Cenotaph - The Gloomy Reflection of Our Hidden Sorrows

Enviado por Kaleidoscope el Vie, 26/03/2021 - 03:03
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1. Requiem for a Soul Request (01:49)
2. Ashes in the Rain (06:33)
3. ...a Red Sky (06:39)
4. Evoked Doom (04:33)
5. Tenebrous Apparitions (04:49)
6. The Spiritless One (03:25)
7. Infinite Meditation of an Uncertain Existence (03:05)
8. In the Cosmic Solitude (08:18)
9. Repulsive Odor of Decomposition (05:31)

Álbum completo

Latinoamérica, a pesar de no ser mencionada con la misma frecuencia que Estados Unidos o Europa, tuvo una importante relevancia en el metal extremo primigenio que no se debería ignorar. Cuando el metal empezaba a mutar fatalmente a una bestia irreconocible hubo focos malsanos, intensos y muy crudos en países como Colombia, Chile o Brasil, en donde el contexto violento, la miseria y la crisis política encauzó en varios grupos de jóvenes que descargaban su frustración destrozando sus instrumentos musicales y gritando como posesos; grupos como Sepultura, Sarcófago, Parabellum, Masacre, Pentagram o Death Yell fueron truculentos adalides del metal más radical en América del Sur en su más temprana fase, pero hay otro país que contó con un puñado de bandas impresionantes, salvajes y con un aura ocultista y siniestra abrumadora: México.

México es una escena que si te interesa en serio el Death Metal clásico es un sacrilegio ignorar. Ya no solo es que hayan contado con una figura como la de Daniel Corchado, que no berreó en el primer disco de Cenotaph, sino que también capitaneó una banda tan increíble como The Chasm y de paso se inmortalizó con uno de los mejores performances guturales de la historia en un monolito como Diabolical Conquest, sino que también hubo otras bandas, si bien no tan conocidas, igualmente bestiales como los tempranos Mortuary o los horroríficos Shub Niggurath. Pero de aquellas cloacas inundadas de almas torturadas toca destacar una obra que no solo no tuvo absolutamente NADA qué envidiar al panorama internacional, sino que en muchos casos era hasta superior: nada más ni nada menos que “The Gloomy Reflection of Our Hidden Sorrows”.

Cenotaph empezaron bajo el nombre de Damned Cross y ganaron cierta notoriedad en el under con la salida de su segunda demo, “Excretion of Infected Corpses” (1989). En el ‘89 se cambiaron a Cenotaph y lanzaron dos demos y dos EP’s notables, pero no fue sino hasta que firmaron un contrato con el sello americano Horus (que lamentablemente lanzó su debut más tarde de lo esperado) que empezaron a sonar no solo en México, sino internacionalmente.

“The Gloomy Reflection of Our Hidden Sorrows” es uno de esos artefactos que apestan a clásico por todos los lados. Desde la icónica portada hasta la última nota, la primera placa de los mexicanos emana un ominoso y putrefacto aire propio de las odas más mórbidas y espesas del Death Metal. Y es que basta con que suene “Requiem for a Soul Request” con su marcha fúnebre, su resonancia espectral y guitarras que se retuercen y rechinan en tormento para erizar cada vello del cuerpo.

Con “Ashes in the Rain” estallan en la barbarie más grotesca y despiadada posible, acribillando al oyente con unas percusiones tan crudas como sofisticadas y si algo tenían Cenotaph en este álbum era un talento descomunal para conjugar el salvajismo más desprolijo con la majestuosidad más lánguida y lóbrega posible, porque eran capaces de crear los ambientes más espeluznantes sin abandonar la brutalidad inherente y necesaria de un género como el DEATH METAL.

Detallar hasta el más mínimo detalle de los nebulosos surcos de “The Gloomy Reflection of Our Hidden Sorrows” se torna tentador, pero resulta innecesario. Estamos ante un disco totalmente fiel al título que profesa, siendo críptico, denso, oscuro y hasta melancólico, porque muy dentro de su naturaleza atroz y descarnada esconde sutiles momentos afligidos que nada tienen que envidiar los primeros Tiamat o los primerísimos My Dying Bride. Estamos ante un álbum uniforme y perfectamente cohesivo, aunque no por ello plano o carente de picos álgidos como el descacharrante y mortalmente afilado trémolo (que considero de los mejores riffs del tipo jamás hechos) de la sección media de la titánica “...A Red Sky” o el colosal monumento titulado “In the Cosmic Solitude” al que las palabras se le quedan cortas para describir...simple y llanamente un clásico que, en lo personal, no solo se erige como el mejor tema del álbum, sino también como una obra maestra del Death Metal más densamente pesado y tristemente desolador por partes iguales.

Cenotaph contaron con un sonido original, que ciertamente compartía muchas similitudes con los americanos Incantation, pero al mismo tiempo contaba con muchos elementos diferenciadores que los hizo destacar muy por encima de compatriotas como Mortuary o Shub Niggurath por aquellos años. “The Gloomy Reflection of Our Hidden Sorrows” es posiblemente el mejor ejemplar de Death Metal parido por México, en dura pugna con lo mejor de The Chasm.

No será tan sonado como otras obras europeas o gringas, pero no por ello deja de ser un clásico del under de primera. Imprescindible si te apasiona el DEATH METAL en su máxima expresión.

Valoración: 9.4

Óscar Clorio: Batería
César Sánchez: Guitarras
Guillermo Delgado: Guitarras
Daniel Corchado: Vocals, Bajo

Sello
Horus Productions