, "riffs" crujientes y envoltura de filos elegantes...que en absoluto pone de manifiesto unas pretensiones mesiánicas. Los canadienses son honestos, no engañan al oyente con su propuesta ya que parece que saben que de nada sirven las apariencias; 1985 en su esplendor, se dedican a exponer la faceta más potente del metal como hicieran en sus demos, pero Bazinet y el ingeniero Jean-Claude Beaudoin les cubren de glamour con sus sofisticados arreglos y oropeles glam para ponerles a la altura de los grupos que triunfan en la radio en esos años.
Furia a raudales, de la más fina, estalla en la veloz "Hungry for Power", mientras una pretendida grandilocuencia asoma en piezas que se tornan en himnos del género, gracias a los imponentes coros y las melodías de cariz épico; la contundente "War Land" como perfecto ejemplo, "It's Alright" siguiendo esa línea, pero que cristaliza de mejor forma en "Raise the Titanic", de estimulante base rítmica y estribillos adictivos y poderosos. Brophy no es George Lynch pero factura solos incendiarios y una técnica muy notable, y Ross no es Don Dokken pero sabe alzar los tonos y conseguir dar a sus rudas inflexiones unas variaciones de melodía ciertamente atractivas.

Si bien Dagger, más cerca que de los angelinos, lo podrían estar de Keel, Icon o los tempranos Pantera, pues su sabor de heavy fiero y elemental resalta sobre su gusto por la melodía y las tendencias "glammies", lo que de todas formas no tienen miedo a revelar en "Crawl for Me" o el tema que da nombre al LP, también con estribillos directamente hechos para tardar en irse de nuestra cabeza. Por otra parte un lado más desenfadado y "radio friendly" asoma a través de "Give'em what They Want" y "Once Again We're Rocking!", las cuales tanto nos hace acordarnos de los "metal party hymns" de Helix y Quiet Riot.
Sobre todo porque la voz de Ross es casi siempre idéntica a la de Kevin DuBrow; entre éste, Ron Keel y Brian Vollmer circulan sus timbres y rasposos dejes, muy presentes de igual manera en la balada "As the Heat falls Down", asignatura obligatoria para toda banda de heavy metal de la época y que en especial sirve al fan para poner a prueba la versatilidad del cantante y la maestría del guitarrista solista. Podemos decir sin temor a equivocarnos que Ross y Brophy pasan esa prueba con la cabeza muy alta...de un modo no muy original, pero la pasan con su balada funcional de pasajes evocadores y versos conmovedores.

También podemos decir sin temor a equivocarnos que el conjunto la pasa de principio a fin, en todo el disco, el primero y el único que realizarían pues poco después, por causas desconocidas (la limitada difusión de copias, la nula repercusión en el panorama del momento, la relación tipo Ratt que mantenían los integrantes...un catálogo que da lugar a las más retorcidas suposiciones), se separarían para no volver a unirse nunca.
No pocas veces he opinado que hay grupos de solamente uno o dos discos que resultan tan interesantes como otros más conocidos y de más larga trayectoria; el que la suerte no les acompañara es un tema aparte. Para estos Hell's Dagger y luego Dagger fue esquiva y resbaladiza, sin embargo sí merecen un atisbo de interés.

Canción favorita: "Raise the Titanic"

Frank Ross: Voz/guitarra
Syd Brophy: Guitarra
Danny Clout: Bajo
Gil Heynemann: Batería

Pat Royce: Voz
Geoff Hughes: Voz
Denis Samson: Teclados
Alain Simard: Teclados/programación

Sello
Viper

Chris, luego te leo y te escribo un comentario con más calma, pero recuerda una cosa. Aunque nos quede poco aquí, tenemos que cumplir ciertas normas de formato y el nombre de las bandas, salvo que sean siglas o iniciales, debería ir en minúsculas, con la primera mayúscula. El de Dagger, que yo sepa, no es ninguno de esos casos. Un saludo, pronto me vuelvo a pasar por aquí.

