Behemoth - Zos Kia Cultus

Zos Kia Cultus fue una corriente ocultista basada en la Magia del Caos, y qué mejor voz para difundir ese caos que la de Nergal, erudito poeta, vocalista, guitarrista y líder de los polacos Behemoth, una de las bandas más devastadoras y a la vez técnicas del panorama actual en cuanto a Metal extremo se refiere.

Su Black/Death Metal se desarrolla sobre una sísmica base de batería que a velocidades imposibles no exentas de matices transporta sobre sí a unas colosas y sofisticadas guitarras, sobre las que erige su poesía el fragoroso trueno gutural de Nergal, posiblemente el único rival digno de Dani Filth en cuestión de letras, en las que nos invade la antigua mitología egipcia en todo su esplendor, o mejor dicho, en toda su obscuridad, intercalando inglés antiguo/poético con el dialecto que en forma de jeroglíficos inmortalizaron las primeras dinastías que bebieron del Nilo.

Toda esa verborrea arcaica nos es vomitada a modo de maldición por una voz que parece la encarnación de algún titánico demonio primigenio que clama venganza, como un Cthulhu de Lovecraft liberado de alguna dimensión desconocida. El monstruo Behemoth toma nuestros oídos...

”Yo, el corazón de Tiphareth en espera,
El centro y secreto del Sol,
Invoco los ritos de Sothis, cual día y noche renazco...”

Desde ese inicial culto al Sol que pesado se arrastra como una amenaza en Horns Ov Baphometh, hasta el apabullante estribillo en vocablo egipcio del último tema, Heru Ra Ha, el disco nos sume en su brutal intensidad, energúmeno en su conjunto pero inteligente y complejo en su desarrollo, donde la batería de Inferno salpica el plástico de acertados y variados acentos que tintinean, palpitan o estallan sobre el martillo neumático del doble bombo, mientras que las guitarras de Nergal y Havok se ciñen a esa estructura con sólida sincronía, dándose la libertad entre riff y riff de deleitarnos con fieros solos infestados de armónicos, tappings y cálidas melodías, como la de Here And Beyond, que hechizante aparece sin previo aviso entre el convulso escenario, para luego tomar el testigo un caótico punteo.

Los temas se suceden sin misericordia, la rauda ultraviolencia de The Harlot Ov The Saints, uno de los temas más rápidos y crudos del álbum, que enlaza con la épica oscuridad de No Sympathy For Fools. El místico Kanún, cítara árabe que adorna al maléfico Typhonian Soul Zodiack... En fin, un festín de tralla heterogénea, con cambiantes estructuras y ritmos que te contagian su agitación.

Esa corpulencia y severa actitud de las canciones sirven para que Nergal vehicule despóticamente su filosofía existencial, divulgando sus ideas sobre el sitio del Hombre en el Universo desde el camuflaje y teatralidad de la mitología, mezclando así sus creencias ocultistas (bebiendo de Aleister Crowley) con su pasión por la demonología, fórmula ya antigua en el Rock, pero que Behemoth la hace más efectiva y temible desde su abrupto infierno sonoro.

Salvo detalles bien diferenciados ante el resto, como el breve y misterioso Hekau 718, y pese a la heterogeneidad de sus estructuras, el álbum en general sigue una misma línea, en un ataque que como a vista de águila es observado como una sola entidad, una unidad (’We are One’, como reza y remata el grandioso Here And Beyond), una robusta horda que nos enviste con saña y sin tregua.

Mortales, esto es Behemoth, una bestia que tras su paso deja todo desolado... y a nosotros, hechizados por la ‘Magia del Caos’...