
1. Metalyzed (02:51)
2. Gor (04:18)
3. N.Z.F.E.D.K. (02:10)
4. Lazarus (03:02)
5. Red, Raw and Bleeding (02:39)
6. Stormer (02:16)
7. Taras Bulba (02:31)
8. Deathstiny (02:33)
9. The Third Wish (04:00)
10. Death Heavy (02:54)
La escena thrasher británica más allá de Onslaught, Sabbat, Xentrix o Acid Reign no es muy conocida. Cierto es que Reino Unido no fue el país más prolífico dentro del thrash, pero hay grupos desconocidos como Cerebral Fix, Virus, Hellbastard, Deathwish o Pariah que valen muchísimo la pena.
Del cementerio del Sur, en Manchester, toca visitar una tumba de un grupo aún más olvidado que los mencionados anteriormente: los barbaros Blood Money.
Blood Money fue un grupo con mucha sed de sangre, que a cada lanzamiento se iba poniendo más violento. Empezaron como un grupo de Heavy/Speed muy en la onda de los Avenger ingleses (hasta la portada de ”Red, Raw and Bleeding!” parece estar inspirada en la de “Blood Sports” de cierta forma) para ir incorporando cada vez más influencias thrashers hasta que directamente en su última placa, “Battlescarred”, se les podía llamar un grupo de Thrash en toda regla.
Fueron un grupo de vida fugaz, apenas duraron tres años en el campo de batalla, pero no les hizo falta mucho tiempo para hacer estragos con su música desenfrenada y despiadada. Su estilo era cuanto menos peculiar: una banda de Speed con retazos thrashers que en ningún momento pisa el freno con un vocalista inusual que se quedó anclado en la NWOBHM. El contraste de la voz del extravagante Danny Foxx con las bestiales guitarras pica huesos da un toque muy personal al grupo. En un principio la forma de cantar de Foxx choca, pero una vez te acostumbras es posiblemente lo más atractivo, porque no todos los días se escucha una música tan frenética con un vocalista tan melódico que va a toda pastilla con aires épicos.
Riffeo super sónico decapita caballos con ganas de guerra. Blood Money van directo a la yugular sin titubear. Desde el segundo uno “Metalyzed” lanza la artillería electro-esquizofrénica con riffs a lo Venom/Motörhead con dos kilos de cocaína y metanfetaminas encima. Danny Foxx se sale del mapa sacando todo el aire que tiene como si no hubiese un mañana, pareciendo casi que él va por un lado y el resto de la banda por otro, pero en este caso en vez de ser un fallo termina siendo un acierto.
En canciones como “Gor” (con su rauda cabalgata incesante), “Red, Raw and Bleeding” (tremendo estribillo a todo pulmón), la speédica y heavy “Stormer”, “Taras Bulbas” (que asciende y desciende de manera teatral como si se tratase de un ritual indígena sangriento) o “The Third Wish” con su intro acústica (el único descanso de todo el álbum) y su solo más pausado es en donde los británicos muestran sus influencias más Heavies, aunque opino que el grupo brilla con más intensidad en su faceta incontenible y caótica. En temas como “N.Z.F.E.D.K.” directamente se les va la pinza: Danny Foxx parece estar sufriendo un derrame cerebral al lanzar esos fraseos que rompen la barrera del sonido y las guitarras esquizoides parecen que en cualquier momento van a prenderse en fuego. Por otra parte, canciones como la bestial “Lazarus” equilibran de manera perfecta riffs más brutos que un neandertal matando con un coco con la épica y operática voz del señor Foxx.
Ponerse a describir detalladamente todas las canciones de “Red, Raw and Bleeding!” es tan lógico como desayunar piedras con salsa de tomate siendo el título del álbum bastante autodescriptivo: aquí hay pura música cruda, agresiva que sangra al rojo vivo. Aquí no hay tema malo, un ejercicio sólido de nuestro ruido por todo lo alto; actitud a raudales y huevos del tamaño de una tanqueta. Tal vez las únicas pegas evidentes son una producción muy pobre y lo repetitivo que se puede tornar a lo largo de su recorrido porque sí, se huele cierto reciclaje de ideas, pero no es algo que importe mucho al durar 29 minutos, además, aquí lo que realmente importa es la destrucción sónica y si tengo que comparar la música de Blood Money con algo sería con una motosierra prendida en llamas llena de sangre capaz de cortar acero como si fuese mantequilla, la portada (que parece un prototipo de la ilustración de "Violent Restitution" de Razor) ilustra perfectamente el contenido.
No te van a cambiar la vida, pero lo mismo si te dejan una cicatriz en toda la espalda o te explotan un tímpano con el escándalo que montan.
En “Battlescarred” mejorarían su propuesta notablemente, sonando más corpulentos y gloriosos contando con un mejor sonido, pero igualmente vale la pena rescatar de tanto en tanto este debut, que lo mismo no es un discazo pero sí un álbum de METAL más adictivo que las drogas duras.
Puntuación: 7.7
Danny Foxx: Voz
Dale Lee: Bajo
Brett Avok: Batería
Gramie Dee: Guitarras