
1. I Hurt (04:29)
2. My Bodom (I Am the Only One) (04:19)
3. Morrigan (05:06)
4. Horns (04:10)
5. Prayer for the Affected (04:55)
6. I Worship Chaos (03:40)
7. Hold Your Tongue (04:02)
8. Suicide Bomber (03:33)
9. All for Nothing (05:42)
10. Widdershins (05:08)
*Bonus tracks*
11. Mistress of Taboo (Plasmatics cover) (03:37)
12. Danger Zone (Kenny Loggins cover) (02:57)
13. Black Winter Day (Amorphis cover) (03:41)
Si hay un grupo sobre el cual la mayoría de seguidores desea fervientemente una vuelta a sus orígenes (una vuelta verdadera, y no una burda imitación como las que ya han labrado en un par de ocasiones) ese es Children of Bodom.
Lejos quedan ya los tiempos en que estos fieros fineses conquistaron media Europa con tan sólo una tríada de discos, la sacra trilogía que llevó a Alexi Laiho y a los suyos a conquistar el Norte y Este del viejo continente en tan sólo tres años. Su santísima Trinidad, séase.
Qué grande fue aquella mini-época, esos magníficos “Something Wild”, “Hatebreeder” y “Follow the Reaper”, la mítica serie que enseñó en Finlandia una nueva forma de escuchar Death Metal, Power Metal y Metal Neoclásico, todo de una sola mano (a precisar, la de unos jovenzuelos realmente talentosos como eran los Children of Bodom de por aquél entonces).
A partir de aquella época… puf. Desvanecimiento. Vamos, la historia que todos conocemos (“Are You Dead Yet?”, “Bloddrunk”, “Relentless Reckless Forever” y demás desagradables desvaríos).
Pero desde hace no mucho, la cosa ha ido un poco para mejor. Y es que el “Halo of Blood” fue un punto de inflexión realmente positivo para la banda. Nada que ver con sus primeros discos, pero sí muchísimo mejor que los que le precedían, signo bastante bueno.
Y así tal cual llega a nosotros el nuevo disco de Children of Bodom, “I Worship Chaos”, producido por Peter Tägtgren (Hipocrisy) y Mikko Karmila en Helsinki, Finlandia. Curiosamente, el disco no ha sido grabado en un estudio comercial y corriente, sino en un viejo almacén, con el objetivo de optimizar el sonido del disco.
Otra novedad (esta vez no tan “positiva”) es que se trata del primer álbum sin el guitarrista Roope Ratvala desde “Hate Crew Deathroll” (2003), quien había abandonado la banda en mayo de 2015. Ha sido el mismo Alexi Laiho quien se ha ocupado de tocar todas las piezas de guitarra del LP. Así pues, nos hallamos ante el primer disco de la discografía de Children of Bodom en estar conformada por tan sólo cuatro integrantes, contando con los ya conocidos Jaska Raatikainen (batería), Henkka Seppälä (bajo) y Janne Wirman (teclado).
La cubierta del disco me ha encantado. Posee un estilo muy similar al de “Halo of Blood”, contrastando ante todo el color, siendo aquí predominantes las gamas amarillentas y ambarinas, prevaleciendo, ante todo, los pasajes invernales.
Zambulléndonos ya en el interior del CD, éste es un trabajo que, sin lugar a dudas, agradará con creces a los seguidores de la banda.
Es más, nada más comenzar con el primer tema, "I Hurt", nos toparemos con unos músicos que, más que nada, desean romper con todo. Este primer track va creciendo y creciendo a cada minuto que pasa. Primero seremos transportados a una base melódica muy afín a lo ya visto en “Halo of Blood”, aunque no mucho después es cuando estalla la vena en sangre, la parca recoge, una vez más, su fiel guadaña, disponiéndose a decapitar a base de riffs y batacazos de batería a diestro y siniestro, alcanzando el cénit con un estribillazo enorme que muestra a un Laiho pletórico a más no poder. Esto sí es Children of Bodom, joder.
¿Habrán sido estos primeros minutos una mínima victoria de chiripa? Puede que pensemos eso al empezar "My Bodom (I Am the Only One)", el cual, a primera instancia, no alienta demasiado con una originalidad algo plana, aunque, por suerte, no transcurre mucho tiempo hasta que la agrupación recoge la mecha con gran soltura en una explosión de riffs de los más thrashers y un Janne Wirman brillante en las teclas.
