
1. Screams the Night (03:43)
2. Meet My Match (03:36)
3. Cradle to the Grave (03:43)
4. Burning (03:47
5. Play to Win (03:13)
6. Strangers (03:46)
7. This Time You Lose (03:46)
8. Wasted Years (04:51)
9. So Blind (03:03)
10. Heartless (04:48)
Como parloteaba en mi última crónica y ahondando en aquel divino tesoro que es “el triunfo de lo sencillo”, hoy descabalgo de mi sabroso Pegaso alado para traer conmigo bajo el brazo a otros clásicos olvidados, aunque en activo, no siendo otros que los veteranos londinenses CHARIOT y su segundo y paradójicamente titulado “Burning Ambition”.
Concedido. Si lo comparamos con su hermano dos años mayor, “The Warrior” (Shades Records; Una de las tiendas de mayor prestigio en la City entonces), resulta obvio como el espíritu feroz y combativo de la resplandeciente NWOBHM luce con menos fulgor en esta segunda placa, aunque si nadie fuera a preguntarme cual de los dos es mejor o me gusta más, respondería en ambos casos que aquél que no muestra al carro de combate en su careta. Como es lógico, “The Warrior” es un trabajo profusamente aprovechable (Temazos como “Don’t Forget” o “Warriors” así lo acreditan) y mucho más en las coordenadas de lo que muchos -sospecho- preferimos. Pero si bien aquél primero fue un opus de casi notable, éste segundo creo que se lo lleva de calle, ya no solo por haber sido incubado en un período mucho más controvertido a causa de la riada Thrash que se llevo casi todo a su paso overnight, sino fundamentalmente, porque estamos hablando de aquello con lo que siempre estoy dándoos la puta brasa: 10 temas y 38 minutos. Punto. No pido más para regalar el aprobado raspado sin apenas escuchar. Esa es la premisa principal. No obstante, sucede que además de que aquí no hay embutido un solo tema malo, es que por haber no hay uno solo medio regulero. Todos los cortes aportan su cuota para alcanzar los cuatro cuernos que se lleva ya. Y además, lleva en la recámara cargados nada menos que tres pepinos que a mí no se me van de la cabeza.
El primero es “Cradle to the Grave”. Poco misterio. CHARIOT tienen su propio sello y el tono de la voz de Pete Franklin es difícilmente confundible, pero no importa cómo, esto atufa a los mejores TANK que tira de espaldas. Temazo. Dinámicas energéticas y ganadoras volando sobre lomos robustos. Fórmula perfecta conformando combo con el gayumbo trufado. ¡Bullseye!
Luego viene “Strangers”. Cuerdas de bajo desafiantes, un punch severo y una bolsa petada de materia huevera. No lo dudes. “Burning Ambition” no solo baja el pistón al lado de su predecesor, sino que además muestra una clara vocación de querer llegar a más gente. La voluntad comercial es obvia, pero no confundamos la velocidad con la tocineta: Es una accesibilidad bien entendida y en las antípodas de empezar siquiera a constituir delito de prostitución. CHARIOT son músicos de perfil medio, pero con la clase suficiente como para impactar a un oído refinado. ¿Cómo no? Solo así es factible traer cargado a la espalda el tercer borreguito ganador. Parrillada loca para toda la parroquia. Dosis ingentes de chimichurri traerán consigo lluvias torrenciales de interesante diarrea. Carrera de obstáculos desde el jardín al dulce inodoro, joder. ¡Get out that turd, baby! Puños en alto con tu METAL RAMPANTE.
“So Blind”, cambaindo de tercio, es la baladita de marras. Difícilmente puede faltar, pero ojo: Hoy no es la caca vil y negra que alguien se deja a modo de broma atascada en el wáter en un cumpleaños. No. Sencillamente es el mejor tema del disco y al punto uno que muestra el entrañable y maravillosamente simple timbre de voz de Pete Franklin. Fabulosas guitarras de Biaggi y en definitiva la prueba irrefutable de la incontestable clase de estos tipos. Sin estridencias ni gilipolleces. Así sin más, una bragueta trempada surgida de la nada.
Del resto, descuellan igualmente otras formidables como el machete que empieza rajando la cara A, la briosa y corpulenta “Meet My Match” con aromas a “Thunder & Lightning” que quitan el sentido o la irremediablemente arrebatadora “This Time You Lose”, que por pocos milímetros no se cuela en el vagón de primera clase con las tres a las que hacía mención arriba. Y si acaso os preguntabais por las que no he nombrado, que nadie sufra más de lo necesario. El disco entero es una bola maciza en la cual es imposible hallar el menor resquicio de fractura.
Lo decía al principio: Vuelvo a remitiros al maravilloso e inmarcesible TRIUNFO DE LA SENCILLEZ. “Burning Ambition”, un fenomenal trabajo con pocas pretensiones, pero más oficio que cuatrocientas cincuenta y siete mil oficinas del INEM la una encima de la otra. Impagable. Cada uno de los diez temas está bien escrito y esculpido a cincel como marca la tradición antigua.
Volamos alto. Volamos fuerte. Volamos seguro. A lomos sangrientos de TU METAL y siempre hacia las estrellas. ¡Hahay!
82/100
Pete Franklin: Voz & Guitarra
Scott Biaggi: Guitarra
John Smith: Bajo
Jeff Braithwaite: Percusiones