Cloven Hoof - Dominator

Enviado por Witchfyre el Jue, 19/12/2019 - 18:08
Cloven Hoof

1. Rising Up (04:38)
2. Nova Battlestar (05:29)
3.Reach for the Sky (05:19)
4. Warrior of the Wasteland (05:04)
5. The Invaders (05:11)
6. The Fugitive (04:08)
7. Dominator (04:29)
8. Road of Eagles (05:53)

Álbum completo

En esto del heavy el “timing” es fundamental. Por eso, si debutas en 1983 con un Kill ‘em All te puedes convertir en un Dios del metal, pero si lo haces en 1984 con un discazo como Cloven Hoof no te comes ni los mocos. Tan sutil era la diferencia. No me preguntéis cuál me parece mejor porque no quiero iniciar debates absurdos. Ahora, con la perspectiva que nos dan estos 35 años, podemos analizar dicho trabajo en su justa medida, pero para 1984, cuando salió a la calle, el contenido de ese debut homónimo ya estaba totalmente superado a nivel estilístico y sonaba, ciertamente, algo obsoleto, por muy bueno que fuese... que lo era. La historia podría haber sido otra de haber visto la luz 2 o 3 años antes, pero ese tiempo, en aquella época donde todo iba tan rápido, era una auténtica eternidad.

A esa misma conclusión debió llegar un Lee Payne quien, tras perder su contrato con Neat Records, se vio obligado a pasar a la semiclandestinidad y reestructurar por completo su banda tras esa extravagante maniobra que atendía al nombre de Fighting Back. Falso directo, con Rob Kendrick de Trapeze a la voz, que contenía composiciones nuevas y una aberrante versión de Tom Jones… sí sí, el colega este que canta Delilah e It’s not Unusual. Curiosa jugada, sin duda. Obviamente acabó como deben hacerlo las malas ideas, estrellada.

Con una banda totalmente remodelada y recuperando dos temas de su fracasado intento de 1986, que aún así estaba lejos de ser un completo despojo, relanza a Cloven Hoof mediante este flamante Dominator. Lejos queda aquella banda de inspiración ocultista y sonoridad NWOBHM para abrazar los aires de cambio que llegan desde el otro lado del Atlántico y unirse a otros como Grim Reaper o Marshall Law que pretendían devolver al heavy metal británico el lustre de antaño. Loables intentos todos ellos que encontraron escaso eco comercial, pero que sí nos dejaron trabajos tan molones como aquellos Rock You to Hell o Mashall Law, este Dominator o su impresionante sucesor, A Sultan’s Ransom.

Nuevo logo, nueva imagen, nuevo sonido y, sobre todo, nuevo cantante. Me gustaban las voces de David Potter y Rob Kendrick, pero menudo par de pulmones tiene el cabronazo de Russ North y, si aquí se sale, ya no os digo nada de A Sultan’s Ransom. Desconocido pero talentosísimo cantante en la muy honorable tradición británica de vocalistas de depurada técnica y pulcra entonación como Brian Ross o Carl Sentance, que le ofreció a Lee Payne exactamente lo que necesitaba para ese salto de sonido con el que quería presentar a estos Cloven Hoof de finales de los 80.

El músculo guitarrero y la épica sustituían a los efluvios diabólicos del debut, con un trasfondo sci-fi muy futurista en la línea que habían seguido bandas como Iron Maiden en su Somewhere in Time, Judas Priest en Ram it Down o Savage en su Hyperactive y con cierto aire de sofisticación distópica a lo Rage for Order de Queensrÿche. Musicalmente, ahí encontraréis las claves también. Las dos recuperadas de Fighting Back, Reach for the Sky y Fugitive, suenan mucho a la Doncella y la segunda guarda un más que un entrañable recuerdo con aquel maravilloso The Prisoner del ya lejano 1982. Warrior of the Wasteland, otra de las destacadas, se da un aire con Take Hold the Flame de los Rÿche, estigma que se sacude cuando entra la sección amplificada y, de nuevo, la sombra de Steve Harris planea en las cabalgadas de Dominator y la exquisita Road of Eagles. Por cierto, esta última con un pequeño detallito autoreferencial que la vincula con la fantástica Gates of Gehenna del debut y una conclusión grandiosa, más épica que una oda manowariana de media hora. Como he dicho otras veces, ¡así se termina un álbum, cojones!

Algo les queda en el debe en esta ocasión y que subsanarán un año más tarde, la producción. Guy Bidmead era un ingeniero reputado que podía jactarse de un currículum más que apañado que incluía a Cozy Powell, Motörhead, Praying Mantis, Exciter o Coroner, pero no tuvo su mejor día con este Dominator entre manos. ¡Joder, parece grabado por Keith Nichol o Darryl Johnston! Para los menos familiarizados, productores “de la casa” para Neat y Ebony Records respectivamente y célebres por unos parámetros de sonido, cuando menos, peculiares, aunque yo les encuentro su encanto y son parte intrínseca de la NWOBHM. Pero ese sonido algo embarullado y reverberado no termina de funcionar aquí. Esto pedía mucha más potencia y definición, sobre todo para distinguir esos poderosos riffs de guitarra que quedan embarrados por una producción algo "marranilla".

Salvando este detalle, no hay mucho margen de error con estos Cloven Hoof de los 80 y cualquier fan del heavy metal va a disfrutar incluso con este, quizás el menos brillante de sus tres álbumes a lo largo de la década. Como recordaréis de más arriba, un año después afinarían todavía más su propuesta en el tremendo A Sultan’s Ransom, por el cual recomiendo comenzar si no se conoce a la banda pero manteneos alejados del videoclip de Highlander a no ser que, como yo, encontréis un placer malsano en lo extremadamente cutre a la par que entrañable. Ahora es cuando estáis todos abriendo YouTube para verlo jajaja. Cuatro cuernos justos para Cloven Hoof de momento… serán casi cinco un año después.

8/10

- Russ North: voces
- Andy Wood: guitarras
- Lee Payne: bajo
- Jon Brown: batería

Sello
Heavy Metal Records