
1. Buried Dreams (3:58)
2. Carnal Forge (3:54)
3. No Love Lost (3:22)
4. Heartwork (4:33)
5. Embodiment (5:36)
6. This Mortal Coil (3:49)
7. Arbeit Macht Fleisch (4:21)
8. Blind Bleeding the Blind (4:57)
9. Doctrinal Expletives (3:39)
10. Death Certificate (3:38)
11. This is Your Life (Bonus Track) (4:12)
A estas alturas, creo que podemos decir con cierta seguridad que Carcass es un caso extremo de inventiva musical. No sólo se adelantaron exageradamente a su tiempo con Reek of Putrefaction, el cual data de 1988, y no sólo han conseguido reinventarse a sí mismos varias veces (primero en Necroticism, más bien a modo de transición, después radicalmente en el trabajo del que voy a hablaros, y finalmente en el Swansong) y siempre de forma sorprendente y sumamente interesante, sino que además son jodidamente buenos.
Cuando en Necroticism levantaron un poco el pie del acelerador dejando el rollo Grind y entrando en el Death se empezó ya a notar la mano de Amott en las composiciones (recordad que es el fundador de Arch Enemy), pero cuando los de Liverpool cambiaron definitivamente la cirujía realizada con cuchillo de charcutero, los ojos carbonizados y demás por la delicadeza de las cuidadas melodías a dos guitarras que trajo el sueco al grupo (sin perder ni un ápice de brutalidad, por supuesto, si acaso desapareció un poco el tufillo a descompuesto) los británicos hicieron su sonido más "accesible" y posiblemente se abrieron a mayor variedad de público, pero muchos de los incondicionales de los inicios de la banda renegaron y se desentendieron de ella, o incluso se sintieron ultrajados y este disco como mínimo le levantó a unos cuantos alguna ampolla o sospecha, según el caso. Cuán equivocados estaban.
Este álbum es una maldita pieza maestra. Cuarenta minutos en los que se comprime música inspiradísima, imprescindible, y que engancha de una manera bestial. Se trata de un disco pionero, uno de esos contados casos en los que un grupo destapa el tarro de las esencias a través de la pura experimentación (aunque en algunos casos, incluido este, tienen muy claro lo que quieren hacer, creedme) y pasa a influir a miles de individuos de generaciones venideras. En este caso hablamos del Death melódico, pues esta es una fuente de la que beben directamente At the Gates o In Flames, por citar dos de los ejemplos más representativos.
Melodías a dos guitarras armonizadas (supongo que sobre todo a terceras), solos trabajadísimos, pasajes absolutamente emotivos, pero también riffs de cemento, ritmos deliberadamente Death, obcecados, saturantes...etc. La belleza también puede ser cafre, y en este caso es algo más que evidente. Aparte de ese cambio bastante radical en el sonido antes mencionado (con respecto a lo que hacían anteriormente), cabe destacar que en este álbum el señor Jeff Walker (fundador, letrista, bajista, vocalista y estudioso de la medicina) modifica su voz respecto a los trabajos anteriores, pasando a un registro que yo definiría como casi, casi de Black, y personalmente me parece la mejor versión en la que le he oído nunca. Siguiendo con la música, hay repartidos guiños de Heavy clasicote e incluso Groovies por varios rincones, pero sin duda este disco lo más evidente que tiene es un tinte Thrash que se puede apreciar con relativa facilidad, especialmente en los riffs, como ya he dicho.
He decidido no abordar el trabajo tema por tema, desechando mi idea inicial, porque no quiero destriparle esos detallitos escondidos, místicos y que tanto se disfrutan cuando se van descubriendo a lo largo de las escuchas (aunque la mayoría lo tendréis más que quemado) a quien vaya a catar esta delicia por primera vez, porque aquí detallitos de esos hay para dar y regalar y son los que te hacen verdaderamente engancharte y animarte a pinchar los temas una y otra vez. Ya digo, una escucha atenta de principio a fin (se pasa volando, la verdad) es toda una experiencia, un auténtico viaje...
La sensación que me dejó a mí la primera vez (y las siguientes) que me sumergí en él fue de una opulencia total. Quiero decir, ¿cómo narices es concebible abrir los temas de manera tan espectacular, desarrollarlos aún mejor, y luego terminar de redondearlos eligiendo siempre la forma más acertada? En serio, iban muy sobrados y siempre los consideraré genios por conseguir ponerme los pelos como escarpias. Curiosamente, la voz de Walker en líneas generales no "estropea" o estorba (como ocurre con más de un vocalista), sino que le aporta cierto dramatismo a los temas y se funde perfectamente en el conjunto. Fastuosamente genial, sencillamente acojonante.
También veo prácticamente obligatorio dedicar un par de líneas a hablar de la portada, que es flipante y sin duda está a la altura del disco al que da "rostro". Básicamente es una escultura de un señor llamado G.H.Giger (famoso por ser el creador de Alien y por muchos otros diseños dentro rock y el metal; Emerson Lake and Palmer, Celtic Frost, etc.), llamada 'Life Support' y que vendría a representar "el equilibrio entre la vida y la muerte", lo cual suena bastante adecuado para el álbum, dados su nombre, sonido y letras.
En fin, que le encasqueto un 10 como una catedral, porque como dijo una vez un amigo mío: "Este disco es el mejor material para pajas que jamás he tenido". Sí señor, sabia frase..
Jeff Walker - Voz, Bajo
Michael Amott - Guitarra
Bill Steer - Guitarra
Ken Owen - Batería