Y luego está "Morrigan"… esta es una de las canciones que más me han gustado, una propuesta algo diferente, melodías que se toman más su tiempo para calar hondo en nuestros oídos, en vez de atacar directamente a la yugular. Su sonido y ambientación también es muy especial, como si hubiésemos vuelto atrás en el tiempo hasta 1997 y escuchásemos una canción que perfectamente podría pertenecer a “Something Wild”.
Ahora bien, amantes de la furia, atención, que ahora dará comienzo uno de los platos fuertes, "Horns". Blast beats, melodías enloquecedoras, huracanes de riffs, orgías de solos de guitarra y teclado… Pura caña marca de los Children of Bodom primigenios, parece que aquí sí que han logrado retomar esa senda de Power ennegrecido, ese Death Metal melódico, virtuoso y brillante que hizo grande su nombre. “Horns”, tema que no defraudará ni al más pintado.
A continuación, daremos paso a "Prayer for the Affected", canción con la que la banda se adentrará en senderos en que el medio tempo será prácticamente imperante. Ante todo es un tema precioso, desde sus bases rítmicas, la pose vocal de Alexi Laiho (muy profunda y melancólica) y sus bellos pasajes instrumentales, que no dejarán de sobresalir en todo el trayecto. Como compositores han conseguido una sintonización entre guitarras y teclado enormemente labrada y hermosa.
Para quien lo echaba de menos, pasamos de página para dar comienzo con el tema homónimo del disco, "I Worship Chaos", en el que volveremos a echarnos un cubo de agua fría a la cara con la de caña que darán. Es genial cómo, entre griteríos y fuerza deather, funcionan, a la vez, las poderosas guitarras y ese toque sinfónico que da a los coros una faceta sanguinolenta y oscura. Atención, sobre todo, al solazo que se marca Janne Wirman, veloz como un rayo y con una técnica absolutamente impresionante, como para dejar a uno atontado…
Algo muy de agradecer (además de ser un bonito detalle) es que, en los siguientes dos temas, la banda vuelve a tocar con la afinación D♭, algo que no hacían desde el “Something Wild”, empezando por "Hold Your Tongue", tema que, sin ser lo mejor del plástico, sí muestra una afirmativa evolución con respecto a los discos más recientes del grupo. Sin ser el mejor tema del susodicho presente, sí que mantiene un nivel bien alto e instrumentales de aplauso (si es que ni Laiho ni Wirman darán un solo respiro).
Seguimos a buen paso con "Suicide Bomber", una muestra más del buen estado en que se encuentra la banda. Dolor, riffeos que respiran odio y crueldad, contraposicionados con tormentas power metaleras… todo eso encontraremos aquí, y más.
La novena pista, "All for Nothing", es otra muy grande, y merecedora de prestarle los sentidos auditivos en todo momento. Ralentizando, una vez más, la velocidad, es otra oportunidad de alabar la profundidad y sentimiento con la cual han abordado la canción, dándole un aire más pacífico y tranquilizador en algunos de sus tramos. ¿Lo mejor? El precioso instrumental de dos minutos con el que Laiho y Wirman terminan de enmarcar y cerrar la pieza. Simplemente maravilloso.
El disco cierra con buen nivel. En "Widdershins" los cadavéricos de Bodom establecen un final en el que la melodía y el desenfreno quedan unitariamente entrelazados, demostrando, por última vez, que todos los integrantes de la agrupación se hallan en su salsa.
En definitiva, “I Worship Chaos” es, ante todo, una muy buena noticia para los seguidores de Children of Bodom. Sin llegar a ser un “Hatebreeder”, sí que se trata de una total consolidación de las propuestas apostadas en “Halo of Blood”, de las cuales se han dado forma y tratamiento a conciencia, con el logro obtenido de haber creado una obra verdaderamente sólida, lo mejor que han editado en mucho, mucho tiempo. Además, escuchar a Alexi Laiho y a Janne Wirman en plena acción es un auténtico espectáculo.
Vamos, un paso hacia adelante por parte de los tipos de Helsinki, y cuantos más mejor. No traspasará los anales de la historia del Metal finés, pero sí que podría marcar una frontera interesante en relación al futuro de la banda. El tiempo dirá si volverán a posicionarse como esa potencia desafiante y descarada.
Por el momento tenemos a este “I Worship Chaos” para deleitarnos por buen rato, disco hecho con pasión, ganas y cuya calidad aumenta con cada escucha.
Cuatro cuernos los que se ha ganado el noveno LP de los infantes del lago Bodom, un 8/10 bien firme.
Henkka Seppälä / Bajo
Jaska Raatikainen / Batería
Janne V. Wirman Teclado
Alexi Laiho / Voz, guitarra