Totalmente 1985 y no es nada malo. De estos que me pinché casualmente en Spotify al ver la portada con esas pintacas y no me pude resistir. Luego, es cierto que no les di mucha bola ya que muchos otros, que me gustaron más, se fueron superponiendo a ellos. Pero recuperándolo ahora, me doy cuenta que es una escucha muy agradable, de esas que baja con facilidad, como una caña bien fresquita en una tarde calurosa de verano. Aunque poco más. Quizás es que tampoco soy yo un fan empedernido de Keel, los KISS y Pantera de los 80, Helix o Quiet Riot, que es a lo que me suena esto.

Te noto un poquito generoso, te diré, al hablar de Frank Ross. Yo lo veo muy justito a nivel vocal. Mucho más cerca de Ron Keel que de Brian Vollmer o Kevin Dubrow, que cantaban muy bien, aunque claramente el estilo va por ahí. Luego, es cierto que la producción no está nada mal, todo suena bastante clarito para una banda tan underground, pero tiene un defecto que a mí me pone bastante nervioso. Hay varios temas que suenan diferentes los unos de los otros. Como grabados en sesiones o por productores diferentes. No sé en una copia física, obviamente no tengo esto original, pero yo que lo he escuchado en Spotify, noto mucha diferencia entre algunas pistas. Por ejemplo, entre Do it Again y el tema título y, otra vez, entre It's Alright y Give 'em What they Want. Es algo constante en el álbum y siempre me ha parecido un fallo muy gordo a nivel técnico, algo que suele restar puntos al resultado final. También tengo la sensación de que, conforme avanza el LP, va bajando el nivel y las últimas me parecen más flojitas.

En resumen, un disquito majo, de esos de tres cuernos que se escucha con mucha facilidad, muy propio de su momento. Con buena voluntad y buenas maneras, pero no mucho más. Algo que escuchar sin muchos remilgos entre tus LP's de Keel, Helix o Kick Axe.

P.d. Acuérdate de modificar el nombre en la reseña de Dokken, por cierto.

Lo termino de escuchar entero y quitando un par de temas en el tramo final como war land y once again..que son menos conseguidas el conjunto es agradable y muy 80s.

El sonido es deudor de Helix..Kiss o Quiet Riot por los coros muy presentes y la voz que es parecida a Dubrow qepd y Pearcy de Ratt en algún tramo.

Los guitarras tal vez lo mas normalito..en riffs bien pero soleando los noto mas limitados.Las que mas me gustaron Do it again..raise the titanic y la rápida hungry for power.

En las que tiran mas al aor por las teclas tampoco lo hacen mal caso de it's alright y crawl for me.

Cerrando con la balada que me ha gustado..aunque prefiero cierres con temas mas poderosos les quedó buena lenta con solos sentimentales.

La portada es representativa de una mágica e irrepetible era que no volverá..plagada de discos maravillosos y bandas míticas donde otras mas humildes como estos Dagger quedaban fuera de la fama y superventas pero con los que se pasa un buen rato si les das oportunidad.

Saludos Chris y ¡aguante los 80!

El cantante Frank Ross hace un buen trabajo en varios tracks, especialmente en los tres primeros, donde noto un mayor desarrollo de los instrumentos, incluso se aprecian mejor los teclados elaborados.

Buen álbum en líneas generales, otra canción sobresaliente es la balada final, en lo demás el estilo es más festivo o fiestero, muy de moda a mediados de los ‘80s.

El rango vocal de Ross lo encuentro más cercano al de Steve Whiteman de Kix. Se desenvuelve bien tanto en los temas melódicos como en los demás del álbum.

Faltó quizás más canciones en la línea de las tres primeras, para lograr mayor repercusión, como bien dices Chris en tu reseña, la competencia era durísima y gente como Van Halen, Quiet Riot, Journey o los Stones eran los líderes indiscutibles de la escena por estos años.