
1- Proud Woman
2- Low Road
3- Dreaming My Life Away
4- California
5- Rhythm In The Blood
6- Dust
7- Kiss My Past Goodbye
8- Wish I'd Known
9- Bye Bye Birdy
10- Song From A Mourning Dove
11- Longest Lasting Friend
Con cada nuevo lanzamiento parece que los suecos escalan una serie de peldaños dentro de la escena rockera actual. Y es que tanto el homónimo debut “Blues Pills” (2014) y “Lady In Gold” (2016), sin olvidarme de mencionar el álbum en vivo “Lady In Gold (Live In Paris)” (2017) son auténticos regalos para los oídos más melancólicos. Con este panorama lo normal era tener muy claro que su próxima obra, que ha sido llamada “Holy Moly!”, no decepcionaría a nadie y seguramente sería otro disco merecedor de la máxima calificación. Sin embargo, y de manera paralela al ascenso de fama vivido en los últimos años, el grupo ha sufrido una baja importante en sus filas con la marcha del guitarrista Dorian Sorriaux, uno de los principales responsables del sonido del grupo, quien se sentía agotado tras el ritmo frenético de las giras. Esto llevaría a la vocalista Elin Larsson (una auténtica máquina) y Zach Anderson, hasta ahora bajista y compositor del grupo, aunque ahora se haya convertido en el guitarrista del grupo y haya dejado su puesto original a Kristoffer Schander, construyeran un estudio propio y se alejaran de la sociedad para crear nueva música sin presiones discográficas y con el único objetivo de volver a disfrutar de algo tan especial como es el hecho de crear tu propia música e invitar al resto a escucharla. Por todo esto, el hecho de que hayan lanzado un nuevo disco genera doble interés a la hora de escucharlo: saber si siguen en plena forma y, por otro lado, comprobar cuánto ha influido la marcha de Dorian.
“Holy Moly!” abre de manera sobresaliente gracias a “Proud Woman”, un alegato feminista en lo lírico y, al mismo tiempo, un gran opener de Hard-Rock para el que solo encuentro calificativos positivos. Elin ruge con un tono absolutamente demoledor que se mueve entre las tesituras de Rock y, al mismo tiempo, de Soul. Este feeling positivo se mantiene en la desmadrada “Low Road”, un corte en el que vamos a comprobar que Zach también cumple tras la guitarra con unos punteos bien compenetrados con el bajo de Kristoffer que crean la base ideal para que, una vez más. La señorita Larsson cuaje una actuación estelar. Cuando termina la escucha de la tercera “Dreaming My Life Away”, una propuesta también rockera y accesible con guitarras afiladas y un nuevo regalo auditivo por parte de la cantante, la cosa está muy clara: esta triada es ganadora y nos demuesra que Blues Pills siguen en pie de guerra pese a todo.
Y si antes hablaba de ciertas referencias a la música Soul, con “California” nos metemos de lleno en un corte de este género. Sonido clásico y precioso hecho por y para el lucimiento de Elin, quien alcanzará notas complejas y al alcance de un número no precisamente alto de vocalistas (los agudos al más puro estilo Janis Joplin son de lo mejor de la obra)
“Rhythm In The Blood” es un corte muy convincente, más eléctrico y con un deje setentero que hará honor a la reputación que estos músicos se han labrado en estos años pasados. Justo después vendrá otra canción que me ha encantado por la variedad de su propuesta que es la oscura “Dust”, un corte lento y con ciertos guiños a Coven que nos hace sentirnos en pleno aquelarre. Blues-Rock con nuevas dosis de Soul escondidas que la convierten en otra de las piezas a tener en cuenta dentro de esta obra.
La segunda mitad del disco se inicia con la colorida y muy disfrutable “Kiss My Past Goodbye” de la que vuelvo a destacar el tándem conformado por Elin al micrófono (mucha actitud a la hora de cantar y/o de añadir efectos de voces dobladas tras los estribillos) y la juguetona guitarra de Zach. Sin embargo, y aunque encontremos algún que otro corte más que deje un sabor de boca especial como la gospeliana “Wish I’d Known” (me encanta la delicadeza y nitidez con la que se imponen las guitarras) o la inesperada “Song From A Mourning Dove”, que destaca por la incorporación de los teclados y por un extenso solo de guitarra que termina de consolidar a Zach, siento que las restantes “Bye Bye Birdy” y “Longing Lasting Friend” quedan un poco por debajo del nivel mostrado. Pese a ello, creo que acabo de escuchar un disco lleno de grandes momentos.
Uno sabe con bastante claridad qué es lo que se va a encontrar en un disco de Blues Pills y lo bien que se les da eso de hacer pasar un rato genial a cualquiera que decida darles una oportunidad. “Holy Moly!” no ha sido excepción y cumple con el sello de calidad que les distingue, siendo un trabajo que, probablemente (y digo “probablemente” porque es pronto para hacer comparaciones), esté a la altura de sus dos trabajos previos.
Para vuestro humilde redactor, estamos ante una obra notable.
Elin Larsson – Voz
Zack Anderson – Guitarra
André Kvarnström – Batería
Kristoffer Schander – Bajo